Los cristianos que son sorprendidos “orando”, “recitando las escrituras” o “santiguándose” cerca de un centro de aborto podrían ser condenados a hasta seis meses de cárcel en el Reino Unido.

Las autoridades británicas están presionando para que los cristianos que practican su fe demasiado cerca de los centros de aborto sean encarcelados bajo reglas de represión destinadas a frenar las protestas contra la práctica.

Según la legislación actual, ya puede ser un delito “orar en voz alta” dentro de las llamadas “Zonas seguras” establecidas alrededor de algunos centros de aborto, y quienes infrinjan las reglas serán multados con hasta £ 1,000.

Quienes “recitan las escrituras, hacen una genuflexión, rocían agua bendita en el suelo o se persignan si perciben que un potencial usuario del servicio de estas clínicas, está pasando” también están sujetos a multas según el régimen existente en una “Zona segura” administrada por Bournemouth, Christchurch y el Consejo de Poole (Consejo BCP), por ejemplo.

Sin embargo, según un informe de The Telegraph, los peces gordos del gobierno buscan ampliar en gran medida la severidad de las sanciones para aquellos que incumplen sus reglas, con nuevos planes destinados a reprimir tales protestas que incluyen disposiciones para encarcelar a los infractores hasta por seis meses. en caso de que se perciba que protestan dentro de una zona de amortiguamiento.

Si bien, según los informes, el Ministro del Interior aún no se ha puesto de acuerdo sobre la medida propuesta, que forma parte de una enmienda al proyecto de ley de orden público del gobierno de Truss, las reglas de represión han recibido el apoyo de varios parlamentarios del Partido Conservador, incluido el exministro de la Oficina del Gabinete Andrew Mitchell y la exministra del Ministerio del Interior, Caroline Nokes.

Los parlamentarios laboristas de izquierda también expresaron su apoyo a la represión, y un funcionario del partido describió la medida como necesaria “para proteger el derecho de la mujer al aborto”.

Si bien los políticos establecidos en Gran Bretaña están expresando su preocupación por el acceso de las mujeres al aborto dentro del Reino Unido, las estadísticas recientes parecen indicar que muchos dentro del país no tienen dificultad para deshacerse de los niños por nacer en cantidades cada vez mayores.

De hecho, todo lo contrario, con estadísticas oficiales que revelan que Inglaterra y Gales vieron 214.256 abortos solo en 2021, el número más alto desde que comenzaron los registros, superando un récord anterior de 209,917 que solo se estableció en 2020.

Según los expertos en la industria del aborto, los años récord para las terminaciones podrían atribuirse a la pandemia de COVID-19, así como al régimen británico de bloqueos intermitentes.

Sin embargo, incluso estos números no parecen ser suficientes para muchos en la industria, ya que los médicos declararon en agosto que querían que el aborto hasta el nacimiento fuera “despenalizado” en todo el país.

Los médicos del Royal College of Obstetricians and Gynecologists consideraron que tal medida era necesaria para evitar investigaciones “crueles” en mujeres de las que las autoridades sospechan que podrían haber tenido abortos tardíos, que técnicamente son ilegales.

“Creemos que procesar a una mujer por interrumpir su embarazo nunca será de interés público”, afirmó el presidente de la organización, el Dr. Edward Morris, y describió tal desregulación como necesaria para proteger el acceso de las mujeres al aborto.