Otro tsunami sacude Maldivas: La Sharia
Rubén Kaplan.- La República de las Maldivas o Maldivas, situada en el Océano Índico al sudoeste de Sri Lanka y la India, al sur de Asia, constituida por 1.196 islas (sólo 203 están habitadas) agrupadas en una doble cadena compuesta por 26 atolones que van del norte hacia el sur, recibe un aluvión de turistas anuales predominantemente europeos que llegan de vacaciones a sus bellísimas playas de aguas cristalinas y corales, pagando tarifas de hasta mil dólares la noche para alojarse en ese lugar paradisíaco que fue afectado en parte por el tsunami de diciembre de 2004.
La devastación provocada por el maremoto, que dejó a miles de personas sin hogar y mató a más de 100 personas, ameritó que los cartógrafos planearan recomponer el mapa de las islas en riesgo de extinción. Ahora, sobre los habitantes de Maldivas (especialmente las mujeres) y el turismo -que origina el mayor ingreso de moneda extranjera del país más bajo del mundo y más pequeño de Asia en población y área- se cierne una amenaza diferente de cataclismo: la imposición allí, de la Sharia, la atávica ley coránica.
El martes 7 de febrero, quien fuera hasta ese día presidente de Maldivas, Mohamed Nasheed, un reputado defensor de la causa ecologista y, en el pasado, activista a favor de los derechos humanos que acabó con tres décadas de régimen autoritario en las primeras elecciones multipartidistas celebradas en 2008, presentó su renuncia en medio de una oleada de protestas provocadas por su controvertida orden de arrestar al juez jefe de la Corte Penal Abdulla Mohamed, a quien el Gobierno acusó de corrupción y de apoyar al ex presidente autócrata Maumoon Abdul Gayoom. La dimisión de Nasheed, precedida de tres semanas de protestas fue en realidad un golpe de Estado encubierto, ya que centenares de policías que impugnaban la orden de retirar los cordones policiales que separaban a defensores y oponentes del Gobierno salieron a manifestarse a las calles de la capital, Male.
Durante la noche, un grupo de policías amotinados atacaron la cadena de televisión opositora VTV, tras lo cual asaltaron y quemaron el principal punto de reunión de los seguidores del Partido Democrático de Maldivas, la formación fundada y liderada por Nasheed, y ocuparon tanto la televisión estatal, la MNBC, como el resto de cadenas del país. Más tarde, se registró un choque entre militares y agentes del orden. Nasheed llamó a los policías a cesar la protesta pero éstos se negaron y exigieron, en cambio, su dimisión. El general de brigada Ahmed Shiyam declaró a la prensa que Nasheed decidió renunciar al cargo y traspasar los poderes al vicepresidente Mohammed Waheed Hassan. “Si me quedo como presidente por más tiempo habría numerosas repercusiones y muchos daños. Por lo tanto, he dimitido como presidente de Maldivas a partir de hoy”, declaró Nasheed, en un discurso televisado, indicando que no tenía ningún deseo de usar la fuerza para mantener el control.
El Ejército de Maldivas confirmó la renuncia del presidente Mohamed Nasheed, luego de que éste acordara ceder el cargo al vicepresidente Mohammed Waheed Hassan, de 59 años nacido en Male, graduado en la Universidad Americana de Beirut y la Universidad de Stanford, donde obtuvo un doctorado. El ex mandatario hizo público el anuncio de su dimisión a través de un mensaje transmitido por la televisión nacional. Poco después Naced -que aguardaba en su domicilio su detención al tiempo que su familia se refugiaba en Sri Lanka- denunciaba que se había visto obligado a renunciar al poder por un “golpe de Estado” que “no fue sangriento” porque él mismo decidió “no defenderse”.
Asimismo, insinuó que regresará a la política y que podría presentarse a las elecciones presidenciales del próximo año. El presidente depuesto exigió a Waheed que entregue el poder al presidente del Parlamento y convoque elecciones presidenciales en un plazo de dos meses. La respuesta del presidente de facto, estuvo lejos de esa expectativa: “De momento, las elecciones están previstas para finales de 2013, queda más de un año y medio”. “Si llegamos a un acuerdo para adelantarlas, iniciaremos discusiones con todos los partidos políticos, pero se deben dar las condiciones adecuadas para garantizar que serán unos comicios libres y justos”.
Lo cierto es que el actual presidente de la Maldivas ha expandido a su gabinete para incluir a miembros del Partido Progresista de las Maldivas que encabeza el ex gobernante autocrático Maumoon Abdul Gayoom, quien gobernó durante 30 años hasta que Nasheed lo derrotó en la primera elección multipartidista del país en 2008, y del extremista Adhaalat, o Partido de la Justicia, que exige la aplicación plena de la Sharia, obtuvo varios ministerios
En las Maldivas la Constitución prohíbe la práctica o prédica de cualquier religión diferente al Islam y se especifica que el país se regirá de acuerdo a los principios islámicos. Muchos de los más de 70.000 trabajadores foráneos en las Maldivas son cristianos a los que se les permite practicar su fe sólo en sus hogares, aunque no pueden reunirse para la oración o culto con otros feligreses. La transgresión de estas disposiciones motivó en el pasado la detención y deportación de extranjeros.
Pero hasta ahora las autoridades en general han sido flexibles, sobre todo para preservar la industria turística del país. Sin embargo, los activistas islámicos liderados por Adhaalat, oportunamente, han protestado contra los vínculos del gobierno anterior con Israel y exigían que el alcohol no se venda fuera de centros turísticos. El partido fundamentalista también lideró una protesta en diciembre de 2010 contra la Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, después que ella pidió a las autoridades de Maldivas impedir que las mujeres recibieran azotes por haber tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio. En enero de 2011 el gobierno ordenó a cientos de resorts y spa de lujo cerrar sus balnearios una semana después de la protesta instigada por Adhaalat y otros grupos de oposición que acusaban al gobierno del presidente Mohamed Nasheed de comprometer los principios del Islam. Los manifestantes también querían que las autoridades detuviesen la venta de alcohol en las islas, que cerraran los burdeles que operaban bajo el disfraz de los salones de masaje, demoler los monumentos budistas y poner fin a un plan para permitir vuelos directos a Israel.
En un acto demencial, que evoca la destrucción, en 2001, por parte de los talibanes de dos estatuas enormes de Buda en la antigua región de Bamiyán en Afganistán, en la segunda semana de febrero de 2012, una turba de extremistas islámicos arrasó el Museo Nacional de las Islas Maldivas -construido con la ayuda del gobierno chino e inaugurado el 26 de julio de 2010- destruyendo las estatuas budistas del Siglo XII hechas de coral y piedra caliza, que atestiguaban el pasado pre-islámico de este Estado.
Otras piezas destrozadas fueron las esculturas, estatuas Bohomala mono y un pedazo de estatua rota del dios hindú de agua, Makara. Cinco estatuas de mujeres también fueron dañadas. La evidencia arqueológica servía para probar la existencia de una era budista en las Maldivas. En declaraciones a la Minivan News, un funcionario del museo dijo que un grupo de hombres irrumpieron en el edificio dos veces “y produjeron ataques deliberados a las reliquias budistas y las ruinas de monasterios que se exhiben en la colección pre-islámica, destruyendo la mayoría de los elementos, más allá de cualquier reparación. Los vándalos radicales islamistas habían atacado el museo porque creían que algunas de las estatuas en el interior eran “idólatras.
“No estamos tratando de promover ninguna religión aquí. Estos artefactos son utilizados con el propósito de la enseñanza, la investigación arqueológica y que muestra la historia de Maldivas a los visitantes “, explicó. “Sin embargo, una parte significativa de nuestro patrimonio se ha perdido para siempre”.
La adopción rigurosa de la Sharia en las Maldivas entre otros aspectos, disminuirá la tolerancia y atentará contra los derechos humanos, el de las mujeres en especial. El fundamentalismo religioso emergente ha cambiado la forma en que las féminas eran consideradas hace un tiempo e implica una amenaza a la integridad corporal de las niñas y las mujeres que pueden ser objeto de azotes y flagelaciones como la mutilación genital femenina, práctica atroz que viene experimentando un resurgimiento significativo, especialmente en las islas periféricas, donde los imanes locales tienen mayor influencia.
Aquellos occidentales que planeen las vacaciones o paseo a las Maldivas, famosas también por tener el cielo más azul y límpido, deberán meditarlo mucho, ya que allí, rigiendo la Sharia, sólo será bienvenido y estará seguro, el turismo islámico.
Por más hermoso lugar que sea, no iría de vacaciones a un lugar donde gobiernen los musulmanes extremistas ni aunque me regalaran el pasaje
Que guay debe ser bañarse en esas aguas con un edredón encima…
GUERRA AL ISLAM BASTA DE MARICONADAS CON ESOS TERRORISTAS
guerra para ti podrio no hay nada mejor que el islam
En las Maldivas enseñar los puntos cardinales está prohibido porque dicen que es un acto en favor del cristianismo y de la propagación de la cruz de esa religión
Estos enfermos fanaticos llegan a un ridiculo espantoso, incapaces de ser racionales y separar las cosas comunes de la vida de lo espiritual, deberian de preocuparse de lo que hay dentro de ellos, en sus mentes y en sus corazones, que es donde habita la maldad de los hombres, no en lo exterior, “no contamina al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella”.