Iván, cómo hemos cambiado: De las más de 2.500 personas en el Hotel Barceló en 2019 a las 63 de ayer en Vélez Málaga
AD.- Para muchos, la mayor torpeza de la Gestora de Vox Málaga es querer resolver la grave crisis interna que sufre el partido reputándola de artificial. No conocemos manera más candorosa, ni más estúpida, de ocultar la cabeza bajo el ala que la de sostener esa absurda apariencia de normalidad que se quiere transmitir de Vox Málaga. Por desgracia para ellos, la hemeroteca no engaña. El 16 de octubre de 2019, el portavoz del grupo parlamentario de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, abarrotaba tres salones del Hotel Barceló de Málaga, donde acudió para dar un mitin.
Fueron en torno a 2.500 personas las que acudieron a la cita, en un ambiente festivo y marcado por la ilusión y el optimismo. La concurrencia desbordó todas las previsiones de los organizadores. Tal es así que decenas de personas se quedaron a las puertas del hotel sin poder entrar.
Nada que ver con lo ocurrido este lunes con Espinosa de los Monteros en su mitin en Vélez Málaga, al que asistieron 63 personas, contadas una a una, de ellas la mitad cargos orgánicos.
Si el número 2 de Vox conservara la memoria, lo que en estos momentos debería preguntarse es por qué la expectación de 2019 ha tocado fondo apenas tres años después. ¿Qué más evidencias se necesitan para comprobar que la militancia, de forma mayoritaria, ha dado la espalda a la dirección provincial? ¿Exagera Alerta Digital cuando advierte insistentemente acerca de la crisis estructural que sufre Vox Málaga y cuya solución no pasa por aparentar normalidad en medio de una situación cada día más anómala?
Cuando reduces el papel del militante de base al de pagacuotas, cuando los afiliados se sienten ignorados en la toma de decisiones, cuando se les engaña o se les oculta información, cuando se les desprecia y se les humilla, cuando a los años de militancia antepones un engordado curriculum de alguien que hasta hace unos días pertenecía a otro partido, cuando traicionas a tus mentores o cuando sublimas la mediocridad y destierras a los mejores, entonces es lógico que los afiliados decidan que estos indignos mandatarios ya no les representa.
Lo vimos este lunes y lo vemos a diario con las penosas mesas informativas, tan huérfanas de militantes que participen que se tiene que echar mano de cargos de otros municipios. Lo vimos con la tradicional caravana automovilística coincidiendo con el 1 de mayo. Apenas cincuenta vehículos y una asistencia no superior al centenar de personas, en contraste con los más de cinco mil vehículos y la participación de más de 8.000 personas en la del pasado año.
Definitivamente, Vox Málaga ya es un partido con dos carcasas. De un lado la militancia y por el otro los 150 de marras, más o menos los mismos que acudieron al fracasado mitin de Ortega Smith en Torremolinos, o los que escucharon a Espinosa de los Monteros el viernes en Torremolinos. Y así es imposible afrontar unas elecciones con un mínimo de decoro. ¿O acaso cree la Gestora que la maltratada militancia le hará el trabajo sucio de aquí a este domingo?
Pero el problema de Vox Málaga no es la baja participación en todos sus actos, no es tampoco el enfrentamiento político y también personal de las dos facciones que representan al partido, sino otro más grave aún, el problema de Vox Málaga se llama decepción.
Decepción ciudadana porque se les ha visto “el plumero” cuando han demostrado usar las mismas malas artes de los partidos tradicionales, dedazos para poner o quitar representantes elegidos por las bases. Aquellas prácticas de las que los votantes huyeron para confiar en Vox.
Decepción porque se ha despreciado a los militantes al nombrarse cargos que procedían del PP y que no han demostrado ninguna valía para el partido.
Decepción por la destitución del coordinador de Mijas, Alberto González, tras denunciar que la mafia del ladrillo había puesto sus ojos en el municipio.
Decepción por la expulsión de Antonio Pulido solo por advertir a los padres de la existencia de un depravado sexual dentro de la sede.
Decepción porque no se cuente con los afiliados más que para hacer bulto en las mesas informativas y los mítines.
Decepción por el deplorable trabajo de los concejales en la provincia, algunos de los cuales ya buscan acomodo en otros partidos de cara a las elecciones locales de 2023.
Decepción por la desideologización de unos dirigentes provinciales que hablan más de “merchandising” que de fondos buitres.
Decepción con tanto postureo y propensión al lujo de la diputada Patricia Rueda, la que mueve los hilos del poder en Vox Málaga en la sombra.
Decepción con algunos cargos que comparten grupo de WhatsApp con el “mocito feliz”.
Decepción por la marcha de gente tan valiosa como Pedro Barceló, Sonia Crespo y Julia Calleja, entre otros muchos.
Decepción con hechos tan insólitos como la relación laboral con el PP del responsable de Comunicación.
Decepción por una sede bunkerizada que ha dejado de ser la casa de todos los militantes y simpatizantes.
Decepción, en fin, con los responsables de que el partido haya pasado de representar un fenómeno social hace tres años a convertirse hoy en un proyecto yermo y sin futuro.
Pues si un fracaso quién me iba a decir a mi darte la razón Armando aunque lo disfrutes para el partido de los cobardes y acomplejados el pp