El insólito caso de la Virgen que llora en la casa de una mística italiana
Teresa Musco nació en Caiazzo (provincia de Caserta, en la región de la Campania, en el sur de Italia) el 7 de junio de 1943, y murió el 19 de agosto de 1976 a la edad de 33 años. (Ver video).
El 1º de abril del año 1959, a la edad de 16 años, escucha a Jesús que dice: “Sufrirás sola y abandonada. Ten Caridad, humildad y paciencia. Deberás sufrir, callar y dar. Teresa Musco vivió una vida de sufrimiento, aceptada con ánimo de expiación. El 31 de agosto 1957 recibió estigmas invisibles, que se hacen visibles el 25 de octubre de 1968.
A partir de 1955 Teresa tomó nota en un diario de sus experiencias místicas. La vidente era analfabeta, porque no tuvo la oportunidad de asistir a la escuela, para ayudar con el trabajo de la familia. La Virgen María se encargó, a partir del 25 de diciembre de 1949, de enseñarle lectura y escritura, orientando su mano…
Teresa también tuvo muchas visiones de su ángel de la guarda. La primera data del 15 de marzo de 1948. En ella el ángel le hace la invitación a orar, a sufrir con alegría por la liberación de las almas del purgatorio, y para su salvación. Las manifestaciones angelicales se convirtieron diarias, según Teresa escribe: “Cada mañana el ángel me visita y rezaba con él.”
Desde julio de 1948, también tuvo apariciones del Niño Jesús. El 31 de julio de 1948 el niño dijo, “sufrirás mucho en tu familia. Vas a ser malinterpretada y tendrás malos tratos. No temas, estoy cerca de ti, mi dulce Madre te llevará de la mano hasta cuando seas grande y actuarás sola, dejando a tu familia para hacer mi voluntad.”
María le dio muchos mensajes, algunos de especial interés para la humanidad. Las pinturas y estatuas que María que Teresa tenía en la casa, desde 1971 comenzaron a lagrimar incluso sangre. Con respecto a estos fenómenos María dijo: “Mi hija, mis lágrimas moverán a muchos a una renovación del corazón.”
SUS SUFRIMIENTOS
Teresa es la menor de cuatro hijos de un modesto matrimonio de agricultores, Salvador y Rosina Zullo. Debió sufrir mucho a causa del duro temperamento del padre. El hombre, violento y colérico, golpeaba con frecuencia a la esposa y maltrataba a la hija, a quien no le creía.
En el año 1951, realizó su Primera Comunión, en ese mismo año fue operada y se puede decir fue el comienzo de su larga agonía.
Pero ya de pequeña Teresa anunció que tendría mucho que sufrir, que iría a varios hospitales y sería tratada por varios médicos. En 1956 y 1957 fue internada repetidas veces y sometida a diversas intervenciones quirúrgicas. Desahuciada, ella declaró: “Yo no muero tan pronto, volveré varias veces al hospital”. De hecho vivió diecinueve años más, muriendo el día y la hora por ella anunciados y a los 33 años también predichos.
El 1º de abril del año 1959, a la edad de 16 años, escucha a Jesús que dice: “Sufrirás sola y abandonada. Ten Caridad, humildad y paciencia. Deberás sufrir, callar y dar”.
Sufrió 117 operaciones de cirugía menor sin anestesia, porque se le formaban dolorosos abscesos que resistían a toda medicación incluidos los antibióticos, cuya causa la ciencia no pudo descubrir y que operados, al día siguiente las heridas estaban por completo cicatrizadas.
Cuando tenía tan solo 22 años de edad, le cortan una de sus piernas, esto fue una gran prueba de amor y dolor para Teresa, ella acepta la voluntad de Dios.
La Semana Santa del año 1969, tras perder el conocimiento, recibe en su pie y manos, los estigmas de la pasión de Cristo, que la acompañarán durante toda su vida.
LAS APARICIONES
La primera aparición de la Virgen ante Teresa Musco tiene lugar el 8 de enero de 1948. Habiendo sido reprendida y castigada físicamente por su padre por haber salido de su casa semidesnuda bajo una fuerte granizada, recibió el consuelo de una ‘Señora muy bella’ que le dijo mientras la acariciaba: “Mira, hija mía, tu padre hizo muy bien”.
María vuelve a aparecérsele el 12 de enero, y le aplica hojas de haba sobre el pie que se había quemado gravemente tres días atrás, diciéndole: “No se lo digas a nadie, tu Madre te curará. Quédate tranquila”. La Virgen se le manifestó por tercera vez el 17 de enero, mientras estaba rezando en la iglesia, y le puso nuevamente hojas de haba sobre el pie quemado. Pocos días más tarde el pie estaba sanado y no presentaba cicatriz alguna. Como signo de gratitud, Teresa comenzó a hacer jaculatorias. María reaparece diciéndole: -“Hija mía, soy tu Madre que te guía por la senda que complace a mi dilecto Hijo. Estoy contenta con el sacrificio que me ofreces. Continúa”
Desde entonces la Virgen se le aparece regularmente rodeándola de atenciones, como ella misma escribió: “la Madre celestial estaba conmigo cuando arreglaba la casa, cuando rezaba e incluso cuando jugaba sentía que me llamaba para que me entretuviese también con Ella. Cuando estaba enferma la sentía siempre cercana, y para mí era un consuelo y una protección. Lo único que me repetía siempre era: “Ofrece tu sufrimiento por los pecadores”.
La vidente llevó una vida de sufrimientos, aceptándolos como alma expiatoria; el 31 de agosto de 1957 recibió los estigmas invisibles que se vuelven visibles el 25 de octubre de 1968. A partir de 1955 Teresa registra en un Diario sus experiencias místicas. Es de destacar que la vidente era analfabeta, puesto que no había tenido la posibilidad de asistir a la escuela, ya que desde niña debió contribuir con su trabajo a la manutención de la familia. Fue la Virgen misma quien se hizo cargo de enseñarle a leer y a escribir guiándole la mano, desde el 25 de diciembre de 1948. Ya en ese mismo año la Virgen le había anticipado que iba a tener que dejar la casa paterna para trasladarse a Caserta. Lo que hizo recién el 8 de enero de 1968.
La mística tuvo numerosas visiones, entre ellas incluso la de su propio ángel custodio. La primera vez se remonta al 15 marzo de 1948. En aquella oportunidad el ángel la convocó a orar, a sufrir con alegría por la liberación de las almas del Purgatorio y por su salvación. Las manifestaciones angélicas se volvieron pronto cotidianas y, como apunta Teresa: ‘Todas las mañanas el Ángel venía a visitarme y me hacía rezar junto con él’.
Desde julio de 1948 recibe también apariciones del Niño Jesús. El 31 de julio el Niño le dijo: “Sufrirás mucho con tu familia. Serás incomprendida y maltratada. No temas, yo estoy a tu lado, y mi dulce Madre te llevará de la mano hasta que seas grande y puedas actuar sola. Dejarás tu familia para hacer mi voluntad. Sufrirás mucho, pero yo estaré siempre muy cerca de ti”.
Son innumerables los testimonios sobrenaturales hoy día, en el tiempo contemporáneo, y a lo largo de toda la historia de la Iglesia. Es para los que no creen si no ven. Sin embargo, y como profetizó Jesús, ni aun siendo testigos directo de milagros los hombres creen, porque no hay mas ciego que el que no quiere ver. “Señor mío y Dios mio”. Jesús, Dios y Hombre verdadero, segunda persona del Dios uno y trino que es la Santísima Trinidad, es la única Verdad, ha vencido a la muerte, y es el único camino para llegar a la casa del… Leer más »
En vista de como está el panorama mundial no es para menos.
`^^`
O