Aznar quiere cavar la tumba de Pablo Casado, pero lo peor es que no es el único
AM (R) Por mucho que el portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, se haya esforzado este lunes en proclamar que “no caben interpretaciones” y que el expresidente del Gobierno José María Aznar ha dejado “clarísimo” que quiere que Pablo Casado sea el próximo presidente del Gobierno y que cree que el proyecto del PP es “el mejor para España”, hay demasiados movimientos que lo ponen en duda.
Si el sábado fue Aznar quien verbalizó un duro reproche realizado a Casado por la estrategia política que está desarrollando la cúpula del partido desde la sede de la calle Génova, la semana pasada fueron dos exministros populares quienes hicieron lo propio.
Cristóbal Montoro ha dudado en calificar de error la postura del PP sobre los fondos europeos al estar alimentando una falsa polémica por el reparto de las ayudas. El exministro de Hacienda concedió la pasada semana una entrevista al diario Avui en donde, inicialmente, cargó contra el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos de empequeñecer el debate al intentar apuntárselo como mérito suyo. Para después hacer lo propio con el expartido en el que ha militado durante décadas apuntando que “en lugar de celebrar que son fondos de todos y que van sobre todo a los países que más hemos sufrido, los convierte en un enfrentamiento”.
Pero el ministro de Hacienda más longevo de la democracia, en cuyo currículum se observa que, entre otros, ha participado en la redacción de 15 Presupuestos General del Estado, no es la única voz autorizada que, junto a Aznar, pone en duda el liderazgo del actual presidente del PP. Porque también hay que citar en este apartado a Fátima Báñez, quien no ha dudado en expresar su apoyo a la propuesta de reforma laboral planteada por el Gobierno de coalición.
Y no hablamos de un apoyo tímido a través de un comentario o un tuit. Báñez, la titular que más tiempo ha permanecido en el cargo de ministra de Empleo y Seguridad Social en la historia democrática de España, no dudó en dejarse ver junto a Inés Arrimadas durante una visita de la líder de Ciudadanos a la CEOE en donde le agradeció que se desmarcara del rechazo total que Pablo Casado ha dedicado a la citada reforma. Es decir, que se ha implicado en los contactos políticos de los últimos días para salvar el decreto que su propio partido rechaza.
Pablo Casado logró vencer a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y acceder a la dirección del PP gracias al inestimable apoyo de varios exministros como María Dolores de Cospedal. Pero de un tiempo a esta parte parece que algo se ha estropeado en el seno del PP en donde los puentes entre el pasado y el presente están rotos o, como mínimo, seriamente dañados.
Para llegar a Moncloa no es indispensable que Casado tenga tras de sí el apoyo en bloque de la vieja guardia del PP. Pero podar contar con ellos de cara a las futuras elecciones generales de 2023 sería, sin duda, un importante espaldarazo. Especialmente cuando Vox sigue amenazando con acoger a todos los votantes tradicionales del PP que, como varios de sus últimos dirigentes nacionales, están disgustados con la forma con la que el líder de la oposición está articulando la supuesta alternativa a Pedro Sánchez.