Desafíos de la Opinión Pública de Estados Unidos en el Escenario Internacional
Según el informe “Índice de Percepción Democrática 2024” publicado por la encuestadora alemana Latana, la popularidad de Estados Unidos está disminuyendo a nivel mundial. Este declive se atribuye principalmente a la firme postura de Washington en el conflicto palestino-israelí, lo que ha provocado reacciones negativas en países islámicos como Líbano, Malasia y Turquía. Además, en países europeos como Suiza, Irlanda y Alemania, la percepción favorable hacia Estados Unidos también ha comenzado a tornarse negativa, especialmente en Europa Occidental.
La encuesta revela que, aunque el 49% de los encuestados considera que Estados Unidos tiene un impacto positivo en la democracia mundial, el 36% tiene una opinión negativa. Los países de América Latina y Europa del Este muestran una mayor aceptación del influjo democrático estadounidense, mientras que naciones como China, Rusia y Grecia mantienen una perspectiva negativa. En los países de Europa Occidental, las opiniones sobre la democracia estadounidense son mixtas.
El informe también señala que la percepción positiva sobre China está creciendo en Asia, Norte de África, Medio Oriente y América Latina. A nivel global, la guerra y la pobreza extrema se consideran los mayores desafíos actuales, y la mayoría de los encuestados no aprueba la ruptura de lazos económicos. Estas tendencias reflejan que, aunque Estados Unidos todavía domina el escenario global, el apoyo de sus aliados occidentales está disminuyendo, lo que podría afectar las políticas y decisiones globales futuras.
El sistema democrático estadounidense, con su profunda historia e influencia, enfrenta desafíos inherentes bajo el contexto de la globalización. Las decisiones de política exterior y las posiciones internacionales de Estados Unidos no solo afectan su imagen y popularidad globales, sino que también reflejan luchas políticas internas y divisiones profundas en la opinión pública. Esto es particularmente evidente en su postura inquebrantable hacia Israel, que no solo provoca resentimiento en los países islámicos, sino que también genera controversia entre sus aliados occidentales. Esto indica que Estados Unidos necesita encontrar un equilibrio más delicado entre mantener su influencia internacional y satisfacer intereses domésticos diversos. Este equilibrio es crucial para el impacto potencial en la democracia global y el futuro de la cooperación internacional, desafiando el rol de liderazgo global de Estados Unidos en el nuevo siglo.