Extremadura afronta las elecciones más reñidas
Cambiar o no.Ese es el dilema al que se enfrentarán las poco más de 900.000 personas que el próximo día 23 están llamadas a las urnas. Todos los sondeos electorales, el último ayer mismo a cargo del CIS, coinciden en que serán las elecciones más disputadas de la joven autonomía extremeña.
Guillermo Fernández Vara fue noticia en toda España porque fue capaz de culminar con éxito una transición que para muchos se antojaba complicada porque tenía que suceder nada menos que a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente durante durante 23 años. No solo logró ganar sino que lo hizo con unos resultados todavía más amplios.
Pero la crisis vino a cruzarse en su camino. En numerosas ocasiones ha admitido que el se presentó en 2007 prometiendo empleo y está contando parados.
Enfrente tiene a José Antonio Monago, candidato por primera vez. Aspira a alcanzar lo que no consiguieron sus antecesores, el último Carlos Floriano. Su gran pelea durante estos últimos años ha sido tratar de alcanzar el grado de conocimiento y popularidad de su rival.
Ambos candidatos, Vara y Monago, más el primero aunque el nombre del segundo le suena ya a todo el mundo, son suficientemente conocidos; la opción del PP mejora mucho la anterior de Carlos Floriano, es el comentario al cabo de la calle.
Cambiar ¿para qué o por qué? La crisis económica, y su dentellada más social que es el desempleo, parecen tener la culpa de que ahora haya partido. Sobre la cabeza de un animoso Fernández Vara cayó en 2008, al año siguiente de su elección, el peso de la crisis financiera internacional, una estafa de dimensión mundial según se va sabiendo, que puede separar al PSOE de su voto natural.
Para contrarrestar esa percepción, los socialistas no se cansan de repetir que el origen de todo no está aquí, sino en el exterior. Los gobiernos de su partido, tanto en Madrid como en Mérida, no han hecho otra cosa que luchar contra una situación que ellos no habían generado. No hay que olvidarse de un tercer actor en discordia, el candidato de Izquierda Unida Pedro Escobar. Los sondeos le conceden la posibilidad de ser el árbitro final de la contienda, con uno o dos escaños que podrían ser vitales para que el PSOE gobierne. La última palabra la tendrán los extremeños el próximo día 22, la encuesta que nunca se equivoca, como le gusta repetir a Vara.
904.000 extremeños, aproximadamente, eligirán entonces a los 65 diputados de la Asamblea extremeña. Una de las novedades será que cambia el reparto por provincias, por segunda ocasión en la historia autonómica regional (la primera fue en 1999). Badajoz gana un escaño para tener 36, mientras que Cáceres se queda con 29.La causa está en los cambios demográficos, el sur de la región gana población mientras que el norte pierde.
Estos comicios presentan otras novedades, desde la prohibición de incitar al voto en la campaña institucional a la presencia de personas sordas como miembros de las mesas, en las que también entran por primera vez los electores mayores de 65 años y menores de 70.
En otro orden de cosas, los partidos políticos cerraron ayer una tensa precampaña, en la que también hubo acusaciones públicas. El vicesecretario de Organización del PP en Extremadura, Juan Parejo, reclamó que cese la presión a los militantes de su partido tras dar a conocer un nuevo caso de presuntas presiones hacia la familia de un componente de las listas del PP en Puebla de la Calzada, para lo cual contó con la presencia de la esposa del presunto afectado, Sonia Vázquez.
Esta mujer explicó que tras una cena del PP a la que asistió su marido, fue trasladaba desde su puesto de trabajo en el que transportaba personas de movilidad reducida desde Puebla de la Calzada al centro de Salud de Montijo-Puebla. Según su versión, Vázquez realizaba este trabajo dentro de un programa de asistencia desarrollado entre Cruz Roja y el SES, pero tras esa cena fue trasladada a realizar tareas en el centro de Alzheimer de Montijo, que explicó, no eran las de su contrato.
Además, añadió, vio como se le fraccionaban los turnos para «impedir», dijo Parejo , la conciliación familiar y laboral «sin que nadie la haya dado explicaciones, una situación que Sonia Vázquez ha aguantado hasta que «se le ha puesto de patitas en la calle», aseveró. Sobre este despido, que Juan Parejo calificó de improcedente, añadió que hasta «Cruz Roja llegan los tentáculos del PSOE, unas actuaciones que son anormalidades».
Parejo también reclamó a Vara que cumpla el decálogo presentado sobre valores en la política, y que a su juicio ha quedado en la teoría. Lamentó que este decálogo se está incumpliendo con un indignante acoso y derribo al Partido Popular.
Sin embargo, la secretaria de Organización y coordinadora de la campaña electoral del PSOE de Extremadura, Ascensión Godoy, dijo ayer que no hay ninguna discriminación contra ningún candidato electoral del PP ya que en la región hay ahora «una democracia del siglo XXI en la que no se producen esas situaciones».
En una rueda de prensa en Mérida en la que hizo balance de la precampaña, negó las acusaciones del secretario de Organización del PP de Extremadura. En cuanto al caso de Sonia Vázquez, Godoy rechazó esa supuesta discriminación y agregó que en décadas anteriores sí había coacciones por parte de «la derecha».
167 millones de euros para el primero que llegue
Quien ocupe a partir de finales de junio el despacho principal del Conventual Santiaguista de Mérida, sede presidencial de la Junta de Extremadura, será el primero en beneficiarse, pero ya el año que viene, de alguna ventajilla que proporciona el nuevo Estatuto de Autonomía. En una era de recortes, el Gobierno se ha comprometido a invertir de manera adicional, y durante siete años, el equivalente al uno por ciento del PIB de la región.
Son unos 167 millones de euros en este momento, destinados a inversiones programadas desde el Estado, pero que pueden liberar a la Junta de algunas obligaciones.
Cómo lidiar con una Administración autonómica según la calle «insostenible», de 45.000 empleados, es uno de los conflictos que tiene que abordar el nuevo presidente, en un contexto de mantenimiento en escasez de ingresos públicos, que ya tiene un precedente en el recorte del cinco por ciento en los sueldos practicado desde el año pasado, y que concluirá probablemente con otro tijeretazo bajo el principio de que la carga se soporte entre todos y nadie vaya a la calle.
Los programas electorales en materia de infraestructuras (carreteras, ferrocarriles) presentados por PSOE y PP) no parecen mientras tanto acusar el golpe de la crisis aunque el partido de Vara se remite sin más concreción a lo ya prometido aunque introduce la doble posibilidad de «autovía o vía rápida» menos comprometedora, en el caso de vías con mucha circulación.
El PP de Monago suprime de su cuaderno las anunciadas autovías Badajoz-Olivenza y Almendralejo hasta la A-5, aunque promete a cambio otra entre Montijo/Puebla de la Calzada y la A-5.