Garzón se compromete a que la publicidad no segregue “etiquetando juguetes para niños o niñas”
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha anunciado este viernes que abordará con anunciantes, industria y sociedad civil la actualización de los códigos de autorregulación de la comunicación comercial para luchar contra el sexismo en la publicidad.
Durante la presentación del estudio Mujer y Publicidad: El sexismo en las comunicaciones comerciales, elaborado por la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) y financiado por Consumo, Garzón ha lamentado que los códigos que actualmente rigen la publicidad estén “obsoletos” y ha anunciado que el primer sector a analizar será el de los juegos y juguetes.
Consumo no se plantea por el momento legislar en este ámbito, ya que en palabras del propio Garzón, “estas cosas salen mejor si las empresas están de nuestro lado y hacen suyas este tipo de medidas”, aunque avisa de que “el instrumento de la regulación está ahí” por si estas medidas no fueran suficientes.
El informe de la AUC, que ha analizado 1.605 anuncios en los que aparecen mujeres, señala que en el 75,6 % de la publicidad de productos de limpieza está protagonizado por féminas, una cifra que sube hasta el 78,5 % en los productos de cosmética.
Garzón ha criticado que esta representación discriminatoria y estereotipada es una forma de “perpetuar comportamientos machistas contrarios a las políticas de igualdad” y, aunque reconoce avances con respecto a épocas anteriores, cree que es necesario poner el foco en este problema, haciendo especial hincapié en anuncios dedicados a niños y niñas.
“No hay un cerebro masculino y otro femenino, solo una industria que se aprovecha de nuestro miedo a no encajar”, ha sentenciado Yolanda Domínguez, experta en sexismo y medios de comunicación, que también ha participado en el acto y ha recalcado que “desde que nacemos se empeñan en separarnos”.
El ministro de Consumo ha asegurado que trabaja para fomentar pautas libres de estereotipos, como la compra de juegos y juguetes “sin dejarnos llevar por una estética que tradicionalmente ha promovido una segregación etiquetando los juguetes para niños o para niñas”.
Según el informe, en un 43,4 % de las comunicaciones comerciales la mujer ocupa el puesto de ama de casa, mientras que su representación ejerciendo alguna actividad profesional desciende hasta el 28,9 %.
En un 12,7 % de los anuncios analizados la presencia de mujeres no responde a ningún papel comercial, sino que está completamente desvinculada y su imagen se utiliza como mero reclamo publicitario.
El 85,6 % de los anuncios en los que esto ocurre están dirigidos en exclusiva a hombres.
Garzón también ha apuntado a la regulación de la publicidad llevada a cabo por los influencers: “En teoría estas personas no pueden hacer una comunicación comercial y la práctica es que hacen anuncios y los cobran”.
En este sentido, el ministro ha asegurado contar con “líneas de trabajo y el precedente de la regulación de las casas de apuestas” para poner límites a determinadas prácticas a las que están expuestos “determinados sectores de la población muy vulnerables”.
Deja de jugar con las muñecas y expropia las electricas,subnormal.
No sigamos el juego lingüístico de la globalidad progresista. “Segregar” tiene sentido peyorativo (según la DRAE -acepción 2- es separar marginando). Es publicidad diferenciada, no segregada del mismo modo que la educación con clases por sexos es educación diferenciada, no segregada pues no se margina a ninguno de los dos sexos (mantengamos que existen dos, lo cual científicamente parece correcto).
Lo que tiene que hacer la basura esa del Garzón es largarse del todavía pais llamado ESPAÑA para toda la eternidad a ver si de esa forma empieza a regenerarse un poco el ambiente de la aún nación española muy saturada de bazofias como ésta…. pero desgraciadamene no caera esta breva, no mientras una sociedad aborregada hasta el tuétano siga permaneciendo callada y esté programada y lobotomizada para votarlos.
Esto lo llevo oyendo desde hace cincuenta años, como poco. Afortunadamente, los niños siguen siendo niños que piden a los Reyes (o al Papa Noel, seamos modernos) pistolas, soldaditos y monstruos, y las niñas siguen siendo niñas que piden muñecas, bebés y cocinitas. Como ha sido siempre, incluso antes que existiera la publicidad y los “progres”.