Este Gobierno es una merienda de negros (con perdón)
Ramón Pérez-Maura.- Con la perspicacia que me caracteriza soy perfectamente capaz de atisbar la cascada de insultos que me van a llover por un titular que es el paradigma de lo políticamente incorrecto. Pero al menos podrán reconocerme que sigue siendo una expresión reconocida en la vigente edición del Diccionario de la Real Academia con la siguiente acepción: «Confusión y desorden en que nadie se entiende». Pues eso, si no algo peor, fue ayer la rueda de Prensa del Consejo de Ministros del Reino de España. Un gran espectáculo y no para bien.
Antes de entrar en esa rueda de Prensa tan animada, permítanme llorar un poco sobre una realidad sociológica de España que es absolutamente penosa. Lo que vimos ayer en los informativos de mediodía en televisión fue que todos abrieron con la comparecencia judicial de Luis Rubiales. Un tipo al que le piden cárcel por un beso ante las cámaras de televisión. No sé qué es más políticamente incorrecto, si hablar de la «merienda de negros» o decir, como puede ver cualquiera, que las imágenes del beso por el que ese tipo puede tener una pena de cárcel no parecen indicar ningún rechazo por parte de ella. Si en un caso de abuso sexual en lugar de rechazar con las manos, abrazas al que abusa de ti, hay algo que yo, en mi cortedad, no entiendo. Y lo que yo veo es que le abraza, no que le empuja para separarse.
Pero ya comprendo que esa cuestión es de mucho mayor interés que la patética rueda de prensa de ayer en la que vimos a una vicepresidente del Gobierno y ministra de Trabajo terminar una intervención ante los periodistas y a la portavoz del Ejecutivo responderle susurrando «eso no es así». Como ejemplo de coalición, no está mal. Aquí hay una pelea fabulosa entre los dos partidos que forman parte del Gobierno. Y eso es lo que en castizo se llama una merienda de negros. Yolanda Díaz sale a cantar victoria por haber conseguido que se suba el salario mínimo interprofesional en 50 euros más y a confesar que nadie le ha dicho a su grupo parlamentario que el 40 por ciento de esa subida se va a ir en impuestos.
Un detalle no menor, es que un Consejo de Ministros con una discrepancia de esta gravedad entre los dos partidos de la coalición duró menos de 90 minutos. Vamos, que no llegó ni a merienda de negros. Fue la resurrección de Mobutu Sese-Seko, encarnado en Pedro Sánchez y lanzando edictos. En una democracia en que hay un gobierno de coalición de dos partidos que tienen una discrepancia tan grande sobre lo que Díaz presenta como un logro inmenso ¿se puede despachar la sesión del Consejo en menos de 90 minutos para que Sánchez se vaya a las Cortes a ser aclamado por sus parlamentarios? No sé si éticamente se puede. Pero eso es lo que ocurrió. Sin la más mínima duda.
Y a todos los contribuyentes que vamos a pagar los SMI con enorme esfuerzo, que nos quede claro que vamos a beneficiar todavía más a este Gobierno que nos chupa la sangre.