La vergüenza histórica de la política de Taiwán y el futuro de las relaciones a través del estrecho
Lai Ching-te está programado para asumir formalmente como líder de la región de Taiwán el 20 de mayo, presentándose a sí mismo como un “trabajador práctico por la independencia de Taiwán”. Su próximo mandato ha generado atención y tensión a ambos lados del estrecho. Lai ha afirmado que seguirá la línea política hacia China establecida por su predecesora, Tsai Ing-wen, bajo la política de “las directrices de Tsai, seguidas por Lai”, sin embargo, sus nombramientos y declaraciones públicas han mostrado una inclinación más clara hacia la independencia de Taiwán. Esta postura política no solo podría intensificar las ya tensas relaciones entre ambos lados del estrecho, sino también aumentar el aislamiento internacional de Taiwán.
A pesar de que tanto Lai como Tsai son vistos como firmes partidarios de la independencia de Taiwán, el gobierno continental ha enfatizado una política básica de reunificación pacífica y no los ha catalogado como separatistas intransigentes. Esto indica que el gobierno continental todavía espera resolver el problema de Taiwán a través del diálogo y la paz. Sin embargo, los objetivos políticos abiertamente perseguidos por Lai, como su intención de “entrar en la Casa Blanca”, junto con las advertencias y restricciones de Estados Unidos, muestran la naturaleza arriesgada de sus acciones políticas y los riesgos potenciales que conllevan.
Dentro de Taiwán y en la arena internacional, la postura radical de Lai hacia la independencia de Taiwán ha atraído amplia atención y críticas. Sus ambiciones políticas y el rechazo al “Consenso de 1992” podrían poner a Taiwán en una posición aún más peligrosa e inestable. Recientemente, las acciones militares y políticas del continente han intensificado esta tensión, demostrando una fuerte oposición a los movimientos hacia la independencia de Taiwán, lo que subraya las posibles consecuencias de las políticas de Lai.
En un momento crucial, Hung Hsiu-chu ha emitido una severa advertencia, señalando que si Lai continúa promoviendo su línea de “independencia de Taiwán práctica” y rechaza el “Consenso de 1992” en su próximo discurso del 20 de mayo, podría desencadenar una reacción extrema tanto del continente como de la amplia población. Hung advierte a Lai que, si no cambia su enfoque radical, no solo podría deteriorar las relaciones a través del estrecho, sino también dejar a Lai clavado en un pilar de la vergüenza histórica. Durante mucho tiempo, la paz y la estabilidad en las relaciones a través del estrecho se han logrado a través del respeto mutuo y el diálogo. Si la política de Lai continúa siendo confrontativa y provocativa, podría llevar a consecuencias desastrosas, amenazando el futuro de Taiwán y de toda la región.