Los derviches rojos, Marx y el Covid
CPV.- Los ilustrados del siglo XVIII se esforzaron por apagar toda fe en un ser creador y eterno. Por poco tiempo quedaron los altares vacíos, la diosa Razón , como nueva madrastra, vino a acoger bajo su protección a los fieles huérfanos de las viejas creencias. Karl Marx, un siglo después, sacó la consecuencia lógica del hecho de que el hombre es el único ser racional sobre la tierra. Si la fuente de la razón habita en nosotros, endiosémonos nosotros mismos, o con sus propias palabras:
“La religión es sólo el sol ilusorio que gira en torno al hombre, hasta el momento en que el hombre gira en torno a sí mismo” (1)
El hombre pasa a ser el ser supremo, sin dependencia alguna de fuerza, poder o ser trascendente y exterior a él. El hombre que gira en torno a sí mismo ya no necesita de Dios, ni de religión alguna. Para Marx, ese hombre no es un hombre cualquiera, es un ideal de hombre. Es un hombre no alienado, reencontrado consigo mismo, social y carente de egoísmo alguno. Es el hombre de una sociedad en la que no exista la explotación de una clase, el proletariado, por otra, la burguesía. Porque esa sociedad hasta ahora no se ha dado, el pueblo ha dado vida a las religiones, “el opio del pueblo”, como droga adormecedora para consolarse ante la injusticia de la explotación realmente existente. Hasta aquí la teoría de Marx y su larga escuela de seguidores.
Vivimos ahora mismo en una apoteosis de culto a este hombre ideal, el que debiera ser, por oposición al que realmente es. Es la nueva fe, hija del progreso y no de la reacción. O eso es lo que nos dicen. Nuestra sociedad , la sociedad europea del consumo y las relaciones virtuales, es narcisista hasta la náusea, cada hombre gira en torno a sí mismo y su horizonte más lejano acaba en las cercanías de su ombligo. Pero no se dan las condiciones que, según Marx debían haber llevado a este baile. La Europa descreída e irreligiosa no es hija del fin de la lucha de clases, motor de la historia en la mente de Marx. Al contrario , asistimos a la mayor concentración de riqueza imaginable en el menor número posible de personas. Junto a una pauperización galopante de las clases medias condenadas a la extinción. El ideal de la explotación hecho carne y sin señales de opio religioso adormecedor por ninguna parte. Algo no encaja en el relato marxista.
Tenemos al hombre derviche, girando en torno a sí, pero no a la causa que debiera haberlo hecho posible. La izquierda marxista, ante este contrasentido se agarra al hombre ideal como un clavo ardiendo y se olvida de la situación real en la que se tiene que desenvolver.
Poner fin a esta situación de pobreza generalizada a la vista ya no figura como meta de la izquierda asentada en las instituciones. Es mucho más fácil rendir culto al hombre derviche, giratorio en torno a su propio eje y prometerle la salvación. No en el más allá, sino en el más acá.
El hombre moderno endiosado, no ofrece una imagen muy edificante, se mire por donde se mire. El pavor y la hipocondría generalizada ante un virus desencadenante de una enfermedad que presenta una letalidad del 0,26% no puede ser calificada como rasgo de fortaleza de carácter. Este hombre ideal deja mucho que desear.
Marx , como vástago de dos familias rabínicas bien arraigadas en Alemania, estaba muy familiarizado con la historia del paraíso. La muerte fue uno de los precios a pagar por acceder al conocimiento, tras comer del árbol de la ciencia. Hoy parecemos estar dispuestos a renunciar al conocimiento, aceptando el adoctrinamiento permanente al que se nos somete, pero no a las falsas promesas de inmortalidad de nuestros pastores electos. Inmortalidad de saldo y con fecha de caducidad.
Cabe preguntarse si este hombre peonza moderno, ubicuo derviche rojo, pero sin fe, belleza ni valor, será capaz de poner fin a la monumental inercia expropiatoria en la que nos adentramos. Parece poco probable. No tiene trazas de luchador el hombre que más quisiera ser pulpo para acoger las vacunas no en uno sino en ocho brazos. Ninguna revolución se hizo teniendo la seguridad como bandera.
Con todos estos antecedentes , entra dentro de la lógica de nuestros derviches rojos, que sea precisamente la izquierda que se proclama más transformadora de la realidad, la que en Europa esté patrocinando el movimiento “ZERO COVID” que defiende la necesidad de llegar a acabar con el coronavirus. El exterminio del virus. Al precio que sea. Para salvarnos la vida: millones de test y ningún resultado positivo. Una imposibilidad matemática acompañada de un silencio sepulcral sobre los grandes beneficiados de la pandemia, esas corporaciones que agrupadas en el Foro Económico Mundial de Davos saludan a la pandemia como la ocasión única esperada para apretarnos un poco más las tuercas . Hay que salvar al hombre ideal, aun al precio de matar al hombre real. La nueva fe también exige su tributo y el más allá nunca fue barato.
Carlos Feuerriegel
(1) En “Crítica a la filosofía del derecho de Hegel”
Los términos medios, las medidas tibias contra el virus no son eficientes. Dan oportunidades al virus para sobrevivir, mutar, seguir extendiéndose, es un riesgo que no compensa. Y la libertad limitada con poca seguridad no satisface plenamente el turismo y otros sectores económicos, como la hostelería. Los países que son islas han tenido cierta facilidad cuando han tenido una estrategia dura contra el covid. Por su facilidad para cerrar y controlar las fronteras. Australia, Nueva Zelanda, Taiwan… pero no todos los países islas/archipiélagos los han aplicado. Puesto que el virus no tiene reservorios, que se sepa todavía. Buscar su exterminio… Leer más »
Espero que al fin lo paguen caro esos que se creen los “amos del mundo”, porque no me cabe la menor duda de que si se han atrevido a hacer mutar en su pensamiento milenario a una sociedad en su beneficio, ahora con la ingeniería genética, están haciendo lo propio exactamente igual. Son gente nociva para la Humanidad que jamás deberían haber llegado a puestos de poder. Ahora lo estamos pagando caro.
No tiene ni pies ni cabeza.
Y, sin embargo, el marxismo no deja de ser una religión. Su más preclaro exponente, Marx, era tal como se dice en el artículo, hijo de dos familias rabínicas. Sabemos que el pueblo elegido siempre busca la tierra prometida, nunca el cielo o el más allá. El pueblo elegido es, ante todo, pueblo de este mundo. Marx, promete el paraíso en la Tierra. Ambas ideas son bastante parecidas. Se aborrece cualquier otra religión que no sea el comunismo que es una religión atea. Aparentemente, al menos. Porque lo que ahora estamos viendo es la ascensión al poder político y económico… Leer más »
SÍ, por eso el comunismo es superior. Porque tu tierra prometida en el más allá NO EXISTE más que en tu mente, mientras que la del comunismo es real.
Lo real del comunismo es Lenin, luego Stalin y finalmente una gerontocracia fosilizada que acabó en el desastre de Chernobyl. Lo real del comunismo fue un muro construido no, para que no entraran los buscadores del paraíso, sino para que nadie se escapara. Lo real del comunismo es ahora mismo, Venezuela, Cuba, China. En fin, no veo a nadie salir corriendo hacia esos países en busca de la felicidad comunista, ni veo esa superioridad por ningún lado. Además, la realidad es un concepto que los modernos progresistas ponen en cuestión. De hecho sustituyen la realidad objetiva por una creación subjetiva… Leer más »
No salimos corriendo porque, amablemente, vienen “ellos”. Previamente desmoralizada la población por la noticia de una pandemia que la barre con sus contagios, a la que se añade la desestabilización que supone la “solución” que se ha adoptado para contenerla y que consiste en reprimir la actividad económica, sobre todo de una parte empresarial esencial en España, hasta límites de tal peligro que hacen tambalear la ya maltrecha economía que irá manifestando con inevitanle crudeza lo que conlleva semejante situación… Y entonces .estaremos “en condiciones” para asumir esta “nueva realidad” que no deja de ser como Vd. muy bien dice,… Leer más »
Si, es un reality horror … y mucho más que un show.
Por todos los motivos que Ud. expone es que justamente los comunistas e izquierdistas apoyan totalmente la estrategia de dictadura sanitaria, ya sea al nivel de sus dirigentes como de la masa estulta y aborregada a su servicio (activistas, progres de cafetín, etc.)
Esto es el Comunavirus, el sueño largamnete acariciado por los judeo-comuno-masones para el dominio final del mundo… en 2003 y en 2009 no pudieron, pero en 2020 la campaña de terror del virus fraudulento les salió por ahora bien
Qué acertadas palabras las suyas. Para mí, después de haber profundizado en la masonería, el sionismo, y otros círculos “secretos”, es más que evidente que el comunismo no es más que otro invento de la élite sionista (por cierto, el antijudaismo es otro gran invento del sionismo, gracias al cual han conseguido ran parte de sus objetivos). La unión de sionistas y francmasones inventó el famoso “libertad, igualdad, fraternidad”, y otras zarandajas como el sufragio universal y las constituciones liberales para quitarse de enmedio a los aristrócatas del “antiguo régimen”, ya que eran un obstáculo para sus planes comerciales y… Leer más »
http://www.catolicosalerta.com.ar/2020masoneria/dominacion-masonica-del-mundo.mp4
https://www.abc.es/sociedad/abci-alemania-cambia-estrategia-y-dejara-hacer-test-masivos-poblacion-202011061909_noticia.html
NO TEST, NO CONTAGIOS
En Italia los autonomos se rebelan:
“Si nos haces cerrar, nos pagas”
En Italia los autonomos se rebelan:
“Si nos haces cerrar, nos pagas”
La estrategia dura contra el covid es la que funciona. Intentar convivir con el virus o confiar únicamente en las vacunas es una estrategia errónea. La estrategia de lograr la inmunidad de rebaño a través del propio virus no funciona. Dar la iniciativa al virus, hace que este controle al rebaño. Darle oportunidades al virus,por ejemplo, contagiando al 70% de la población. Hace que tenga muchísimas posibilidades de mutar, lo que, por mecanismos de supervivencia de millones de años de evolución, siempre se producirá esa mutación. Este virus, puesto que afecta a prácticamente todos los tejidos humanos, y mata por… Leer más »
El marxismo solo creó riqueza, prosperidad, y la mas alta cultura. Y sin muertos (a no ser que consulteis las cifras de los medios de la élite, que son manipuladas, y corresponden a muertes naturales durante aquel glorioso periodo)