El Madrid mete la directa hacia semifinales (3-0) y el Málaga deja todo pendiente para la vuelta en Dortmund (0-0)
El Real Madrid sacó el martillo en uno de esos partidos que pueden acabar definiendo temporadas. El tridente Cristiano-Benzema-Higuaín, que llevaba todo el curso sin alcanzar la excelencia del anterior, desnudó las carencias del Galatasaray y deja a los blancos muy cerca de semifinales. Una instancia de la competición que empieza a convertirse en una sana costumbre para el equipo de Mourinho.
El Madrid despachó al Galatasaray con la superioridad que se suponía antes del encuentro. Los turcos fueron fieles a esa idea valiente tan de moda, pero eso sirve de poco cuando no hay nada detrás. Y menos ante un ataque como el del Madrid, que lideró un Özil simplemente deslumbrante en los primeros minutos. El alemán, al que en Turquía no tienen especial aprecio por su elección de defender a Alemania en vez de al país de sus ancestros, no será más querido después de este partido. Durante media hora, la parte mollar del partido, la que lo decidió, bailó claqué sobre el césped de Chamartín y convirtió cada balón que tocó en un puñal para la zaga turca. Pronto se vio, además, que Benzema tenía el día fino. Entre los dos fabricaron el 1-0, que convirtió un Cristiano que, para no ser menos, optó por la sutileza de la vaselina en lugar del latigazo habitual para dejar seco a Muslera.
Fatih Terim salió con todo, en efecto, pero sus atacantes apenas inquietaron a una zaga blanca en la que volvió a brillar Varane. Los turcos lo intentaron básicamente desde la larga distancia, sin llegar a asustar nunca a Diego López. No hubo noticias de Yilmaz (sólo apareció al final para sufrir una flagrante injusticia arbitral) ni de Sneijder, que dejó el campo al descanso. Benzema ya había aumentado la brecha con el segundo, un balón que se merendaron los centrales visitantes y que el galo, frío como él solo, embocó por el único hueco que le permitió Muslera. Tampoco llegó a tapar esta vez Eboué, lateral derecho que descuidó de forma irresponsable sus labores defensivas, aunque pudo arreglarlo al borde del descanso. Drogba le dejó solo ante Diego López, que volvió a responder con la fiabilidad que suele. Seguirá el debate, pues.
Terim trató de arreglar el estropicio al descanso. Retiró a Sneijder, que recordó al de sus peores días en el Bernabéu, y trató de equilibrar su once. Lo logró porque el Madrid tampoco apretó demasiado en el segundo tiempo. Daba la impresión de que a los blancos les bastaba con subir un par de pulsaciones para sentenciar. La adrenalina la aportó Higuaín, que trasladó la rabia por su suplencia en un cabezazo violento -y comodísimo- que dejó el cruce casi finiquitado. Visto lo visto esta noche, lo estaría incluso si el árbitro hubiera señalado un claro penalti de Ramos sobre Yilmaz que el árbitro, viejo amigo de Cristiano, juzgo piscinazo y castigó con amarilla para el goleador turco. No jugará la vuelta, como Xabi y Ramos. Pero parece que los blancos tendrá más ocasiones de oír el himno esta temporada.
EL MÁLAGA VIAJARÁ A DORTMUND CON OPCIONES DE JUGAR LAS SEMIFINALES
¡Sí, se puede, sí se puede! Rugía La Rosaleda mientras recompensaba a sus ídolos por el generoso esfuerzo derrochado, a su adorado Manuel Pellegrini, y aplaudía con caballerosidad a los aficionados rivales en un detalle maravilloso. De afición grandísima. El Málaga plantó cara al formidable Borussia Dortmund, campeón de la Bundesliga, que empezó sobradito y terminó pidiendo la hora. El 0-0, epílogo del primer asalto, deja la eliminatoria abierta. Dentro de lo malo, el equipo de Pellegrini no encajó goles y va en igualdad de condiciones al infierno renano.
El campo estaba a rebosar. Como se decía antiguamente, no cabía ni un alfiler. 1.500 seguidores del Borussia, animosos y correctos y otros 1.500, sin entrada, buscando bares con tele y cerveza. Ambiente precioso. De Champions. Y eso que el clima era desapacible con llovizna molesta.
Los dos equipos comenzaron con mucho respeto. Los de Dortmund, jóvenes y canteranos, pero con tradición y experiencia tuvieron dos grandes ocasiones de Götze (minutos 6 y 18) interceptadas por el fabuloso Willy Caballero con autoridad. Cargando el juego sobre Jesús Gámez, con las vitaminas del mítico Vogts, aquel gran lateral derecho internacional alemán campeón del mundo en 1974, el Málaga trataba de tocar como le gusta a Pellegrini. El Borussia, alentado por su prensa forofa, demasiado amarilla y confiada, encontraba menos facilidades conforme corría el reloj. Y Joaquín buscaba su camino, con sin permiso de Schmelzer, con aparatosa máscara protectora en su tabique nasal, como si fuera El Zorro. En el minuto 40 de nuevo Götze sacó bajo palos un cabezazo de Toulalan. La Rosaleda bramaba ¡sí se puede! Grito de guerra. Descanso.
Lewandowski, a los 47 minutos, y con toda la portería para él, no enchufó una oportunidad que le brindó en suerte el brillante competidor de Isco por el Golden Boy Götze. Málaga palideció. Los blanquiazules no encajaban, pero tampoco penetraban. Sostenerse en pie ya era de matrícula. El trabajo de Iturra y Toulalan, de una dimensión extraordinaria. Joaquín porfiaba con su enmascarado perseguidor e Isco hacía continuos movimientos en busca de su mejor identidad. El Borussia, al darse cuenta de que la Rosaleda no era el balneario aplaudido por sus tabloides, cambió de estrategia y opositó por un fútbol de hormiguita pertinaz en busca del resultadísimo latino de los años 60 del siglo pasado.
El partido bajó de calidad en un escalafón inversamente proporcional al aumento del consideración entre los dos púgiles. El 0-0 ya era el botín menos malo dadas las circunstancias. Hacían falta ideas nuevas, aire fresco, un volantazo valeroso que casi mete Götze (minuto 64’) en un remate que se va fuera por poco. El público anima a sus hombres a golpe de corazón. Otra buenísimo balón de Gámez es estrellado por Isco contra los puños de Weidenfeller. Minuto 69.
Con la salida de Portillo, por Saviola, el Málaga gana en imaginación. Pero no en cañonazos. Por eso, el Ingeniero recurrió a Santa Cruz, el héroe contra el Oporto y un hombre al que el Borussia le de dio bien en sus once coincidencias cuando jugaba en el Bayern.
Y el Málaga se lanzó a por ese golito mientras Antunes, en el 89′ mandó un bombazo rozando el larguero, Klopp se conformada con el ‘doble 0’ y era capaz de reservar a su figura, Götze, para meter a un defensa. No es tan mal resultado.
Un gol en fuera de juego y un penalty no pitado al Galatasaray así gana hasta el Arco Iris. A un equipo de 2B. ya ves tu Galatasaray, un equipo de la liga turca que equivale a la liga de 3ª División aquí en España. Joooo. ———————————————————————————————————————— Partidazo del Conjunto de la costa del sol, 0-0, que un grandísimo club como es el Borussia Dortmund no marque ni un solo gol tiene merito y mucho que el Málaga mantenga la portería a cero ya demuestra que este equipo no es cualquier cosa y que el Portero Willy Caballero es,en dos… Leer más »
Futbol = TV = Política = Corrupción = fenómenos para lelos
=TONGO