Bella, un canto a la vida
Ramiro González.-Pocas películas hay que traten el tema del aborto. Mejor dicho, creo que hasta ahora ninguna. No se si es por que ningún tiburón de Hollywood se ha atrevido. Creo que esa es la clave, que nadie nunca se ha atrevido a tratarlo. Ha sido necesario que el productor y actor Eduardo Verástegui, católico converso, se atreviese a contar la historia de Bella. La película es una historia como muchas otras que ha habido y hay, por que en EEUU, la realidad del aborto es también escalofriante, de hecho, el presidente Obama casi quiebra el país por pagar abortos con dinero público, ese que sabemos que “no es de nadie”.
En fin, ¿por qué Bella es una película tan maravillosa? Yo no la vi en el cine, duró muy poco. Hoy en día, las cosas son así: si la película no barre la taquilla en el primer fin de semana está automáticamente condenada al fracaso. Este fue el caso de Bella, y eso que ganó premios en algunos festivales. Como decía, es la primera película que se atreve a abordar el tema del aborto.
Me encantó por un motivo fundamental: por que no es una película que solo te cuenta una historia dramática a más no poder, también es un canto a la esperanza. Sin desvelar mucho del argumento, es la historia de una mujer embarazada que tiene una situación personal muy difícil, y que en un principio se plantea la salida fácil, que es ir a una clínica para matar al bebé. Pero llegado el momento no puede. A lo mejor parezco muy duro cuando digo “matar”. Pero el aborto es eso, un crimen, un asesinato. Le estamos quitando el derecho a vivir a un ser humano inocente, que muy bien, a lo mejor no habla ni es capaz de pensar todavía, pero se mueve, sonríe, emite sonidos, y cuando le abrazas él te abraza. Es un ser humano aunque a muchos les moleste. Hoy en día está muy de moda eso de decir: “Es mi cuerpo, yo decido”, un mantra establecido por la ideología de género y el Feminismo más radical.
El día que determinados individuos e individuas se enteren de que, por razones biológicas, están programados para procrear y reproducirse, se van a llevar una auténtica sorpresa. A raíz de todo esto me viene a la mente la pregunta: ¿Desde cuando el aborto es un derecho? ¿Desde cuando la mujer o el hombre tienen derecho a decidir sobre la vida o la muerte de un ser humano? La explicación de por qué esta película no ha tenido éxito está muy clara. Porque ahora estamos instalados en la sociedad del hedonismo y del egoísmo, como apunté en mi artículo sobre “UP, la aventura del matrimonio”. El egoísmo porque muchos no son capaces de ver más allá de su propio ombligo. Luego está el Hedonismo, que desemboca en el culto al cuerpo, a expresiones como la que escuché en un programa de televisión de cierta cadena de cuyo nombre no quiero acordarme, en el que un elemento decía: “Yo soy mi propio Dios”. A este punto estamos llegando, hemos matado a Dios para creernos nosotros los Dioses. Entonces, como nosotros somos los nuevos Dioses…podemos establecer nuestros propios Valores ¿no?
La historia de “Bella” pretende rechazar todo eso. Esta película no pretende ser una gran obra cinematográfica. Lo único que quiere es llamar nuestra atención y decirnos: ¡Señores! ¿Qué clase de mundo estamos creando? Como ya digo, no es una obra maestra, pero merece la pena pararse a verla y reflexionar sobre lo que nos cuenta.
Hay algunas películas más que tratan sobre el aborto: Juno, y una menos conocida, 4 meses, 3 semanas y 2 días.