Apuntaciones catalanas, valencianas y neofranquistas
1. Opinión pública. Según las encuestas, el 40% de los españoles cree que el presidente Mariano Rajoy debería mantener una actitud más fuerte en cuanto se refiere a las pretensiones de los nacionalistas catalanes. El 68,5% opina que el Gobierno español debería recurrir ante los tribunales que sean competentes si el Parlamento catalán aprobase una Ley de Consultas para evitar la prohibición impuesta por el Parlamento español al no autorizar la realización del referéndum separatista. El 46,7% son partidarios de que el Gobierno español suspenda la autonomía catalana si el Tribunal Constitucional declara que está fuera de la ley la de Consultas proyectada por la Generalidad y, pese a todo, los nacionalistas se empeñan en realizarla. Por último, el 75,4% de los españoles cree que sobre la posible separación de Cataluña y España debemos decidir todos y no sólo los catalanes.
Lo que a mí me preocupa de todas esas cifras, con independencia de su cuantía, es que sean inferiores a las dadas por los españoles en las encuestas análogas de hace un año.
Sigamos. A la pregunta de cuál sería su actitud si se celebrase un referéndum sobre Cataluña tal y como lo proyectan Artur Mas y sus compañeros de viaje separatista, el 64,2% de los españoles dicen que ellos votarían en contra de que Cataluña fuera un Estado; otro 16,1% responde que ellos ni siquiera participarían en la votación; un 2,7% aceptaría un Estado Catalán integrado en España, y sólo un 12,3% votaría en favor de un Estado Catalán independiente.
Conclusión. Debemos hacer cuanto esté a nuestro alcance para que los españoles tengamos en este tema las ideas más firmes y claras.
2. Jaime Vicens Vives
Con este nombre yo conocí, leyendo uno de sus libros, al prestigioso historiador catalán que enseñó a muchos miles de españoles -castellanos, vascos, canarios, etc.- la “Historia social y económica de España y América” desde Barcelona… Ahora le llaman Jaume sus coterráneos y le utilizan como uno de los escritores catalanistas que más combatieron a España y el franquismo, cuando eso no ha sido nunca la verdad de su vida y de su obra. Con esto no pretendo decir -ni por asomo- que fuera todo lo contrario, sino que las peripecias y las circunstancias de la historia común y de su propia existencia le llevaron a dejar constancia de lo que él vivió, de lo que aprendió y comprobó, y de lo que valía la pena transmitir a sus discípulos desde la cátedra y a todos sus seguidores por medio de sus libros, conferencias y presencia en periódicos, radios y televisiones.
Así, por ejemplo, nadie negará que hubo de negociar con la censura franquista el definitivo texto de su “Aproximación a la historia de España”, obra en la que apuntaba muchas cosas, velaba otras y omitía algunas que hubiera preferido exponer de modo claro y sencillo con la misma sinceridad que utiliza en dos de sus obras recientemente editadas -“España contemporánea (1814-1953)”, en Barcelona, Acantilado, 2012; y “Noticia de Cataluña”, Destino, Barcelona, también 2012-. En esta última cuenta lo que sucedió en los días de la rebelión y de la revolución de 1936, cuando la República instaurada en 1931 “había explotado el 19 de julio, el mismo día en que abortó en Madrid y Barcelona el pronunciamiento militar” triunfante en el Marruecos español y en otras varias y diferentes zonas de España. A Vicens le tocó la mala suerte de ser testigo presencial de cómo unas minorías utilizaron el terror para imponerse en el territorio catalán. “Fue obra de organizaciones sindicales y políticas que escapaban a todo control”…
3. Valencia
Es el paradigma de la crisis económica que padece España, el símbolo del desastre, la corrupción y el hundimiento moral y político. ¿Qué ha pasado en una región tan próspera para convertirla en un problema que afecta a toda España? Una comunidad próxima a la quiebra, con mala imagen de cara al exterior y salpicada un día sí y otro también por diversos escándalos, bien merece que haya alguien que dé la cara y nos explique cuál ha sido la causa de tan lamentable descenso.
Ya lo he dicho anteriomente, el invento de las autonomias fue el pistoletazo de salida para el robo, la corrupcion y maricon el ultimo.
De “nacionalistas” (el nacionalismo se creó en la revolución francesa, burguesa, capitalista y jacobina) y patriotas poco tienen la mayoría de los catalanes con respecto a Cataluña, no digamos ya a nivel de toda España. Son sólo separatistas.
Si Cataluña se separara del resto de España y creara una Cataluña de los catalanes y europeos (españoles también) sin odio a España, problanca, anticapitalista y antisionista, sería el primero en aplaudirlo por el bien de Cataluña, España y Europa.