Rumores sanitarios
Vuelve a la carga el gobierno liberal del PP a cuentas del famoso copago sanitario. Primero De Guindos comenta, y más tarde lo que llaman el aparato del partido le desautoriza; más o menos así empezó CIU y de momento ya nos hemos comido con patatas lo del euro por receta.
Todos los expertos en la materia coinciden que la sanidad pública, tal y como la hemos concebido en España en los últimos años pública y universal, es prácticamente imposible de sostenerla con el panorama actual y mucho menos en un futuro, el índice de mortalidad cada vez se sitúa en mayor edad, el paro juvenil ronda el 50% y dicho esto no hace falta haber estudiado en Esade para que hasta el más tonto de la clase se dé cuenta de que no salen precisamente eso, las cuentas.
Hasta aquí, el discurso políticamente correcto que nos explicaría cualquier tertuliano profesional televisivo de esos que se han puesto de moda y que saben y hablan de todo, del amor, del paro, de la economía, de la burbuja inmobiliaria, lo que les echen.
Luego viene otro discurso, el de la calle, el que cada vez compartimos muchas más personas y no es otro que la inmigración feroz de los últimos años se ha cargado los pilares de nuestro sistema sanitario de raíz, que la gran afluencia de inmigrantes ha colapsado nuestros centros médicos y que el buenismo ha reventado un sistema del que venía disfrutando la clase trabajadora de este país con mayor o menor éxito, pero disfrutando de él.
Obviamente los pijoprogres de turno que van a parir a la Tecknon me acusaran como de costumbre de fomentar falsos rumores para demonizar la inmigración y hacerla culpable de todos nuestros males, nada más lejos de mi intención que mi discurso se interprete de tal forma. Los verdaderos y únicos culpables de esta situación son los políticos que ha soportado este país, de izquierdas, de derechas, de centro, y mientras tanto cada vez más inmigrantes para adentro. Porque la culpa no la tiene el inmigrante, como no tiene la culpa el León de comerse una gacela si se le coloca a tres metros; como no tiene la culpa un niño de comerse una piruleta si se la dejan a mano. La naturaleza es así, y la mayoría de inmigrantes no han hecho más que aprovecharse de la alfombra roja que les pusieron, en sanidad, en ayudas, en justicia…
No hace falta más que darse una vuelta por cualquier ciudad castigada por la inmigración masiva para ver que aunque la mayoría de inmigrantes suelen jóvenes, también hay un buen número de ellos con la edad suficiente para que uno se dé cuenta de que no son los que venían a pagarnos las pensiones. Nuestros Ayuntamientos empadronan a ilegales sin ningún pudor con un contrato de alquiler, nadie comprueba si en ese piso bajo ese contrato hay empadronados siete o diecisiete, y posteriormente con el empadronamiento debajo del brazo ya tienen derecho a la cartilla sanitaria como un ciudadano más. Es decir, cualquier inmigrante se puede traer a su abuelo con el hígado podrido sacarle la cartilla sanitaria exprés y como nuestra sanidad pone por delante las urgencias, este señor pasar por encima de nuestros abuelos que haya cotizado 50 años en España que estén en una lista de espera para un trasplante de hígado y, que encima ahora en Catalunya, tienen que pagar un euro por receta.
Mención aparte tiene el apartado de partos. Publicaba El Periódico la semana pasada que el 40% de los nacidos en Barcelona son de padres extranjeros, también señalaba que el último índice de inmigración en la ciudad Condal es del 17%, es de cajón que si este índice es del 17% y el de nacimientos de este 17% es de un 40% la evolución nos sitúa en menos de 20 años en minoría absoluta, sin olvidar que hablamos de Barcelona y no de localidades como Salt que el porcentaje de inmigración es de un 45%, en su mayoría musulmana.
Pese a la crisis, pese al momento tan delicado que vive el país, la angustia que sufren muchos padres autóctonos para alimentar a sus hijos, pese a que muchas parejas se lo han de pensar una y otra vez antes de traer una criatura a este mundo, ellos siguen pariendo sin ningún tipo de problema y esto también provoca la saturación de la sanidad y la de las ayudas en general.
Pero como sé que aun algunos dirán que exagero y que hablo de rumores traigo como muestra un botón. Un informe adjuntado, que ha llegado a mis manos del Hospital Comarcal de Igualada, estamos hablando de una ciudad con un índice de inmigración que no llega al 13%, pero que va subiendo como la espuma pese a ser la capital de la comarca con más tasa de paro de la provincia de Barcelona. Un informe al que obviamente he borrado los datos personales tanto de la paciente como del personal médico, aunque he dejado el principio del NIE, que es el documento que usan los extranjeros en España y el nombre de pila de la paciente para no dejar lugar a dudas, si bien en las observaciones es donde se ve claro que siempre hablamos de rumores: Mujer de 41 años, embarazada de 21.6 semanas. Actualmente con diabetes gestacional y realiza seguimiento de riesgo con el Dr. X. La asistenta social del Ayuntamiento de Igualada explica que la familia vive de una renta mínima de inserción desde hace muchos años (viven de la administración) se ha hablado de un método definitivo después del parto. Derivo para valoración con la mujer la posibilidad de un método definitivo postparto.
Es decir que la embarazada vive a sus 41 años su cuarto parto, que reconoce vivir de la administración desde hace muchos años y aun así sigue trayendo hijos al mundo. No sabemos el final de la historia pero es probable que ella o su marido se negaran a un método definitivo y tengan la intención de volver a traer más niños al mundo pese a las recomendaciones del médico. Este informe ha llegado a mis manos de la forma más torpe que puedan imaginar, del Hospital de mi ciudad, no he tenido que investigar ni contratar detectives, n i nada por el estilo, cuantos informes similares a este, cuantas historias idénticas tenemos en nuestro país. Rumores.
*Secretario general de Plataforma per Catalunya (PxC).