Comienza este lunes el juicio a Rubiales, que se enfrenta a más de dos años de cárcel por el beso a Jenni Hermoso
La Audiencia Nacional juzga (AN) desde este lunes al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, que se enfrenta a una petición por parte de Fiscalía de 2 años y 6 meses de cárcel por el beso no consentido y las presuntas coacciones posteriores a la jugadora de la Selección femenina Jennifer Hermoso.
También se sentarán en el banquillo de los acusados el exdirector de la Selección española Albert Luque, el exseleccionador femenino Jorge Vilda y el exresponsable de Marketing de la Federación Rubén Rivera, para los que el Ministerio Público pide una condena de 1 año y 6 meses de cárcel por un delito de coacciones.
Se tratan de las mismas peticiones de condena que plantean en sus escritos de acusación tanto la representación de Jenni Hermoso como la de la acusación que ejerce la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Hermoso, además, pide que se prohíba a Rubiales acercarse a ella o mantenerse en sus proximidades en un radio de 500 metros durante cuatro años.
Fuentes jurídicas indican a Europa Press que se han acreditado para seguir esta vista oral, que se celebrará en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, alrededor de un centenar de profesionales, entre periodistas y técnicos, de cerca de 70 medios de comunicación y productoras.
Entre los mismos se cuentan al menos 15 medios extranjeros, de países como Australia, Francia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, México o Colombia. Las citadas fuentes apuntan que se trata, por números, de uno de los juicios más mediáticos de la historia de la Audiencia Nacional.
La vista oral, según el calendario de la misma, arrancará este lunes con las cuestiones previas. Ese mismo día está previsto que declaren tres testigos: la propia Hermoso, la que fuera directora de fútbol femenino en el momento de los hechos, Ana Álvarez, y la entonces jefa de prensa de la Selección femenina, Patricia Pérez.
Un día después, el tribunal, podrá escuchar como testigos al exdirector de integridad y ex vicesecretario general de la RFEF Miguel García Caba; al exdirector de Comunicación de la RFEF Pablo García Cuervo; al subdirector de Comunicación de la RFEF, Enrique Yunta; al seleccionador masculino, Luis de la Fuente; y al psicólogo de la Selección femenina Javier López Vallejo.
Ya el miércoles, declararán como testigos el exjefe de Gabinete de Rubiales, José María Timón; el expresidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino Rafael del Amo; el hermano de Jenni, Rafael Hermoso; Victoriano Martín, que habría presenciado una conversación entre Vilda y el propio Rafael Hermoso; y la futbolista del Real Madrid María Isabel ‘Misa’ Rodríguez.
Siguiendo con las declaraciones de futbolistas, el siguiente día comparecerán como testigos las compañeras de Hermoso en la Selección Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina. Ese mismo día testificarán la amiga de Hermoso Ana Belén Ecube y el que fuera responsable de ‘compliance’ de la RFEF Francisco Javier Puyol.
El juicio continuará el 10 de febrero con la declaración como testigos de las dos hijas de Rubiales, a propuesta precisamente del expresidente de la RFEF.
Ese mismo día también se escuchará al conseller de Deportes balear Salvador Losa y a Susana Rodríguez. Las testificales concluirán ese día con la de la seleccionadora femenina Montse Tomé. El día 11 de febrero, además, declarará un testigo propuesto por Rivera y tres peritos propuestos por Rubiales.
El Ministerio Fiscal comienza su relato fijando el día y el lugar en el que sucedieron los hechos: el 20 de agosto de 2023 en Sidney (Australia), en concreto en el Estado de Nueva Gales del Sur.
“En ocasión de la entrega de medallas a las jugadoras de la Selección española femenina de fútbol tras su victoria en la final del Mundial, y en el momento en que la jugadora recibía el saludo protocolario y la felicitación del acusado Luis Rubiales, presidente de la RFEF, este sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, y de manera sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación de la jugadora, le propinó un beso en los labios”, apunta.
A partir de ese hecho, “y ante las consecuencias personales y profesionales que le podían acarrear, Rubiales, por sí mismo y en connivencia con el resto de los acusados, comenzaron a ejercer actos constantes y reiterados de presión directamente sobre la jugadora y a través de su familia y amistades con la finalidad de que, públicamente, justificara y aprobara el beso que contra su voluntad le dio”.
La Fiscalía asegura que Hermoso sufrió “una situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente”.