La querella de las investiduras
Un buen hombre de Estado debería haber dimitido, cierto es; pero este pleno ha sido un careo en la moción de censura.
Pensemos en Sánchez, líder del PSOE y motor de tal moción: de un lado, promete apoyar los Presupuestos Generales del Estado por su partido negados una semana antes, para así garantizarse el apoyo de las fuerzas periféricas, bien tratadas por el PP para lograr el apoyo de los mismos, como El País Vasco o Canarias. Primera incongruencia.
De otro lado, el que se hubiese vestido cuasi corbata de Presidente al intentar suplantar a Rajoy en cuanto a la firmeza respecto a la vigencia del 155 en Cataluña y al control de sus finanzas se refiere, negocia esta moción de censura contra el Gobierno central excavando para encontrar votos entre los independentistas catalanes y vascos, con la vaga expresión de “promesa de diálogo”: diálogo con los separatistas, diálogo con los racistas catalanes y con los filoterroristas vascos que claman por las calles a cada liberación o movimiento de un preso etarra. Diálogo con delincuentes políticos, que no con presos políticos, esparcidos como mala semilla de propaganda antiespañola por toda Europa amparados en la flojera de un sistema judicial internacional que obra por su envidia o celo, antes que por su recelo. Segunda incongruencia, cuyo resultado será un Gobierno desestructurado y centrífugo tendente al separatismo, en abuso de la ausencia de una clara mayoría absoluta. El mapa de España se va a transformar en una pantalla de partida al tetris.
Además, el señor Sánchez, con las tintas difusas de la indefinición, bajo la excusa de hacerse con la investidura para convocar nuevas elecciones, se manifiesta muy lejano a ello, al hablar de meses “milagrosos” en los que será capaz de llevar a cabo una política económica estabilizadora, dialogante con los separatismos y social, sin subir el techo de los gastos ni alterar los presupuestos. Ni el mago Merlín.
Pensemos en Rajoy: Presidente del Gobierno a duras penas tras varias propuestas de investidura por carecer de mayoría contundente, cierto es que ha capeado la crisis mediante una drástica política de recortes para todos los españoles. ¿Crecimiento y más puestos de trabajo? Sí, cierto es, a costa de fraccionarlos con contratos basura.
¿Fortaleza ante el separatismo? Capa caída ante todos los delitos imputables a los separatistas y xenófobos de españoles catalanes. Vendido hasta las médulas en la consecución de los Presupuestos del Estado, el PNV es ahora el traidor. Resultado: se ríen los catalanistas desde Cataluña y desde Europa y llenan sus bolsillos los vascos.
¿Qué hubiera cabido pensar en un buen hombre de Estado? Dimitir: si se muere la tripulación, antes, ha de sacrificarse el capitán. Con tal dimisión se hubiera posibilitado un mero Gobierno en Funciones incapacitado para la disolución de las Cortes, lo cual le habría otorgado al Presidente del tiempo suficiente como para adecentar el precario panorama político español: asentar los Presupuestos y marcar la línea roja a los separatismos.
Pero la codicia de Rajoy ha provocado que un político con miedo a las urnas obtenga la mayoría de votos en el Parlamento para la moción de censura hipotéticamente asociada a un caso de corrupción. Hambre de unos y gula de otros: todos gobiernan menos la voluntad del pueblo. Y seguirá siendo así mientras el bipartidismo, vendido a las periferias, se niegue a cambiar la Ley Electoral a costa de venderse a los nacionalismos de los que dependen y que venden denostar.
Bienvenido un Gobierno rajado, lleno de quiebras, vendido a las periferias y de todo menos reflejo del pueblo, porque el Parlamento ya no es el pueblo ni alberga su soberanía, sino la de los oportunistas que sientan sus posaderas en las sillas ranciamente aterciopeladas. Da igual el azul, el naranja, el rojo o el morado. Todos los parlamentarios son ocupas.
Sigue sin caberme en la cabeza como es posible que en una supuesta democracia, los que nos gobiernan sean todos sin excepción desafectos a España cuando no explicitamente enemigos viscerales de la misma.
Es algo absolutamente surrealista. Semejante disparate solo puede darse en una democracia como la que nos colaron en el 78. Una sucia basura repleta de oscuras lagunas que han terminado dando la razón a todos aquellos que en su día nos auguraron que esta mierdocracia nos traería tarde o temprano una catástrofe sin precedentes.
Y aún no hemos visto lo peor. Eso sí, parece importar más el color de la corbata de Sánchez.
Mariano pudo abolir la ley de memoria histérica y no lo hizo, pudo cambiar la ley electoral y no lo hizo, eso sí cargo la crisis a la clase media, y ahora la mayoría somos empleados pobres y desempleados. El partido de Pedro ha sido el partido, que más ha recortado desde 1978, en derechos laborales y sociales, ahora para conseguir los votos de la derecha separatista vasca, va a mantener unos presupuestos con el IPREM congelado en 537€ 84cts. mensuales, con grave perjuicio para los más desfavorecidos. Derecha e izquierda, están al servicio del capitalismo liberal globalista, ambas pretenden… Leer más »
Son exactamente iguales, sed y agonía por el poder.
Investir, palabra casi mística que consiste en conceder un honor o dignidad al que posee la excelencia, por sus méritos, semejante a la ceremonia de armar caballero, en la que se ceñia la espada al que había demostrado su valor en acciones heroicas y del que se esperaba que siguiera demostrando su valor…
Alguna vez fué así…
Se me cae la cara al suelo imaginando la investidura de Pablo Iglesias.