Sine nobilitate
Sergio Durán.- El Partido Popular ha cometido un doble error de percepción de las mareas profundas que mueven a la sociedad vasca y que arrancan ambos desde el fin de la era ETA.
Debemos partir de la base de que es una sociedad, la vasca, desmoralizada, es decir, falta de moral en el sentido ético religioso que tiene su origen en una tensión de décadas en las que conciudadanos eran asesinados, secuestrados y extorsionados mientras el poder político local mantenía reacciones cuanto menos tibias frente al fenómeno terrorista. Coincidió este fenómeno con la sustitución de una clase dirigente, élite, burguesa empresarial, por una clase funcionarial política de corte claramente nacionalista, cuyos objetivos finales coincidían con los actores terroristas, si bien no los medios a usar.
Para complicar más la situación, el PNV, partido hegemónico, tiene un claro componente conservador en su ideario, mucho más cercano a las iglesias y la moral cristiana de lo que pudiera pensarse, participando de una suerte de esquizofrenia durante décadas, en las que por un lado se censuraba cada acto terrorista, para a continuación ensalzar la “ raza vasca ” en disculpa permanente de los chicos de ETA. Cuando este fenómeno alcanzó su clímax con el plan Ibarretxe, la sociedad optó por quitar la gobernabilidad al PNV, lo que provocó un ejercicio de autocrítica importante.
El fin de ETA, al no ser certificado simbólicamente mediante una especie de plan de desnazificación transversal a la vasca, ha dejado una serie de estructuras más o menos intactas que sostienen al electorado de Bildu, heredero de Batasuna, en un juego obsceno que le coloca como segunda fuerza política en solitario. Sí , la falta de ética de una sociedad sostiene tantos votos.
No se escapa que ya desde el Congreso de Valencia, el PP decidió desmantelar al PP vasco, con una profunda miopía de lo que estaba ocurriendo. Alguien debió pensar que el discurso del terrorismo iba a ser arrollado por la historia, y en vez de diseñar lo que debía haber sido la “ re-moralización ” de la sociedad vasca, simplemente decidió dar por finalizado el proceso con discursos tibios. Nótese que no es que ni siquiera exista un museo dedicado exclusivamente al terrorismo vasco (El Centro Memorial para las Víctimas del Terrorismo, sito en Álava, incluye fenómenos terroristas a nivel mundial), sino que tampoco ha existido una iniciativa seria para que pueda existir.
Ha sido el PNV el partido que ha recogido el testigo para devolver la moral a la sociedad con mensajes transversales hacia el constitucionalismo, silenciando buena parte de su componente puramente nacionalista, y dando una pincelada de ser “ gente de orden ”, ética, alejándose claramente del proceso catalán. La declaración del lehendakari Urkullu en el juicio del procés, seguramente la de más calidad de todos los testigos e imputados, es un solo ejemplo, y muy superior a un decepcionante expresidente Rajoy. Ante una España que se desangra con una élite política propia de Africa o Hispanoamérica, el PNV y la negociación del cupo unido a una est é tica de seriedad, conforman una apariencia de é tica que explica el trasvase de votos permanente desde el PP al PNV, y lo que es m á s importante, el fin de la dicotomía constitucionalismo versus nacionalismo.
La apuesta de Casado por Iturgaiz, aun bien intencionada, estaba condenada al fracaso. Porque Iturgaiz con todas las simpatías que pueda despertar, es parte de aquel pasado desmoralizador, donde adquirió con mérito medallas, pero del que, precisamente, las gentes quieren huir y del que ya tomaron la decisión de huir hace a ñ os. La orfandad la dio Alonso y su equipo, ahora es tarde. Aliarse con Ciudadanos es la doble vertiente del error; un partido que cuestiona el Concierto Económico, que es constitucional, y en el que no el PNV, sino los votantes no nacionalistas confían como medio de sujetar a este partido all á donde est á ahora, es simplemente tóxico.
Mueve a risa la apuesta de Podemos por ir de la mano de Bildu, fraguada ya en el guiño de la cacareada derogación de la reforma laboral en el Congreso, y la profunda incomprensión de su líder de lo que es ese fenómeno batasuno. Desde luego, si cree que los comprende por ser de izquierdas es que anda falto de inteligencia. Y si lo cree por los contactos que haya podido tener con Venezuela y países similares, está muy lejos de lo que es una organización que ha tenido buena parte de su actividad en la clandestinidad intra y extrafrontera durante más de cuatro décadas y aún cuida de sus miembros en países de Europa e Hispanoamérica. Un fenómeno el batasuno con una vigilancia a pie de calle, de barrio, que es el más perfeccionado de todos los que pululan por España. La mareas podemitas son un juego de niños en su comparación. Ni siquiera la red de batzokis peneivista es comparable.
El fenómeno Podemos en el País Vasco fue flor de un día. Recogió cierto voto antisistema para regalárselo inmediatamente a Bildu. ¿ Que creía Iglesias? No deja de ser un “ españolazo de mierda y un maketo”, y Bildu, por encima de cualquier consideración de izquierdas, que es un simple relato intercambiable, es racial en un sentido mítico.
Quizá haya sido el carácter de este partido tan personalista en su líder. Quiere ser un burgués en Galapagar, y un vicepresidente presentable con traje, y finalmente quería ser vasco. Pero Bildu ya le había pintado el cartel en la entrada de su chalet; sine nobilitate.
*Licenciado en Derecho y colaborador de “La Ratonera”
¿Qué pasa con los buscadores de internet, Google y Yahoo, que he buscado Jose Calvo Sotelo en el periodo 1936-1937 y no aparece nada?
Esnob, que es un esnob…
Otegui+Bildu: asesinos, terroristas, genocidas…
Más UNIDAS PODEMOS.