Cataluña, esclava de la mentira
Luis Felipe Utrera-Molina Gómez.- La Cataluña oficial conmemoró el 11 de septiembre la derrota de los partidarios del archiduque Carlos de Habsburgo contra los de Felipe V en la Guerra de Sucesión a la Corona de España, efemérides que el argumentario nacionalista ha convertido, retorciéndolo a su antojo, en una suerte de holocausto de la identidad catalana por parte de España como potencia opresora. En realidad, puestos a buscar un anclaje histórico a su romántico y aldeano afán, podían haber escogido cualquier acontecimiento histórico o bíblico, como la Torre de Babel, la conquista de Granada o el diluvio universal, que de cualquiera de ellos sus sesudos estrategas habrían sacado abundante munición contra España.
No en vano, el catalán universal Josep Pla –medalla de oro de la Generalidad- se preguntaba con clamorosa ingenuidad: “¿Tendremos algún día en Cataluña una auténtica y objetiva historia? ¿Cuándo tendremos una Historia que no contenga las memeces de las historias puramente románticas que van saliendo?”.
Pero en lugar de aprender del sentido común del genial escritor ampurdanés, el nacionalismo catalán, desde el inicio de la transición, decidió seguir la estrategia propagandista de Joseph Goebbels, ministro encargado de la propaganda de Hitler, quien solía decir que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Desde hace más de 35 años, todo el aparato del Estado en Cataluña, servido en bandeja al nacionalismo por los padres de la Constitución y los sucesivos gobernantes, se ha empleado a conciencia para adoctrinar a la juventud en la colosal mentira de que Cataluña es una nación secularmente oprimida por España. La obsesión de Stalin –denunciada por Orwell en «1984»- por manipular la historia a su antojo, incluso borrando burdamente personajes de las fotografías, ha servido de inspiración para los genios de la disgregación, que han contado en su empeño con el paradójico entusiasmo catalanista de la izquierda y con la displicencia, cuando no complicidad interesada por razones electorales, de la derecha.
La última y más reciente mentira goebbelsiana utilizada por el independentismo catalán es que la grave crisis económica que padecen es consecuencia de que Cataluña está siendo exprimida por el resto de España que está de fiesta perpetua a su costa. No, por supuesto, del coste de sus embajaditas, de sus siete canales de televisión pública, del presupuesto para doblajes y de sus innumerables fuegos de artificio identitarios y expansionistas. La débil memoria colectiva olvida que fue Zapatero quien tras ganar las elecciones en 2004 levantó el techo de gasto público a todas las Comunidades Autonómicas, anunció que aceptaría el Estatuto que aprobara el parlamento catalán y dejó el camino libre para que el triparto pudiese derrochar recursos sin medida, abriendo embajaditas por doquier, fomentando el uso de las lenguas indígenas en Iberoamérica y un largo y bochornoso etcétera, dejando al término de la legislatura la deuda más grande de toda la historia de la Generalidad y obligando a ésta a recurrir a las arcas del “estado opresor” para pagar las nóminas de sus funcionarios.
Ante lo que parece el preludio de una definitiva ofensiva secesionista que probablemente acabe por desbordar las previsiones del gobierno de convergencia, me preocupa que el Gobierno opte por poner la sordina con un “no toca” y “estamos para otras cosas”. Frente a la mentira, que esclaviza a los pueblos, la verdad actúa como vacuna liberadora y Cataluña precisa de forma urgente un baño de certezas que la rescate de la impostura nacionalista que amenaza con dejar en la postración más absoluta a una de las partes esenciales y más entrañables de España. Frente al desafío soberanista, los españoles esperamos de nuestro gobierno firmeza en la defensa de la Constitución que se fundamenta, y no al contrario, en la indisoluble unidad de la Nación Española.
Esclava de la mentira española,claro.
Otro tonto
Castellanos lo son también ustedes, so ignorante, ni siquiera conoce el significado de la palabra catalán ni su origen francés. ¿Qué castellanos han venido a Cataluña?
Este es el resultado del lavado de cerebro de 35 años servido a la carta,por alguien claro esta.
Con mentiras e imposturas,por supuesto.
Los profesionales de ello,dicen que con 20 años de lavado mental intensivo,es suficiente para hacer creer lo que se quiera,las mayores mentiras y tergiversaciones.
Se puede hasta hacer de un hombre una especie de mandril mental.
Como es el caso catalino.
Saludos.
Catalunya desde 1714 ,por guerra que se perdió ,desde 1714 , ha sido esclava de los castellanos . ya toca ser libre . al que no le guste ya sabe la puerta esta abierta.
A ver elemento, ya se te ha explicado 300 veces que en 1714 era una guerra de sucesión y no de secesión y que Cataluña era aliada de Madrid por ejemplo y q no tenía nada que ver con el separatismo. A fuerza de que lo repitaís no va a ser verdad.
En Catalunya ,mas que una guerra de sucessión,era escoger entre un rey que respetaba sus fueros,todos y cada uno y sin ligazón con Castilla,y el Borbon,que ya de primeras se vió cual era su intención.Luego se comprobó y aún hay memoria gracias a Dios,como el campo de batalla se trasladó descaradamente sobre suelo catalan,y tanto las tropas francesas como las castellanas,la barrieron,la maltrataron,la vilipendiaron,abusaron,quemaron,asesinaron,torturaron y mil atrocidades mas sin el mas minimo pestañeo.Total,eran catalanes.De aqui viene la prudencia con que tratamos a españoles o gabachos.
Eso es lo que les ocurre a los traidores que venden su Patria al extranjero. Lo lamentable es que culpe a quienes murieron por salvarles.
Pues eso es la guerra , una apuesta, y los catalanes como siempre han apostado por el caballo perdedor
Eres un mentiroso,renegado
¡¡MENTIRA FALSARIO!!
La puerta la vais a coger vosotros,y me temo que no va a ser con buenos modales!
Sr. Strom vuélvase para su país, Israe,l y déjenos a los españoles en paz.
Nota del moderador: Usted lo que debe hacer es disculparse con este medio que ha tenido la paciencia de publicale más de cien comentarios y al que ayer usted insultó. Lo estoy esperando.