El clan de Jaén se divide ante la celebración del Congreso Federal
La neutralidad activa es como el crecimiento negativo: un imposible semántico. De ahí que los consejeros no sigan al pie de la letra la sugerencia del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, de emular a Suiza en la batalla por el poder del PSOE federal.
Tanto la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, como la de Igualdad, Micaela Navarro, han tomado partido por Chacón y Rubalcaba, respectivamente. Una doble lectura de estas adhesiones aclara que Griñán habla por boca de su titular de Presidencia mientras que Gaspar Zarrías está detrás del respaldo de la consejera de Bienestar Social al portavoz socialista en el Congreso. Las posturas opuestas de ambas evidencian la distancia que separa a sus respectivos valedores.
Maestro de la estrategia, las circunstancias obligan a Zarrías a librar esta batalla en campo abierto mientras Griñán permanece agazapado. La imposibilidad de permanecer tras las bambalinas ha obligado al ex consejero de política territorial a apostar a fondo perdido por Rubalcaba, mientras que el presidente de la Junta mantiene una aparente ambigüedad que sutilmente favorece a la política catalana, como demuestra la presencia de altos cargos del aparato regional en la metamorfosis autonómica experimentada por Carmen Chacón en tierras almerienses.
Batalla desigual
Asegura la leyenda política que Zarrías siempre gana, pero, como sucede en el fútbol, las estadísticas están para romperlas. Máxime cuando, como ocurre en esta ocasión, el ex consejero libra una batalla desigual porque ejerce de comandante en jefe sin ningún cargo institucional desde el que presionar a las bases. Aunque la dirección provincial de Jaén está a sus órdenes, el descontento entre una parte considerable de la militancia es considerable desde que auspició el golpe que defenestró a la ex alcaldesa de Jaén Carmen Peñalver del poder orgánico de la principal agrupación socialista.
A Zarrías sólo le vale que Rubalcaba sea elegido secretario general del PSOE para mantenerse como referente en su provincia. Mar Moreno también ha puesto todas sus cartas en la casilla de la ex ministra de defensa, posiblemente más por despecho que por convicción.