¿Quién será el próximo Papa? El pulso de un cónclave que ya late
Pedro Manuel Hernández López.- La Iglesia Católica vive una etapa de profundas e internas transformaciones. A las reformas del Papa Francisco I —con su nuevo impulso a una Iglesia más sinodal, pastoral y descentralizada— se suma un contexto global marcado por la polarización, el descrédito institucional y la urgencia social. En este marco, y tras la reciente muerte del Papa Francisco I, la gran pregunta que comienza a sobrevolar discretamente los pasillos del Vaticano es: ¿quién será el próximo Papa que reciba la potestad del apóstol Pedro? Para quien no lo sepa o no lo recuerde, la palabra ‘Papa’ es un acrónimo que significa Petrus Apostoli Potestatem Accipiens y cuya traducción es: «El que recibe la autoridad (potestad) del Apóstol Pedro».
No se trata de un simple juego de nombres. El futuro de la Iglesia se juega en el delicado equilibrio entre «continuidad» y «renovación» o «tradición» y «reforma». Nadie ignora que el próximo cónclave podría celebrarse en un plazo no tan lejano —entre el 6 y el 11 de mayo—, por eso, los posibles sucesores ya están siendo evaluados no solo por sus méritos espirituales, sino por su alto perfil geopolítico, su gran capacidad de tejer alianzas y su aguda visión eclesial.
El cuerpo de electores papales está dividido, grosso modo, en dos grandes corrientes. Por un lado, quienes apuestan por continuar la senda abierta por Francisco I: una Iglesia en continua apertura, con acento en los márgenes, sensible a los desafíos contemporáneos y muy comprometida con el diálogo y la sinodalidad. Por otro, los que creen que este rumbo ha debilitado la verdadera identidad doctrinal y la autoridad del magisterio de la Iglesia, y buscan un retorno a una Iglesia más jerárquica, más centrada en la liturgia, en la ortodoxia y el orden interno.
Ambas visiones tienen sus grandes pesos pesados. Entre los primeros, destaca con creces el cardenal «Matteo Zuppi» —arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana— conocido por su cercanía pastoral y su compromiso con la paz y la inclusión. Zuppi representa un «franciscanismo maduro»: la continuidad sin apenas estridencias y la apertura sin rupturas. Su figura ha crecido en los últimos años como el posible candidato de consenso.
En la misma línea aparece Luis «Antonio Tagle» —cardenal filipino, actual prefecto del Dicasterio para la Evangelización, muy carismático, muy cercano, con sensibilidad misionera y con una valiosa presencia internacional— es uno de los rostros más queridos del ala reformista. Sin embargo, algunos sectores lo consideran demasiado «blando» para gobernar la actual Iglesia universal debido a su característico estilo pastoral compasivo y su tendencia a evadirse y evitar las confrontaciones doctrinales.
Aunque en el bloque más conservador, el nombre más resonante sigue siendo el del cardenal Robert Sarah —guineano, exprefecto de la Congregación para el Culto Divino—, su defensa de la liturgia tradicional y su crítica velada a ciertas reformas de Francisco I le han ganado admiración en sectores tradicionales. Pero su edad (79 años) y su perfil polarizante reducen y muy significativamente sus posibilidades reales de sentarse en la silla de Pedro.
Más en el centro, con una figura más institucional, se encuentra el cardenal «Pietro Parolin» –secretario de Estado del Vaticano— diplomático, moderado y conocedor de los entresijos de la Curia. Parolin podría ser una opción de equilibrio, aunque su perfil burocrático despierta menos entusiasmo entre los fieles.
¿Y España? Aunque muy pocos lo mencionan como favorito, el cardenal Juan José Omella ha ganado respeto en Roma por su sencillez, su enfoque pastoral y su afinidad con el estilo de Francisco I. Su elección sería una señal de continuidad con acento ibérico, aunque su edad (78 años) y su bajo perfil lo colocan más como una figura de consenso que como favorito directo.
El próximo Papa no será elegido solo por su formación teológica o espiritualidad, ya que también pesarán factores geopolíticos. El centro de gravedad del catolicismo se ha desplazado hacia el sur global: África y Asia son actualmente las regiones de mayor crecimiento demográfico, Europa vive un declive progresivo de todos sus valores. Un Papa asiático como Tagle o africano como Sarah enviaría un mensaje potente de descentralización y de universalidad.
Sin embargo, en la elección también pesarán la experiencia pastoral, la capacidad de gobierno y la habilidad para mediar entre posturas divergentes. La sinodalidad impulsada por Francisco I ha abierto un espacio de diálogo, pero también ha generado muchas tensiones. El próximo pontífice tendrá la difícil tarea de ser pastor y estratega, reformador y garante de la unidad eclesial.
Muchos repetirán que el Papa lo elige el Espíritu Santo. Y es cierto, pero también lo es, que es elegido por 120 hombres encerrados en la famosa Capilla Sixtina, negociando, buscando y discutiendo consensos. El Espíritu sopla, pero sopla en medio de la política vaticana, de las visiones eclesiales y de los dilemas del presente.
Lo que está en juego no es solo un nombre. Es un rumbo, un camino a seguir. ¿Continuará la Iglesia en la senda marcada por Francisco I profundizando su apertura y su cercanía a las periferias? ¿O se buscará un nuevo equilibrio, más doctrinal y más centrado en la tradición?
El próximo cónclave será, sin duda, un momento clave. Y aunque hoy no se vea humo blanco, las brasas ya están encendidas en Roma para que la fumata blanca nos anuncie «Urbi et Orbi» (a la ciudad y al mundo entero) que ya, una vez más: más, Habemus papam (¡Tenemos papa!). Esta es la frase latina con la que el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, nos informará que un nuevo Papa ha sido elegido.
*Pedro Manuel Hernández López es médico jubilado, lcdo. en Periodismo y ex senador autonómico del PP por Murcia
El Papa es el Vicario de Cristo. el Hijo de Dios. Su misión prioritaria es poner a Cristo que es el la Luz del mundo, en el centro de la Fe, porque es la cabeza de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana donde está verdaderamente la salvación, que es Él… ·”Nadie va al Padre si no por Mi” (Juan 14, 6) Y esto es por lo que ha de bregar el Papa : Por la salvación de todos Porque el Reino de Jesús no es de este mundo. si no el de la Vida Eterna. Y en consecuencia debe proclamar el… Leer más »