Reflexiones prometidas a Viviana (@BBCSirena)
Ciertamente que la realidad es subjetiva y existen tantas, como personas somos en este mundo, quizás venga la ahí los muy diversos pareceres y enfoques con que cada uno tratamos de acercarnos a ella, la realidad. Solamente las matemáticas son objetivas y por ello son la base de la ciencia, de las “verdades científicas , demostrables y repetibles”.
Cualquier otro acontecimiento que afecta a nuestras vidas, son vistos desde nuestra particular forma de ver, y se encuentra éste afectado por la propia historia vivida, lo mucho o poco se he haya estudiado al respecto y las condiciones ambientales del momento.
Así pues, no es nada fácil hacer llegar llegar una visión de la realidad a otra persona que la acoge desde parámetros del todo distintos. Con ello quiero hacer notar la importancia que los sentimientos y recuerdos inciden en la percepción de la misma.
Este aspecto subjetivo y acompañado de elementos tan poco medibles como los sentimientos y afecciones, hacen de la comunicación una disciplina de gran exigencia y sobre todo de consecuencia moral con el autor de sus opiniones. El autor, es otro ser humano que lleva la “mochila” cargada de información , lecturas, estudios y cuanto en el transcurso de su vida le ha afectado, sea esto bueno o malo. Pero que como buen explorador se preocupa cuidadosamente de hacer llegar una visión personal sobre un acontecimiento general. Puede ser errada la observación plasmada en papel, puede, igualmente, ser injusta o extremadamente parcial. Cualquiera de esos calificativos son normales y asumibles y es precisamente en ese momento cuando salta la necesidad de la comunicación, del debate cuerpo a cuerpo.
La brevedad de texto en twitter da lugar a ciertas confusiones y sobre todo a interpretaciones no deseadas por el receptor del tuit. Entramos, nuevamente, en el subjetivismo, no obstante al menos sirve para hacer saltar el detonante de una conversación más amplia y enriquecedora.
Yo no trato de echar leña al fuego con el asunto catalán, no. Hago patente, y veo que, no con mucho éxito, la profunda tristeza que me causa la deriva catalana. Inconscientemente la estoy comparando con la Cataluña que yo vivé, agradable, cosmopolita, culta, avanzada técnica y científicamente respecto del resto de España.
En estos pasados 30 años, esa bella tierra se ha empeñado en alentar un odio a lo español que no tiene justificación alguna y que pretende sacar catalanes adoctrinados en un solo sentido. Hay de facto un estado policial contra todo que “huela” a español, no se deja libertar en las escuelas y rotular en otro idioma. Y estos casos son minucias.
El problema de fondo, es una planificación política tendenciosa tendente a construir un estado propio dentro de España, siendo ésta Cataluña España. Es una aberración histórica y un medio bien utilizado para mover voluntades encendidas por el sentimentalismo fatuo que desde hace 30 años están ocupando los grados más básicos de la enseñanza. Todo obedece a una “Ingeniería civil” que terminará arruinando a los propios catalanes, compatriotas míos a los que quiero y por los que sufro cuando veo la cantidad de sinsentidos que hay que oír y leer.
Hoy lo tienen intervenido, poder judicial poder político, la educación, los hospitales, la prensa y los medios de comunicación y todo puesto al servicio de esa paranoia de Ingeniería Social que sufre Cataluña.
Claro que hay gente estupenda de gran valor, buenos escritores, buenos médicos y buenas gentes, pero cuando se quiere mirar el todo, sin bajar a lo pequeño, éste pequeño por valioso que sea pasa sin ser visto, ni tenido en cuenta.
No digo que todo, absolutamente todo se encuentra podrido y perdido, no. Ya te avancé que hay esperanzas y es Albert Rivera y su grupo Ciutadans. Son claros, casi inocentes, limpios y no están metidos en ese orgía del “oasis catalán”.
La vida social y política no es una ciencia exacta y las pasiones, los sentimientos y la educación forman ciudadanos que optan por sus simpatías políticas. Mi pregunta es: ¿son libres?, me refiero en general, no vayamos a pensar en cada uno. A mi humilde parecer, creo que no. Se educaron bajo una ley parcial de educación en la que se les enseñó una historia catalana sin conexión a la española, es más, en oposición a la española. ¿Dónde se informa?, la prensa Catalana y las televisiones y emisoras de radio catalanas están al servicio del la Generalidad y dependen de las subvenciones y concesiones, algunas discrepante, perdieron ¡oh misterio!, la concesión y las barrieron de Cataluña.
Con ello te quiero decir, que no es oro todo lo que reluce y que una gran mayoría de catalanes no tienen la suficiente libertad para votar en conciencia, pues ésta ha sido manipulada desde su más tierna infancia.
Insisto y sostengo que existen minorías bien formadas, excelentes profesionales, gran científicos, pero el problema no son esas individualidades, es la masa social manejada, alienada y alimentada por un sector dominante, que son dos familias a las que les viene muy bien mantener a Cataluña en la ignorancia y el odio, mientras esa casta se frota las manos a la vez que se reparte en paraísos fiscales, con total impunidad, el esfuerzo y el trabajo de sus propios ciudadanos y eso en nombre del “hecho diferencial” y la mentira de que España nos roba.
¿Cómo ayudar?, ¿cómo enderezar a una sociedad que se ha cerrado sobre si misma y en la que más de 75% de sus ciudadanos quieren el separatismo?
Hago referencia a una pequeña luz llamada Ciutadans y creo que en unos años puede que prenda, y fuerte, el gran ejemplo que están dando. De ahí mis ánimos a Albert Rivera.
Mis, a veces, ácidas críticas a Cataluña no van contra los catalanes, van contra los políticos que han llevado a esta gran región y poderoso motor industrial e intelectual en otros tiempos, a una situación en la actualidad deplorable.
Y como te prometí reflexionar al respecto, no he podido dormir hasta dar forma a estas líneas.
Ya me dirás tu opinión.
Gracias por haberme hecho reflexionar y como consecuencia escribirte, porque este artículo, va dedicado a tí, amiga Viviana @BBCSirena