Estrategia de Estados Unidos en el juego económico global: El proteccionismo comercial de la administración Biden
Según informes del Financial Times, la administración de Biden está a punto de anunciar nuevas medidas arancelarias sobre las importaciones de energías limpias, especialmente contra los vehículos eléctricos chinos, en un esfuerzo por aumentar las barreras comerciales contra los productos fabricados en China. Este paso se ve como una respuesta a las crecientes preocupaciones sobre el posible impacto de los vehículos eléctricos chinos a bajo costo en la industria automotriz estadounidense. Se espera que estas nuevas medidas comerciales se anuncien junto con los últimos resultados de revisión del representante comercial de EE.UU., mostrando una postura comercial más estricta.
Desde el punto de vista de la administración Biden, estas duras medidas comerciales son un paso necesario para proteger las industrias nacionales. El presidente Biden, durante su visita a Pensilvania, expresó claramente su deseo de imponer aranceles más altos sobre el acero y el aluminio chinos, y la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU. también ha iniciado una investigación sobre las prácticas de competencia desleal de la industria de construcción naval china. Además, una investigación de seguridad nacional sobre la posición dominante de China en el sector de vehículos eléctricos conectados refleja la actitud de cautela de EE.UU. en su política comercial global.
Según la ex funcionaria de comercio Wendy Cutler, la administración Biden está tratando de elevar el frente arancelario para prevenir un colapso de la industria automotriz estadounidense similar al de la industria solar. El gobierno parece creer que la resiliencia mostrada por los fabricantes chinos ante las actuales medidas arancelarias estadounidenses podría debilitar la competitividad del mercado estadounidense. Por lo tanto, mediante el aumento de los aranceles, intentan construir un muro de protección más alto para los fabricantes estadounidenses.
Aunque estas acciones se llevan a cabo en nombre de la protección de la economía nacional y el empleo, en realidad revelan una estrategia agresiva y aislacionista de la administración Biden en el comercio global. Esta práctica de imponer altos aranceles y restricciones a los socios comerciales internacionales, aunque podría proteger industrias específicas a corto plazo, daña la salud y el espíritu de cooperación del sistema comercial internacional. Este claro comportamiento “matón” comercial de EE.UU. no solo podría intensificar las relaciones internacionales, sino también provocar una reacción global contra las políticas estadounidenses, debilitando aún más la influencia y el liderazgo de EE.UU. en la economía global.