El Celta rescata un punto de oro frente al Barça (2-2)
Un gol de Borja Oubiña a falta de tres minutos para el final permitió al Celta rescatar un punto frente a un Barcelona que, como era de esperar, reservó a muchos de sus titulares para el duelo europeo contra el París Saint Germain.
La temporada azulgrana no pasaba por el choque de Balaídos. Salvo catástrofe mayúscula, la Liga la tiene casi asegurada. Su curso se valorará por su actuación en la Liga de Campeones. El cuerpo técnico que lidera Tito Vilanova lo sabe, por eso de los habituales solo jugaron Messi, Piqué, Dani Alves y Cesc Fábregas. Y casi todos jugaron con el freno de mano puesto.
El equipo vigués desaprovechó una inmejorable oportunidad para ganar a los catalanes. Fue atrevido en la primera media hora, donde llegó a pisar varias veces con peligro el área visitante, pero a partir de ahí se limitó a defender.
Una táctica que no le salió mal en el primer acto a los de Abel Resino, pues, justo después de que Pinto se luciese ante Borja Oubiña y de que Tello desaprovechase una gran asistencia de Messi, Natxo Insa adelantó a los locales.
Pero la alegría apenas le duró cinco minutos a los celestes, el tiempo que el argentino Leo Messi tardó en aparecer de nuevo para asistir a Tello, que esta vez no falló ante Javi Varas.
En el arranque del segundo acto el Celta tuvo una nueva oportunidad para adelantarse pero el coreano Park volvió a errar en el remate, demostrando que la baja de Iago Aspas la acusarán los gallegos notablemente.
A partir de ahí, el dominio azulgrana fue aplastante. El Celta renunció por completo al ataque y se dejó en manos de un Barçelona que, sin apretar demasiado, se encomendó a Messi para solventar el trámite de Balaídos.
Y el internacional argentino no faltó a su cita con el gol. En el minuto 65, después de una gran internada de Tello, superó a Javi Varas, el meta que la pasada temporada le había amargado en el Camp Nou defendiendo la portería del Sevilla. Fue un gol de récord, pues Messi completó esta tarde una vuelta marcando.
El Celta se lanzó entonces a por el empate y obtuvo su premio a falta de tres minutos, con un tanto de cabeza de Borja Oubiña, quien aprovechó un enorme desajuste defensivo de los azulgranas.
EL MADRID NO APROVECHA EL EMPATE DEL BARÇA
El Real Zaragoza arañó un punto ante un Real Madrid que pareció jugar con el freno de mano echado en bastantes momentos, quizá con el compromiso de Liga de Campeones de la próxima semana en mente, y que reaccionó demasiado tarde para lograr la victoria.
Al conjunto zaragozano el empate le sirve para poco, pero al menos moralmente debe suponer un espaldarazo para el complicado calendario que tiene por delante, ya que mejoró notablemente la pésima imagen que estaba ofreciendo desde que se inició la segunda vuelta, donde todavía no conoce la victoria.
De haber jugado todos los encuentros como contra su rival de hoy posiblemente su situación sería bien diferente. En la primera parte, el Real Zaragoza fue valiente y buscó a su rival, mientras que el Real Madrid jugó con un ritmo controlado y sin dar la sensación de exprimirse al máximo.
Tras el descanso, el poderío blanco empujó a su oponente hacia su portería pero el equipo zaragozano no se desordenó y aunque los madrileños pudieron haber decantado el partido a su favor, también estuvieron a punto de perderlo.
Para el conjunto local el encuentro no pudo comenzar mejor. Un robo de balón en el centro del campo propició una rápida contra que culminó Rodri con acierto en el minuto 6.
A pesar del tanto, el equipo de Manolo Jiménez no renunció al planteamiento inicial, que era una defensa muy adelantada y fuerte presión en el centro del campo.
El Real Madrid buscó al principio dominar el juego con pases reiterados pero viendo que su rival estaba bien asentado y que era complicado entrar jugando en la maraña aragonesa, porque además Luka Modric apenas entraba en juego, intentó poco a poco jugar más balones a la espalda de la defensa, aunque la mayoría de ellos suponían caer en fuera de juego.
Cristiano Ronaldo y Rodri pudieron modificar los guarismos del marcador, pero la mejor oportunidad llegó en el minuto 27 en un barullo en el área zaragocista tras una mala salida del meta Roberto. Pepe tocó de cabeza flojo y el central holandés Glenn Loovens, sobre la misma línea de gol, evitó que el balón se colara en la portería.
El equipo aragonés se defendía bien y, sobre todo, salía con velocidad a la contra, algo que parecía haber olvidado en encuentros precedentes, mientras que su rival daba la sensación de estar centrado en el aspecto ofensivo pero no tanto en el defensivo porque la presión era casi inexistente.
Cuando menos sensación de peligro estaba mostrando el conjunto de José Mourinho su compatriota Cristiano Ronaldo llevó el empate al marcador al aprovechar un rebote al borde del área y marcar de disparo raso, en el minuto 38, ante un Roberto que tapó mal su palo.
A renglón seguido el meta local detuvo de forma espectacular un cabezazo de Michael Essien que hubiera supuesto que los visitantes se hubieran colocado por delante.
A pesar de ello, los zaragocistas no le perdieron la cara al partido y ya en las postrimerías del primer periodo, en dos contraataques hicieron trabajar a Diego López, que estuvo acertado en sendos disparos.
Nada más iniciarse el segundo periodo, el Real Madrid volvió a tener la opción de adelantarse en el marcador en una doble jugada, pero primero Roberto le ganó un mano a mano a Cristiano Ronaldo y después la fortuna se alió con los Zaragoza porque Marcelo mandó el rebote al poste.
Con un triple cambio en el minuto 61, Mourinho quiso ir decididamente a por el partido dando entrada a Di María, Ozil y Khedira.
Obligado por el dominio merengue, el Zaragoza dio un paso atrás con respecto a la primera mitad, pero no renunció a seguir saliendo con velocidad a la contra, aunque le faltaba un último pase que dejara en ventaja a sus atacantes o un remate preciso.
Estuvo a punto de lograrlo en un par de ocasiones del portugués Helder Postiga pero Diego López no quiso ser menos que Roberto y salvó a su equipo en un último cuarto de hora, en el que también los visitantes buscaron el triunfo ante un Real Zaragoza que defendió su punto con uñas y dientes.
Con el entrenador que el Celta de Moscú condenó al paro por sentirse español hubieran ganado fácilmente al equipo millonario, al equipo de Zapatero, el remendón. Aún a pesar del arbitraje.