La mejor fuente de vida para los cultivos
El agua es el recurso más importante e indispensable para mantener un terreno apto, bien sea para la producción de cultivos o el cuidado óptimo del jardín.
Cuando un suelo no posee la cantidad necesaria de este vital líquido o no es suficiente lo que puede absorber mediante la lluvia, es hora de buscar la ayuda artificial que los sistemas de riego ofrecen, los cuales abastecen de forma continua y programada el área que se quiera.
Es esencial conocer el terreno para proveer lo que necesita
El sistema de riego va a depender del tipo de suelo, los litros de agua que se requiera, la siembra y agricultura, así como también de los recursos financieros que se tenga a disposición para invertir en este sistema. Muchos de los artículos necesarios pueden encontrarse en una tienda de material de riego, donde además se contará con servicios de instalación y asesoramiento para que sea implementado de manera correcta en el lugar requerido.
Un apropiado sistema de riego provee el agua necesaria en el instante que se requiere. Su función es humedecer el suelo hasta la profundidad que necesite la siembra. Cuando un cultivo pasa por una sequía es imperante la instalación de suministros de riegos para prolongar la vida de las plantas.
Estos sistemas manipulan las fuentes de agua con el objetivo de impulsar la producción agrícola. La evolución del terreno dependerá de la fuente de agua, bien sea subterránea o superficial, y a su vez del tipo de riego y de los sistemas de transporte o distribución.
Métodos de sistema de riego
Los sistemas de riego en su mayoría incluyen infraestructuras y equipos que van desde embalses o reservorios, pozos y estaciones de bombeo, hasta tuberías para trasladar el agua (sumando la del drenaje).
En los de distribución de riego están las redes de distribución apresurada, los canales a lámina abierta y los de entubamiento de canal.
Las técnicas más comunes de riego son:
– Por gravedad: Distribuye el agua mediante mangueras o tuberías de flujo continuo y proveen el líquido al terreno bien sea en la calle o en surcos. Este método es parecido al de inundación utilizado en siembras de arroz.
– Por goteo: Se aplica de manera subterránea o superficial. Su función es distribuir el agua mediante goteros y mangueras, localizados principalmente en el área de hidratación de las plantas y es apropiado para los lugares donde hay sequía.
– Por aspersión: En este método se distribuye el agua en sitios determinados a través de aspersores que imitan el riego de la lluvia.
Es importante destacar que antes de implementar un sistema de riego debe tenerse en cuenta las relaciones entre agua-planta y agua-suelo.
Mecanismos utilizados en el sistema de riego
Los más integrales sistemas de riego están diseñados por elementos bien definidos y óptimos para su uso, que van desde la automatización del riego hasta la distribución del agua a la siembra o grama. Los dispositivos más usados son los programadores de riego, que facilitan el trabajo de supervisar y regar manualmente.
Existen dos tipos de programadores de riego, los que funcionan mediante pilas, usados cuando el área que se desea regar es mínima, cuando es imposible atravesar cables de electricidad por la zona o cuando no se cuenta con corriente eléctrica. Por otro lado, están los que se conectan a la electricidad, que funcionan a baja tensión (su fuente de alimentación puede ser externa o interna, y su uso es básicamente sin supervisión).
Las electroválvulas tienen como función abrir y cerrar el flujo de agua, captando las señales del programador. Están fabricadas de plástico fuerte y básicamente, su medida para el riego de jardines es de 2 a 3 centímetros, aunque existen varios tamaños en el mercado.
Recomendaciones que harán eficiente el sistema de riego
Es común que se establezca el riego a última hora, después de fertilizar, proteger y nutrir la siembra, por ese motivo es probable que la plantación no tome la cantidad de agua que necesite.
Es recomendable seguir una serie de medidas que garanticen la eficiencia del sistema de riego, entre las cuales están el implantar un método de programación, realizar pruebas de equilibrio en el riego, ajustar y calibrar el sistema instalado; periódicamente efectuar un mantenimiento integral, evitar en lo posible la escorrentía y por último, comprobar los indicadores de presión.