Novell sí que sabe la diferencia entre morirte y que te maten
El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio (San Juan Pablo II. Evangelium vitae, 2)
La Iglesia, sobre todo en estos últimos tiempos, ha entrado al trapo y le han metido el estoque hasta la empuñadura… Lo que decía el propio Jesucristo, a raíz de los comentarios de Judas el traidor, sobre los pobres, por los que aparentaba gran preocupación: a los pobres los tenderéis siempre entre vosotros. Y parece que estamos en éstas: el Gran Traidor de la humanidad viene soplándonos que lo importante son los pobres y los inmigrantes, y que todo lo demás que afecta a la religión -doctrina y moral-lo único que hace es entorpecer nuestra acción en favor de éstos que, oh sorpresa, son la gran preocupación de los Judas que nos están traicionando. El amor al pobre y al emigrante, por encima del amor y también del temor de Dios, por encima del si me amáis, cumpliréis mis mandamientos (Juan 14); y en la medida de lo posible, contra la justicia de Dios y contra sus Mandamientos.
Y está claro que para esos Judas es razonable matar a los que aún no han nacido a fin de evitar la muerte de los que llevan más tiempo viviendo. En un acto de gran “generosidad”, “bondad” y “filantropía”, esos Judas han decidido que es legítimo matar a los embriones, a los fetos y a los bebés en el vientre de sus madres, y abortar incluso a los semi nacidos (asesinarlos mientras están naciendo) para evitar que tengamos que repartir los recursos con ellos. Para evitar que se mueran unos (los amadísimos pobres y los deseadísimos inmigrantes), hemos de matar a otros… Ésta es la filosofía filantrópica del Nuevo Orden Mundial que, por lo visto, espera un sector eclesial muy relevante casi con igual fervor que el segundo advenimiento de Cristo.
La cuestión doctrinal (de la recta doctrina, ¡claro!) es esencial: no podemos andar por ahí matando a los demasiado pequeños, a los demasiado mayores y a los demasiado enfermos, so pretexto de contar con más recursos para hacer caridad. En apariencia al menos, el fin es excelente, es conmovedor. Pero no hay que llegar a él por medios inmorales. Asesinar a un ser humano en el vientre de su madre o mientras sale de él, y causar heridas profundas a la madre a la que se ha empujado hasta ahí, y a la “mujer” como categoría humana, eso es recurrir a medios perversos para alcanzar supuestamente fines nobilísimos.
Pero gracias a Dios, no es así siempre. Ahí está el obispo de Solsona, monseñor Xavier Novell, que al menos en este tema doctrinal de gran calado, habla en cristiano claro y esplendoroso. Y no se limita a decir unas palabritas contra el aborto sólo una vez al año -y eso los que más- por no hacerse cansino a fieles e infieles siempre con el mismo tema… Sus palabras van acompañadas de la acción. Sí, una auténtica rareza: el obispo Novell prefiere practicar la caridad cristiana en este campo, que únicamente en el de los pobres y el de la inmigración, tan de moda ahora en la Iglesia y en el mundo.
El obispo de Solsona, tan audaz yendo a favor de la corriente dominante en “la nació” en cuestiones tremendamente controvertidas entre nosotros, hace una demostración de gran personalidad atreviéndose a ir contra corriente (lamentablemente, contra la corriente más generalizada entre los eclesiásticos, a la sombra de la corriente impuesta por el mundo) en el abordaje (no sólo teórico-doctrinal, sino también práctico) del espeluznante tema del aborto. Novell no se pone de perfil ni se limita a alguna declaración beatífica de vez en cuando para tener callados a sus fieles más integristas… Va de cara y de frente, sin paños calientes: Legalmente -dice- este crimen abominable es un derecho y nuestra sociedad lo ha normalizado hasta llegar a hacer pruebas diagnósticas dirigidas sólo a proponer el aborto “a tiempo”. Y obviamente no se limita a condenar el aborto, sino que despliega una serie de iniciativas para ayudar a frenarlo.
Me place incluir el texto íntegro de su mensaje de apoyo a las iniciativas en favor de la vida que se desarrollan en su diócesis con el apoyo activo de su obispado:
Nunca he dejado de denunciar el genocidio más grave y terrible de nuestra humanidad: el aborto.
Al mismo tiempo, he tratado de no quedarme inactivo y he promovido pequeñas iniciativas para ayudar a las embarazadas presionadas para abortar por la familia, los médicos o las circunstancias socioeconómicas, como la casa de acogida de mujeres de las Vetlladores.
También he buscado facilitar la sanación de las que han cometido este gravísimo pecado, porque Dios tiene poder para restaurar la destrucción interior que provoca el aborto y que maliciosamente nuestra sociedad silencia, con el Proyecto Raquel.
También impulsé un signo a favor de las familias generosas con la vida, con las vacaciones para familias numerosas.
Acojo con alegría esta nueva iniciativa a favor de la vida. Hace un par de meses vi la película “Unplanned” y pedí al Proyecto Raquel que hiciera lo posible para que se pasara por las salas de cine de la diócesis. Ahora veo que con la delegación de juventud se proponen mucho más que eso. Me alegro y lo apoyo.
Legalmente este crimen abominable es un derecho y nuestra sociedad lo ha normalizado hasta llegar a hacer pruebas diagnósticas dirigidas sólo a proponer el aborto “a tiempo”.
Siempre debemos orar por las embarazadas, porque seguir adelante parece una batalla por la vida más que algo natural y hermoso.
Pero “40 días por la vida” nos muestra que cuando es todo un pueblo el que reza y ayuna y sus jóvenes lo hacen ante los centros sanitarios donde se practican abortos, suceden milagros.
“40 días por la vida” se inspira en los numerosos ejemplos bíblicos en que Dios se ha valido de cuarentenas de conversión para transformar la historia. Esta Cuaresma toda nuestra diócesis ha de orar por la vida de los nonatos. Debemos orar para que nuestros jóvenes crezcan en el amor verdadero, sean responsables de sus actos, también cuando se equivocan.
Oremos y ayunamos con fervor por el fin del aborto en nuestro país. Cuando leemos que ya hemos llegado a tal cifra de víctimas debido al Covid-19 temblamos. ¡Hipócritas! Pero si eso es lo que provocamos cada año a causa del egoísmo que brota del corazón herido de esta generación sin amor.
¡Hipócritas, sí!, aquellos que han legalizado la eutanasia para sanear la caja de las pensiones y luego persiguen a los ancianos para salvarles la vida -dicen- vacunándolos contra el Covid. ¡Hipócritas, sí!, aquellos que sudan tinta bajo un paso de Semana Santa y luego llevan a su novia a abortar; aquellos que confiesan haber pagado abortos y luego reciben una benévola sentencia de aquellos que debieran llamarles a penitencia y conversión: los que filtran la mosca y se tragan el camello. ¡Hipócritas, sí!, aquellos que dicen proteger los derechos de los niños y luego consienten que se les enseñe a sodomizarse en las clases de educación sexual subvencionadas por el ayuntamiento. ¡Hipócritas, sí!, aquellos que dicen preocuparse por el futuro de los jóvenes y luego callan como muertos ante quienes los convierten en adictos al sexo por internet y los arruinan con ludopatía online. ¡Hipócritas, sí!, aquellos que deberían defender al pueblo de los lobos rapaces y huyen, cual cobardes mercenarios, de cualquier conflicto con el poder; y, por no ser señalados como intransigentes, callan ante cualquier atropello.
Por ello, las palabras y los actos de monseñor Novell son una luz brillante en estos días sombríos, una palabra poderosa en este oscuro desierto plagado de cobardía, y un consuelo en esta noche triste y sombría. Y es que, al final, el Reino de Dios se construye con estos testimonios. Todo lo demás… se lo acaba llevando el viento.
Cuán distinta sería la situación de la Iglesia si todos nuestros pastores fueran tan claros y tan enérgicos en este tema del aborto. Si la respuesta episcopal de Novell no fuera excepción, sino norma; si los obispos ni siquiera aceptaran la apariencia de que callan y se ponen de perfil porque consideran que ésta del aborto es una batalla perdida y ya no vale la pena luchar en ella… Otro gallo nos cantara entonces, que no el de san Pedro.
Qué felices, o ,mejor, bienaventurados seríamos, si siguiéramos lo que nos predicó Jesús y que tan bien nos enseña en Su Evangelio…
“El que recibe a un niño como éste en Mi nombre, a Mí me recibe”
“De la misma manera no es Voluntad de vuestro Padre Celestial que se pierda uno solo de estos pequeños…”(Mateo 18, 5 14).
Porque sólo en Dios está la verdadera Vida, el verdadero Amor.
Parece mentira que Monseñor NOVELL, que parece un huído eun frenopático, con esa mirada tan extraña que tiene, tenga las ideas tan claras en este asunto básico y fundamental.
SOLO POR ESO MERECE TODO NUESTRO APRECIO, AFECTO Y RESPETO.
¡Y estoy seguro de que por muchas cosa smás, como por ejemplo su apoyo a las mujeres embarazadas, a esa casa de acogida, etc., que se cita en el artículo!
¿A VER SI AL FINAL VA A RESULTAR EL MEJOR OBISPO, DE CATALUÑA Y DE ESPAÑA…?
Al fin y al cabo, EL CARDENAL TARANCÓN también salió de SOLSONA.
Excelente artículo del Padre Ballester, siempre en defensa de la vida.
Me alegro de oir alabar al Obispo NOVELL, por primera vez en mi vida.
¡Y espero que no sea la última!
Las clinicas abortistas son parte del conglomerado de la industria farmaceutica, utilizan los fetos abortados para un monton de cosas, incluyendo la fabricacion de las vacunas COVID, sin fetos frescos la industria farmaceutica no podria sobrevivir, necesitan un flujo constante de bebes triturados para que a sus Mengeles no les falten juguetes.
Así es. Y LA CLÍNICA SAN JUAN DE DIOS, DEL ARZOBISPADO DE BARCELONA, es la primera que práctica ABORTOS…
(Algo que fue denunciado por don Custodio Ballester, y que sin duda influiría en su ostracismo de la Curia barcelonesa, y la patada en el culo que le dió EL SÁTRAPA OMELLA).