Zapatero niega su responsabilidad en la crisis y el desempleo
La brutal cifra de desempleo conocida el pasado viernes, casi cinco millones de parados, ha caído como una bomba en un PSOE que aspiraba a hacer creíble su promesa de que ahora, sí que sí, España está saliendo de la crisis. A menos de un mes de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo, José Luis Rodríguez Zapatero trató de sobreponerse al dato con un requiebro argumental. «Nosotros tenemos la responsabilidad de combatir y superar una crisis que no generamos, igual que el paro, que no generamos», defendió en un mitin en el barrio tinerfeño de La Laguna.
El jefe del Ejecutivo trató de convencer a los suyos de que no hay motivos para arredrarse porque la situación va a cambiar y porque, en todo caso, los socialistas siempre podrán presumir de que incluso en lo situación más crítica lucharon por mantener los pilares del Estado de Bienestar. «Sí -insistió- nos ha tocado un combate duro contra una crisis dura, pero desde aquí os digo que los datos del paro mejorarán y que, mientras tanto, me comprometo a seguir protegiendo a más del 75% de las personas desempleadas con una prestación para que no estén abandonadas a su suerte».
El líder saliente de los socialistas alegó que el PP no fue capaz de desarrollar como él las políticas sociales ni siquiera en los años de bonanza. Y se atrevió a especular con que, de estar hoy en el Gobierno, «todo habrían sido recortes y retrocesos en la defensa de los derechos» adquiridos.
Zapatero eludió, en todo caso, dejarse llevar por un optimismo excesivo. De hecho, fue mucho más cauto que el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien el pasado viernes aseguró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que en adelante España va a crear «empleo, empleo y empleo». «Estamos haciendo lo que España necesita», aseguró el presidente del Gobierno. Pero no echó las campanas al vuelo. «Sabemos muy bien que el empleo no se hace de la noche a la mañana, que no hay una vara mágica; tenemos que poner las cosas en orden y es con el empeño de tirar en la misma dirección como se sale de la crisis pero lo vamos a lograr», dijo.
Inyectar ánimo en la moral socialista no es en estos momentos una tarea fácil. Aunque en la dirección del partido aseguran que a medida que se acercan los comicios mejoran las expectativas y muchos los indecisos optan por volver a votar PSOE, los sondeos no son halagüeños. Zapatero, sin embargo, se mostró convencido de que las cosas no están tan negras como parecían en un principio. «Pensaban que nos iban a barrer del mapa -apuntó en referencia al PP- pero no va a ser así; no saben el apoyo que tenemos».
Lo que sí pidió a sus correligionarios es que no se arruguen frente a un primer partido de la oposición que tiene el viento a favor. «Sus dirigentes y candidatos van a pensar que tienen fácil la tarea y que van a ganar en las urnas -insistió-; yo os diré que gana en las urnas quien cree en lo que hace, quien defiende el interés general y quien hace el máximo esfuerzo por aquellos que más dificultades tienen».
Polémica en RTVE
Zapatero también entró en la polémica abierta esta semana por la formación que lidera Mariano Rajoy sobre la objetividad de Televisión Española desde que los socialistas llegaron al Gobierno. Con un tono de indignación, reprochó a los populares que se atrevan a criticar a la televisión pública ahora, cuando ellos tuvieron al frente de los servicios informativos a Alfredo Urdaci, obligado por la justicia a leer una sentencia contra RTVE por «vulneración de los derechos fundamentales de huelga y libertad sindical» por su cobertura de la huelga general del 20-J.
«Digámoslo alto y claro porque es importante para la democracia: hemos hecho la televisión pública de más calidad y donde más se respeta la independencia y la pluralidad de los profesionales. ¡Y el PP lo que tiene que hacer, por rubor -remató-, es callar la boca!»