Sánchez tiene cara de reo
Antonio R. Naranjo.- Pedro Sánchez lleva 14 meses sin acudir al Senado. Se salta habitualmente las sesiones de control al Gobierno y las ordinarias en el Congreso. No celebra el Debate del Estado de la Nación. Incumple la obligación constitucional de presentar en el Parlamento los Presupuestos Generales del Estado y gobierna, sin una mayoría estable y tras perder las elecciones generales, con las cuentas prorrogadas de otra legislatura, algo sin precedentes en España y en Europa.
No da entrevistas a medios críticos, solo responde a preguntas de periodistas cercanos, comparece en formato de monólogo sin réplica o no lo hace; ignora sistemáticamente las resoluciones del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno; no ha dado ninguna explicación pública razonada y razonable de los múltiples casos de presunta corrupción que le rodean tras llegar al asalto a La Moncloa exigiéndoselas a Rajoy y, entre otros desperfectos, acumula reveses en la Audiencia Provincial y la Nacional y en el Tribunal Supremo y el Constitucional, en este último caso cuando no era el despacho de abogados privatizado por La Moncloa.
Que en ese contexto hediondo él se ría sin ganas y alguien le aplauda por dinero forma parte de un juego lascivo de poses e intereses, pero que además se permita dar lecciones democráticas enciende todas las alarmas: no se conforma con disimular su decrepitud a duras penas, entre vítores subvencionados que solo engañan a quienes viven del sistema; además pretende convertir sus vergüenzas en una plataforma para repudiar y perseguir a quienes las exhiban y enjuicien, con múltiples excusas, a cual más mala.
La penúltima es acosar al periodismo como nunca, con los Patxi López de turno presentando la cadena de informaciones impecables sobre las vergüenzas, mentiras y quizá delitos del entorno de Sánchez como un «acoso» personal que roza a su juicio la violencia.
Ni una palabra sobre la catarata de autos judiciales, informes de la UCO, noticias contrastadas y testimonios incriminatorios que explican la ya insondable lista de imputaciones y procesos de los máximos colaboradores de Sánchez y de su propia familia, atrapados todos en una tupida red corrupta e interconectada en la que siempre aparecen los mismos, en un papel u otro, con un mismo puerto donde atracar: La Moncloa.
Y en la que, por cierto, los problemas derivan ante todo de las delaciones, arrepentimientos, filtraciones y declaraciones de todos ellos, más por deseo de negociar un buen acuerdo con la justicia que de un sincero acto de contrición: se pretende rebajar la penitencia penal y, por eso, se necesita contar toda la verdad a la espera de un pacto en los tribunales que reduzca las condenas.
Las aguas estancas de Sánchez huelen a desafío al Estado de derecho por simple supervivencia, más que por deseo de eternizarse en un poder que ostenta pero no controla en nada decente: toda su acción de Gobierno reside en Waterloo, o en los pueblos de Otegi, Junqueras o Belarra. Pero la capacidad de defensa, con la malversación cuanto menos moral de las funciones de un presidente decente, sí está a su alcance desde las instituciones ocupadas previamente por esbirros como García Ortiz, Tezanos o Conde-Pumpido.
Vemos así, en directo, el pulso entre un pobre hombre con aspecto de reo que dispone sin embargo de potentes armas caducas y una democracia atónita por la envergadura del desafío que, sin embargo, resiste. Pero hay que preguntarse ya, en voz alta, hasta dónde estará dispuesto a llegar Sánchez por algo tan prosaico como salvar su trasero. Porque de eso va todo lo que estamos viendo: de una mala persona que hizo algo intolerable para ser presidente y ahora está dispuesto a todo para no acabar en el banquillo de los acusados, que es su sitio natural. Quien no lo vea, ha de acudir con urgencia a la óptica más cercana.
Si,si, todo eso está muy bien y es muy claro. Pero el tema que se nos plantea a la ciudadanía, es que por muy sucias que bajan las aguas, no hay Nadie, que se atreva a cambiar al Regante. este personaje, domina las aguas a su antojo, y mientras, “por sus co…s” riega los campos como le da la real gana. ¿Donde están los millones que nos presta Europa?.¿Donde se esconden los millones cedidos para los desastres de las inundaciones?. Claro, como aun hay existencias en los “supers” y podemos comprar cosas, aunque sea con dinero prestado. Llegará un día… Leer más »