El Madrid remonta ante el colista (1-2) y el Barça sufre para imponerse al Sevilla (2-1)
Al igual que ante el Rayo Vallecano la semana pasada, el Real Madrid se apoyó en Kaká en Riazor y se impuso (1-2) en su visita al colista, el Deportivo, al que se le hizo largo el partido después de haberse adelantado en el marcador con un golazo de Riki, su hombre en mejor forma. Así, Riazor vio cómo se le escapaba el sueño de un triunfo balsámico, que habría sacado del último puesto al equipo, cuando Mourinho dio entrada a Cristiano Ronaldo.
No marcó el portugués en un campo que se le resiste, pero contagió a sus compañeros y se asoció con Kaká, que contribuyó a la remontada blanca con el gol del empate y un pase a Cristiano, en el minuto 88, que a su vez asistió a Higuaín para que el argentino completara la faena y dejara más tocado al Deportivo.
Mourinho, que vio cómo expulsaban a Di María en el descuento por doble amarilla, pensó en las próximas dos semanas que comenzarán el martes para el Real Madrid, con las visitas al Barcelona en la Copa del Rey y al Manchester United en la Liga de Campeones, y rotó en el encuentro de Riazor, en el que dio descanso a Cristiano Ronaldo y atacó al Deportivo con Di María, Kaká, Callejón e Higuaín.
El Deportivo, que esperaba cambios en el Madrid, aunque probablemente no tantos, se propuso esperarle para no darle espacios y plantearle batalla con la inteligencia de Valerón y la velocidad y pegada de Riki. En el momento más efectivo de su carrera, el delantero que se formó en la cantera blanca comprometió por primera vez a Diego López, el único gallego entre los 22 titulares, con un disparo desde el lateral del área que el portero desvió con problemas, incapaz de atajarlo. Riki no marcó entonces, pero se percató de cómo podía hacerle daño.
El Deportivo recibió al Madrid con una presión ligera en el centro del campo, más intensa en la línea de tres cuartos de ataque, que los de Mourinho intentaron superar con pases desde la divisoria, a la espalda de los centrales. En uno de esos intentos, Aranzubia voló para despejar el balón y se llevó por el medio a Sílvio, que quedó mareado y tuvo que ser sustituido, minutos después, por un centrocampista, Álex Bergantiños, porque el Deportivo no tenía más defensas en el banquillo.
El Real Madrid, plano, se acercó sin claridad al área blanquiazul, solo con peligro a balón parado, como en un lanzamiento de falta de Di María que obligó a Aranzubia a estirarse al máximo. El balón era del Madrid, pero las ocasiones, del colista, que rozó el gol con un disparo con rosca de Pizzi pasada a la media hora y lo celebró a diez minutos para el descanso con un zurdazo de Riki, otra vez escorado, que mandó el balón entre Diego López y el palo corto.
Di María y Kaká intentaron levantar al Real Madrid, pero los blancos se descuidaron atrás y pudieron llevarse el segundo antes de que acabara la primera parte. Marcelo lo evitó con la cabeza, bajo palos, a disparo de Pizzi, que había sentado a Pepe, y Diego López recuperó la confianza tras un remate de Bruno Gama. El Madrid, que se había cansado de tocar el balón sin hacer daño, también perdonó con su único recurso efectivo, los pases por encima de la línea de flotación del Deportivo, pero ahí estaba Aranzubia para salvar a su equipo, el más goleado de la Liga BBVA, en un mano a mano con Callejón.
El ex del Espanyol, que acabó el partido en la defensa, tampoco estuvo fino en el arranque de la segunda parte tras un centro de Higuaín, la primera prueba de que el Real Madrid iba a exhibir mayor actitud ante un Deportivo que resistió como pudo y perdió en el intento al brasileño Kaká por una lesión muscular. El equipo coruñés tuvo que recomponerse con otro centrocampista fuera de su posición (Jesús Vázquez) y Mourinho, cansado de esperar, sacó a la vez a Cristiano Ronaldo, Khedira y Özil para buscar el empate.
Dos goles anulados por fuera de juego de Higuaín y Ronaldo alertaron al Deportivo, al que se le empezó a hacer largo el partido. Se olía el empate porque los coruñeses tenían la reserva puesta en el centro del campo. Y el primer tanto del Madrid llegó a falta de 17 minutos en una jugada en la que el rival le dejó pensar y ejecutar, especialmente al brasileño Kaká, que la inició y la concluyó con una rosca formidable, imposible para Aranzubia.
El portero blanquiazul no llegó a ese balón, pero sí frustró cinco minutos después el gol de Cristiano, que había dejado atrás a Álex Bergantiños y a Marchena, y más tarde despejó con la mirada un cabezazo del jugador portugués, siempre con hambre. La resistencia del Deportivo acabó a dos minutos para el final, cuando emergió otra vez Kaká en el centro del campo, aprovechó el desmarque de Cristiano Ronaldo y el portugués, ante la salida de Aranzubia, regaló el gol a Higuaín para dejar al Deportivo aun más agonizante.
SUFRIDA VICTORIA DEL BARÇA (2-1)
El Barcelona tuvo que levantar un partido difícil que se le empezó a atragantar cuando el Sevilla se adelantó (0-1), pero al final dos zarpados en ocho minutos de Villa y Messi (2-1) dieron un triunfo a los azulgrana. Después del revés en la Liga de Campeones contra el Milan, el Barcelona apostó por un equipo con muchas rotaciones a la espera de los dos encuentros seguidos contra el Madrid (Copa y Liga), y se topó a un Sevilla muy íntegro que le hizo vivir una pesadilla durante muchos minutos, aunque al final Unai Emery sumó su decimoquinto partido contra los azulgrana sin saber qué es ganar.
El Sevilla debió echar un ojo al vídeo del Milan-Barca (2-0) del pasado miércoles, ya que el equipo de Unai Emery se plantó con el mismo objetivo, también repetido por otros clubes con diferente suerte. Los sevillistas entregaron las bandas para que por ahí Alexis y Villa lo intentasen en solitario, mientras que cerraron a cal y canto el eje de la defensa, con dos pivotes por arriba, como fueron Maduro, Medel, que tan buen resultado dio en la primera parte.
El Barcelona se vio superado por las circunstancias del rival; a falta de espacios para mover el balón y crear peligro, su juego fue siendo cada vez más espeso hasta resultar no sólo improductivo, sino carente de chispa y temor. A diferencia del encuentro contra el Milan, esta vez los barcelonista buscaron cierta profundidad por el centro, ya que las bandas era inoperantes, excepto en alguna incursión de Iniesta, y en algunas aproximaciones aparecieron disparos lejanos y la búsqueda de una falta que diese a Messi la posibilidad de deshacer la igualdad.
Al margen de un robo de Messi en el centro del campo, que habilitó un contragolpe que acabó con el balón en los pies primero de Iniesta y después de Alves, aunque en las dos ocasiones repelido por la defensa sevillista, el juego azulgrana se marcó entrar por el centro una y otra vez.
En la primera falta que tuvo Messi en la frontal, al cuarto de hora, el balón acabó contra la barrera. En el 28 y en 34, otra vez el argentino lo intentó de libre directo, pero sin fortuna. Antes, en el 22, Messi recibió un buen balón en el área, recortó y de disparo seco con la derecha obligó a Beto a intervenir por bajo. Al margen de estos episodios, y de uno más, pasado el minuto 45, en que un centro de Iniesta hizo que el balón se pasease por la meta, el Sevilla no pasó ningún apuro, hasta el punto de sentirse al paso de los minutos cómodo y confiado.
Hizo su primera incursión en un centro de Coke en que Valdés se lanzó al suelo para detener la pelota y repitió secuencia en el 40, pero la estocada de gracia llegó en el 42 cuando, otra vez Coke, envió un balón envenenado al centro del área azulgrana y Botía ganó en el salto a Alves para rematar de cabeza a gol (0-1). En la reanudación, el Barça apostó por Tello, que entró en lugar de un Alexis muy apagado en la primera parte. La entrada del joven catalán creo otra atmósfera en el ataque catalán, aunque el gol del empate azulgrana llegó de una acción ortodoxa: centro de Alves y, Villa como delantero centro, remató a gol (1-0). Tello otra vez, después de una jugada muy elaborada del Barcelona, envió al centro del área donde Messi recibió sin marca y logró el segundo de su equipo (2-1).
Tocado el Sevilla y con un Barça crecido, Messi volvió a disponer de una acción clara en un remate de cabeza, cuando Fazio falló en el despeje. Nuevamente Messi, en el minuto 22, intentó de con un trallazo desde fuera pero el balón salió ligeramente alto. Emery metió a Negredo por Babá para refrescar las opciones ofensivas y el Sevilla incrementó la agresividad. El equipo hispalense, con el 2-1, se fue arriba y en el tercer intento casi consecutivo Rakitic pudo haber empatado con su disparo.
El partido entró en una fase de intercambio de golpes con llegadas a ambas áreas, a pesar de que Xavi ingresó en el campo en lugar de Iniesta para controlar el centro del campo. Manu del Moral y, en la siguiente acción, Tello volvieron a generar claro peligro con sendos disparos. Negredo, en el 30 de la segunda parte, tuvo una gran ocasión de gol cuando a pase de Rakitic se quedó sólo por velocidad y ante la salida de Valdés envió alto el balón. Era el 2-2, pero se le resistió al Sevilla, que estaba viviendo unos momentos de máxima intensidad, hasta que el Barça ordenó un nuevo cambio, con la entrada de Busquets en lugar de Villa, para serenar la medular.