El Madrid se ajusta al guión de las últimas temporadas y retrata las carencias del Atlético (2-0)
Cristiano repitió la vieja canción del derbi. Su portentosa actuación (un gol, una asistencia, dos remates al palo) volvió a teñir de blanco un derbi capital, sobre todo para el Madrid. Abrió la lata con un nuevo misil ante Courtois, y regaló el segundo a Özil, también especialista en amargar la vida al vecino. El talento del la estrella madridista, de vuelta tras unos partidos mustios, fue lo mejor de un partido que sólo tuvo de los derbis de antaño la dureza. De los modernos, fue más de la misma medicina para el Atleti y el siempre eficaz remedio casero para el Madrid, que cierra en alto una semana convulsa.
Fue un derbi feo. Áspero y bronco, como los de los viejos tiempos, con dos equipos más pendientes de la presión que de la elaboración. Se trataba de robar lo más cerca posible del área rival, para aligerar trámites ofensivos. Se aplicó mejor al plan de su líder el Atleti, que mantuvo alta la línea de presión y enredó el partido. Ahí, Diego Costa es un maestro. Se pegó con todos y trató de sacar de quicio a Pepe, a Ramos, a Xabi Alonso… Como también sabe jugar, selló al central sevillano en una acción por banda derecha y centró para que Falcao enviara al hombro de Iker la mejor ocasión del Atlético en el primer acto.
El Madrid no apareció hasta que Arda le echó un mano. Una mano absurda, de pachanga de amigos, al lado de Undiano. Cristiano se perfiló para el golpeo y puso en alerta el sistema nervioso Courtois. Allá por el mes de abril, el meta belga fue la víctima del último libre directo de Ronaldo, que volvió a dedicarle un lanzamiento imposible. Turan fue la imagen que resumió las penas rojiblancas. La baja de última hora de Filipe le obligó a hacer demasiados kilómetros para su motor, y le desconectó de Falcao. Luego, el remordimiento de la mano le atormentó hasta hacerle invisible.
El golpeo combinado de empeine e interior del goleador madridista fue la única acción técnica reseñable de un primer acto jugado en las trincheras, con el cuchillo entre los dientes. Un partido que penalizó a los más finos estilistas blancos, Benzema y Özil, retrató el mal estado de forma de Di María y anticipó un escenario más favorable para los velocistas de Mourinho. La impresión general, que flotaba en el estadio, se confirmaría tras el descanso.
A la contra mató Özil el partido, que se había reanudado con el mismo libreto que en el primer tiempo. No levantó el nivel del juego, mientras que el de bronca se mantuvo rayando el límite. Diego Costa estuvo cerca de desquiciar a todo un Madrid -Ramos realizó dos acciones de amarilla- en un partido que nunca supo manejar Undiano Mallenco. Y que no se le fue definitivamente de las manos porque, tras el 2-0, el Atleti simplemente dimitió.
Cristiano, al que Courtois tiene la extraña virtud de afinar el punto de mira, envió otro golpe franco a la madera y tuvo el ‘hat-trick’ en otra contra de vértigo que también tocó madera. El derbi más cerrado de los ultimos tiempos no acabó en goleada de milagro. Y acabó, como es casi ley en estos derbis, con fiesta de los de blanco. Defraudó el Atlético, el equipo que se presentaba como alternativa al título, superado con suficiencia por el vigente campeón. Un Madrid que volvió a encontrar en el derbi el infalible remedio casero para todos sus males.
EL BARCELONA Y MESSI SIGUEN BATIENDO RECORDS
Cuarenta puntos sobre 42 posibles, trece victorias y un empate en catorce partidos para firmar el mejor inicio del Barcelona en la historia de la Liga, y dos nuevos goles de Leo Messi para concretar una goleada ante el Athletic (5-1). El Barça firmó una gran actuación. Movidos al ritmo de Xavi y de Iniesta, motivado por Leo Messi, que con 84 goles está a uno de igualar los 85 que marcó Gerd Müller en 1972, los azulgrana caminan con paso seguro y mejoran sus prestaciones partido a partido.
Iniesta y Xavi delinearon el fútbol. Busquets se mostró imperial en la recuperación, los laterales incisivos, los centrales solventes y Messi, matador. Un juego coral con profusión de detalles técnicos, un fútbol de calidad, de toque, de desmarque, de regate y de finta, en parte auspiciado por la táctica de Marcelo Bielsa. ‘El loco’ enfrenta a cada uno de los suyos en un duelo individual. Parece no recordar el técnico del Athletic la final de Copa, finiquitada por la vía rápida por el Barça, y hoy volvió a repetirse la historia. Si el equipo de Vilanova sufre ante defensas cerradas, con marcajes individuales, los barcelonistas disfrutan, se recrean en cada una de las suertes del juego. Dejó en el banquillo Vilanova a Puyol y a Villa. Sustituyó Adriano al lesionado Alves. El Athletic se presentó sin Muniaín, una baja que rebajó el potencial ofensivo de los de Bielsa.
Iniesta, partiendo desde la izquierda, desequilibró el juego cada vez ante el inexperto Ramalho; Messi se sentía a gusto frente a Amorebieta y desde el primer minuto el Barça fue el dueño. Un ocasión fallida antes del primer gol. Un saque de esquina botado por Messi, un par de remates de Cesc y el rechace lo remachó Piqué. Tres minutos más tarde, en el minuto 25, un excelente pase de Xavi, un gran desmarque de Messi y llegó el 2-0. El argentino superó por alto a Iraizoz y antes de que el balón entrara, Amorebieta lo introdujo en la portería. El árbitro Mateu Lahoz, al considerar que el disparo iba a gol, le concedió el tanto a Messi en el acta del partido, el vigésimo de la temporada y a dos del récord de Gerd Müller.
En los últimos diez minutos del primer tiempo, el Barça puso un par de marchas más. Entró más en juego Cesc e intervino en prácticamente todas las jugadas de ataque. Fábregas no aprovechó una gran acción de Messi e Iraizoz detuvo. En el 45, Messi estrelló el balón en el travesaño y en el 46, Cesc le regaló el 3-0 a Adriano, quien entrando desde atrás batió al meta del Athletic.
Bielsa puso en juego a Llorente en el segundo tiempo por Aduriz. El Athletic no había rematado ni una sola vez a puerta en la primera mitad y buscó algo más de presencia entre los centrales del Barça. Pero antes, en el primer cuarto de hora del primer tiempo, Iniesta volvió a reinterpretarse. El manchego combinó con exquisitez con Messi en una jugada reclamada como penalti por los azulgrana, después en el minuto 57 decidió regalarle el 4-0 a Cesc. En una asistencia que hubiera firmado Michael Laudrup o Magic Johnson, Iniesta habilitó a Cesc y el jugador de Arenys batió a Iraizoz (m.57). La relajación del Barça y el orgullo del Athletic permitió el 4-1, obra de Ibai, quien se filtró muy bien ante Piqué y Adriano y batió a Valdés.
Antes del final del partido, el carácter depredador de Messi le supuso marcar su vigésimo primer gol en Liga, el vigésimo octavo desde el inicio de la temporada, el 84 desde el inicio de 2012 y la marca de Gerd Müller a un solo tanto. Se gustó el Barça y sigue sumando y batiendo récords. Cuarenta puntos sobre 42, trece victorias y un empate en catorce partidos con lo que puso fin a un récord de la temporada 1991-92, firmado por el Real Madrid de Radomir Antic.
Huy, huy, huy……que resulta que el barça no jugo ayer. Ni una mencion en los deportes.
Adiosssss todo sigue igual….+11
Todo sigue igual, el Atleti sigue sin ganar al Real Madrid, el Barça sigue lider e invicto,el Atleti sigue segundo,el Madrid sigue tercero, se sigue manteniendo la distancia de 11 puntos entre Barcelona y Real Madrid Messi sigue siendo pichichi….. lo único eso sí que ya el Barça se despega un poco más del AT.Madrid ahora esta a seis puntos, es si cabe mas lider aun, en fin como dice la cancion sigue igual.