La batalla de los cien días
Jorgelina Perez.- A cien días de las elecciones presidenciales francesas, Nicolas Sarkozy es conciente de que deberá triunfar en varios frentes de batalla si pretende mantenerse en el Elíseo. El jefe de Estado es el único mandatario saliente de la V República que no parte como favorito para obtener la reelección, y en los tres meses que lo separan de la primera vuelta electoral prevista para el 22 de abril deberá lidiar contra el avance de la ultraderecha, la tasa de desocupación más alta de los últimos doce años y las consecuencias que puede traerle a Francia la decisión de la calificadora de riesgo Standard & Poors (S&P) de quitarle la máxima nota de solvencia “AAA”.
Aunque todavía no anunció formalmente su candidatura, Sarkozy aspira a convencer a los franceses de que él es la mejor opción para enfrentar la crisis económica que sacude al país y a toda la Eurozona. Pero el panorama no es nada alentador para el mandatario: un arrollador 70% de los franceses considera negativos sus cinco años de gobierno, debido principalmente a la suba del nivel de desempleo al 9,3%, la baja del poder adquisitivo y las desigualdades sociales.
El avance en los sondeos de la candidata del populista Frente Nacional, Marine Le Pen, no garantiza a Sarkozy ni a su rival de izquierda y hasta ahora favorito François Hollande, llegar a la segunda vuelta electoral.
De acuerdo con la última encuesta difundida por el diario “Le Monde”, un tercio de los franceses adhiere a las ideas de Le Pen, que logró cautivar a millones de votantes con su propuesta para sacar a Francia del euro y regresar al franco, y luchar contra la inmigración ilegal en medio de la severa crisis económica.
Hija del líder Jean-Marie Le Pen, que en 2002 dejó en el camino al socialista Lionel Jospin y perdió el ballottage ante Jacques Chirac, Marine subió más de dos puntos en las encuestas en los últimos meses y ya cuenta con un 21,5% de intención de voto, que la coloca en un virtual empate técnico con Sarkozy. De acuerdo con un sondeo de Ifop-Fiducial, el Presidente tiene un 23,5% de adhesión, contra el 27% de Hollande.
La nota tan preciada
La agencia Standard & Poors asestó un duro golpe a la esperanza de reelección de Sarkozy, al bajar por primera vez en 36 años de “AAA” a “AA+” la nota crediticia de Francia, que era presentada por el Gobierno como todo un símbolo de confianza y previsibilidad.
La decisión de la calificadora de riesgo podría socavar la credibilidad del país, dañar su economía y recrudecer la incertidumbre en medio de la crisis de deuda de la Eurozona.
“Si pierdo la triple A, estoy muerto”, había dicho Sarkozy a sus socios en diciembre pasado.Y sus principales ministros habían salido a defender la máxima calificación.
Se trata de “un bien extremamente precioso, que en ningún caso se puede poner en peligro”, había destacado el primer ministro, François Fillon, mientras que el ministro de Economía, François Baroin, recalcó que se trata de una “condición necesaria para proteger el modelo social”. Por eso, la degradación decidida por S&P golpeó el corazón del plan económico de Sarkozy.
Luego de los planes de ajuste anunciados en agosto y noviembre pasados destinados a ahorrar unos 20.000 millones de euros, el gobierno podría necesitar implementar un tercero.
En su mensaje de Nochebuena, y anticipándose a la decisión de las calificadoras, el jefe de Estado había advertido que “no son ni los mercados ni las agencias quienes harán la política de Francia”.
La postura de los analistas es más pesimista. “Podríamos terminar como Italia, con la crisis creciendo como una bola de nieve, haciéndola más difícil de controlar”, estimó el consultor Nicolas Bouzou, de “Asteres”.
Bouzou subrayó además que con la baja de calificación, el gobierno podría verse obligado a emprender reformas radicales, que de otra manera ni siquiera hubiera considerado, como liberalizar el mercado laboral y acelerar la reforma del sistema de jubilaciones y pensiones.
El ministro de Economía salió a poner paños fríos a la situación, al señalar que “no es una buena noticia” la rebaja de la calificación, pero tampoco “es una catástrofe”. Y aseguró que no habrá un nuevo plan de ajuste.
El alivio para Sarkozy llegó pocas horas después, cuando la agencia de calificación Moody’s confirmó la “triple A” para Francia, con perspectiva “estable”.
La calificadora de riesgo sostuvo que todavía no tomó una decisión sobre la perspectiva y estimó que lo hará en el primer trimestre de 2012, cuando evalúe las notas crediticias de los países de la Eurozona. Es que Moody’s le da crédito al gobierno francés para que pueda reducir el déficit público a 3% en 2013 y estimó positivas las medidas tomadas para lograrlo.
Fitch, la otra gran agencia de calificación, anunció esta semana que no tiene planes de degradar la nota de Francia este año, a menos que el país sufra importantes debacles económicas.
Pero a pesar de que la codiciada calificación “AAA” era uno de los caballitos de batalla en su campaña electoral, el presidente galo intentó minimizar el impacto que podría tener sobre la economía la degradación de la nota.
“En el fondo, no cambia nada”, aseguró luego de reunirse con su colega español, Mariano Rajoy.”No tengo la intención de tener en cuenta lo que dicen unos y lo que dicen otros”, destacó Sarkozy, y calificó a las agencias como “elementos interesantes”.
“Debemos reducir los déficits y los gastos, mejorar la competitividad de nuestras economías para retomar el crecimiento”, afirmó, y destacó la necesidad de “no ponerse nerviosos” y a “reaccionar a estas decisiones con sangre fría”.
El nuevo latiguillo de la oposición
Apenas se confirmó la rebaja de la nota, todos los rivales de Sarkozy en la carrera presidencial se encargaron de asociar esa pérdida con el “fracaso” de la política económica del Elíseo.
“Es una política la que ha sido degradada, no Francia”, afirmó Hollande, conciente de que en caso de acceder a la Presidencia, la pérdida de la “triple A” significaría “una herencia pesada” y habría “un margen de maniobra aún más reducido”, según había estimado él mismo el mes pasado.
El candidato socialista cuestionó la “falta de coherencia, de constancia, de clarividencia y sobre todo de resultados” del Presidente. “Nicolas Sarkozy hizo de la conservación de la ‘triple A’ un objeto de su política e incluso una obligación para su gobierno. Es así que fueron justificados no menos de dos planes de rigor en cuatro meses. Esta batalla, y lo lamento, se ha perdido”, afirmó.
El centrista François Bayrou consideró que la pérdida de la “AAA” es una “señal de los años de fracaso y deriva” del Gobierno, mientras que el candidato del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, llamó a “resistir” a “la guerra de los mercados contra Francia”.
En tanto, la ultraconservadora Le Pen proclamó el “fin del mito del presidente protector” y descalificó a “todos” los que defienden el euro como moneda única.
Le Pen se convirtió en una de las grandes sorpresas en la carrera electoral, al ubicarse tercera en las encuestas, casi en el mismo nivel que Sarkozy y a seis puntos del primero. De acuerdo con varias encuestas, más de un cuarto de los franceses quiere que llegue a la segunda vuelta.
Según el instituto de sondeos “TNS Sofres”, la candidata logró deshacerse parcialmente de la imagen extremista que tenía el partido en la época de su padre, y una creciente parte de la población no duda en considerarla como una “patriota que defiende los valores tradicionales”.
“La denominación ‘Frente Nacional’ se está normalizando. Antes, había un efecto de repugnancia. Ahora este fenómeno se está reduciendo”, admitió al diario “Le Monde” Edouard Lecerf, director general de “TNS Sofres”.
Según el estudio, las ideas de derecha que antes tenían más aceptación en los sectores obreros y rurales, ahora se están extendiendo entre los jóvenes.
Es que la crisis económica, que llevó el índice de desempleo de Francia a orillar el 10% y puso en tela de juicio la moneda única (siempre rechazada por el Frente Nacional) terminaron favoreciendo el discurso de Le Pen, de acuerdo con los analistas.
“Desde que Jean-Marie Le Pen ya no lidera el Frente Nacional, mejoró la imagen del partido. Marine representa a una mujer ‘moderna’ y, como ahora también centra su discurso en temas económicos y sociales, quiere demostrar que ya es se puede tratar con ella”, admitió el diputado de derecha Etienne Pinte.
El padre de la candidata, de 83 años, apareció en un acto de campaña de su hija en el que se preguntó “qué espera la juventud de Francia para rebelarse contra la injusticia de un presidente y una clase política que han vendido la Patria al imperialismo del euro y los mercados”.
En las elecciones de 2007, Sarkozy llegó a la Presidencia con un discurso que logró atraer una buena parte del electorado del Frente Nacional. Ahora la ecuación se revierte, ya que el próximo 22 de abril, Le Pen tendrá el desafío de recuperar a esos votantes para intentar derrotar al jefe de Estado o a Hollande para posicionarse en el ballottage.
Sin embargo, las posibilidades de la candidata terminarían ahí: el 66% de los franceses no la quiere como presidenta.
Presidente investigado
Sarkozy sufrió otro revés esta semana cuando la justicia francesa decidió abrir una investigación sobre la financiación de su campaña electoral en 2007 por las sospechas de contribuciones ilegales de la heredera del emporio de cosméticos “L’Oreal”, Liliane Bettencourt.
El diario francés “Sud-Ouest” informó que la Justicia pidió que se presenten las cuentas de la campaña que colocó a Sarkozy en el Elíseo tras derrotar en la segunda vuelta electoral a la candidata socialista Segolene Royal.
El partido oficial vinculó inmediatamente la investigación con la campaña electoral y el el secretario general del partido (UMP), Jean-François Copé, se limitó a recordar “el principio de la presunción de inocencia” en toda causa judicial.
La prensa francesa recordó que la ex contadora de Liliane Bettencourt, Claire Thibout, aseguró en 2010 que la multimillonaria empresaria había financiado durante años al mandatario y a su partido, la Unión por un Movimiento Popular.
Thibout dijo que había entregado 50.000 euros en efectivo al ex gestor de fortuna de Bettencourt, Patrice de Maistre, que le dio a entender que se los daría al día siguiente a Eric Woerth, tesorero de la UMP y ministro del Presupuesto, para financiar la campaña de Sarkozy.
La portavoz del Elíseo, Valerie Pecresse, se unió a la decisión oficial de no comentar un “proceso judicial en curso” y sólo recordó que las cuentas de 2007 eran “públicas” y recibieron en su momento el visto bueno de Comisión Nacional de las Cuentas de Campaña y el Consejo Constitucional.
Ex futbolista irrumpe en la campaña. El ex futbolista francés Eric Cantona se convirtió en los últimos días en la cara visible de la Fundación Abbé Pierre, una de las más conocidas ONG de Francia para intentar que el problema de la escasez de viviendas en el país esté en el centro del debate entre los candidatos presidenciales.
La iniciativa que impulsa Cantona pretende que todos los candidatos se comprometan a dar una solución al problema y lanzó un petitorio de firmas de apoyo a la Fundación, similar al necesario para presentarse como candidato.
La ONG reclama la construcción de 500.000 viviendas anuales en Francia, de las cuales 150.000 sean sociales, además de una limitación de los precios de los alquileres, para que los sectores menos favorecidos económicamente puedan tener un techo.
“Uno se puede comprometer con numerosas causas, todas importantes, pero no se puede hacer todo. Si he optado por la vivienda es porque me parece esencial y afecta a diez millones de personas”, afirmó la ex estrella del Manchester United.
A fines del año 2010 ya había sorprendido con una propuesta para que los ciudadanos sacaran el dinero de los bancos como medida de protesta contra el papel del sector durante la crisis financiera, una iniciativa que apenas tuvo seguimiento.
Dos para un ballottage
A menos que se produzca una sorpresiva escalada de otro candidato, todas las encuestas aseguran que si las elecciones fuesen hoy, Sarkozy y Hollande disputarían la segunda vuelta el 6 de mayo.
Con una ventaja que se acorta a través de los meses, el socialista –que se convirtió en el candidato de su partido luego de la caída en desgracia del ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn- aceleró su campaña arremetiendo contra el actual gobierno.
En una “Carta a los franceses” publicada en el diario de izquierda “Libération”, Hollande calificó a Sarkozy de ser “el presidente de los privilegiados”y advirtió que “el cambio es para ahora”.
El socialista no ahorró críticas contra el actual jefe del Elíseo, al acusarlo de ser “incapaz de encontrar una salida a la crisis de la zona euro”, “impotente ante el aumento del desempleo”, e “indiferente hacia el agravamiento de las desigualdades, después de haber prodigado la indulgencia a los más acaudalados”.
“Lo que está en juego en esta elección (…) es más que la elección en sí de un Presidente, más que la designación de una mayoría, y más que la orientación de una política: es el enderezamiento indispensable de la Nación”, dijo Hollande.
Aunque por el momento Sarkozy está más enfrascado en la crisis económica que en los discursos de campaña, desde su partido salieron a responderle a quien lidera las encuestas. “Es el candidato del viento, de la palabra, de los grandes discursos”, afirmó la vocera gubernamental, Valérie Pécresse.
“Totalmente hueco”, con “eslóganes vacíos y críticas perezosas”, criticó el ministro Laurent Wauquiez, que asegura que Hollande es “el candidato que no dice ni propone nada”.
El politólogo Stéphane Rozès, presidente de la sociedad “Consejos, Análisis y Perspectivas” (CAP) y profesor en “Sciences Po”, estimó que el acortamiento de las diferencias en los sondeos de intención de voto se debe en parte a la crisis económica.
“Hace unos meses, el divorcio entre Sarkozy y los franceses era muy importante. La crisis le permite construir una nueva relación con el país, asumiendo la postura del salvador. Francia camina al borde del precipicio y Sarkozy es el primero de la cordada”, indicó.
Dominique Reynié, director de la “Fundación para la Innovación Política”, afirmó que “en Europa, elección tras elección, los poderes salientes son derrotados” pero advirtió que los franceses “pueden juzgar también que el presidente tiene la experiencia de la crisis y optar por un voto de seguridad, a falta de un voto afectivo”.
Esa es precisamente la carta que tiene en la manga Sarkozy: se presenta como la figura con la capacidad, experiencia y determinación necesarias para conducir a Francia en medio de la adversidad, ante un Hollande presentado como débil e inexperto.
Nada está definido aún y por eso ni el Presidente ni su hasta hoy principal adversario pueden dormirse en los laureles: Le Pen y Bayrou se acercan cada vez más en los sondeos y buscan atraer a los votantes que llevaron a Sarkozy al Elíseo hace cinco años y que se muestran desencantados con su gobierno.
La crisis económica, que obligó a José Luis Rodríguez Zapatero a adelantar las elecciones en España y a Silvio Berlusconi a dejar el poder en Italia, podría ser también el fin para cualquier aspiración reeleccionista de Sarkozy.
Pero frente a un candidato sin experiencia en la gestión, podría ocurrir algo similar que en los Estados Unidos, donde un Barack Obama casi sin chances reeleccionistas hace cuatro meses, se perfila ahora como el candidato para quedarse en la Casa Blanca.
El desafío de Sarkozy será convencer a los franceses de su capacidad para mantener las riendas durante la tempestad y convertir la crisis en la herramienta que lo lleve a la victoria.
Esta noticia parece escrita por un periolisto de El Pis o La Gaceta.
Francia tendrá un presidente sociata, está bastante claro, la situación española de bipartidismo es común a todas las memocracias “uropeas”.
Yo no lo llamaría avace de la ultraderecha (lo que significaría por ejemplo que el PP es de derechas) sino de la derecha a secas, no hay que caer en las trampas orwellianas-stalinistas colocadas en el lenguaje por los que dominan el mundo a través de sus medios de comunicación y manipulación masiva, lo que Pio Moa llama vocablos policía Estamos cayendo en sus trampas continuamente llamando “pais vasco” o “euskadi” a las Vascongadas que nunca en la Historia se llamaron pais vasco, “progresistas” a los enemigos del progreso, su nombre verdadero es socialistas. La palabra empresario o comerciante está… Leer más »
Esto es lo que se llama perversión del lenguaje y subversión ideológica, todo ello promovido por progretas y liberales(que son en lo básico lo mismo).