La mano que mece la cuna… del alzheimer
Transmito este testimonio por la voluntad de varias mujeres lectoras de este diario, y luego hablamos:
“Creo que las mujeres están locas si pretenden ser iguales que los hombres. Son bastante superiores y siempre lo han sido. Cualquier cosa que le des a una mujer lo hará mejor. Si le das esperma, te dará un hijo. Si le das una casa, te dará un hogar. Si le das alimentos, te dará una comida. Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des”, William Golding, 1913-1993.
Comulgo con el asentimiento, pero no se trata tan sólo de que “les des”, también disponen de su sola iniciativa. En este caso, pretendo abordar el poder pasivo de la mujer ante el horror de afrontar la enfermedad del Alzheimer en uno de los mayores de nuestras familias; la mujer, culpada en el Cristianismo del Pecado Original, “comer la manzana del árbol prohibido”, es decir, del Árbol de la Ciencia del que el Hombre se ha empeñado en mantenerla lejana a lo largo de la Historia, es, a pesar de ello, la mano que mece la cuna de la niñez y la vejez.
Pues es esa Mujer, en sentido colectivo, la que ha ocupado el papel activo en la unamunianamente denominada “intrahistoria”, es decir, ha sido el motor desgraciadamente y tantas veces inmóvil de las familias, para posibilitar el movimiento de los varones. Ha sido ella la empeñada y obcecada en su sed de cultura a la que tenía que acceder bajo pseudónimos para ser publicada o tenida en cuenta como compositora, cediendo incluso su nombre a su esposo.
Esa mujer, la mujer empeñada en mover los engranajes de la Historia, es la que comprende que ésta se construye de padres a hijos y de hijos a padres, por encima y al costado de leyes, o fuera de ellas. Ese primor femenino que renuncia, cuando llega a casa, a todos sus títulos y formación o que renuncia directamente a salir de su casa para cuidar de sus progenitores afectos por la enfermedad del siglo XXI, el Alzheimer: bronca broma que prueba con arrebatar la memoria más inmediata hasta arrebatar el autorreconocimiento de la propia identidad, solapado con una progresiva disfunción corporal. Todos sabemos quiénes somos por lo que recordamos y actuamos, según ello, hacia lo que proyectamos. Sin este faro de dos haces de luz todo cerebro cae en la penumbra. Nada más duro que solventar tales carencias por parte de un hijo o hija, cuando el enfermo ni tan siquiera lo reconoce como marca de afecto.
Son ellas, las mujeres, sin el bastón de Moisés ni los Jinetes del Apocalipsis, las que cuidan de sus ancestros hasta el día de los días del Juicio Final, olvidadas de toda gestión estatal o autonómica, y aparcando su mochila de la manera más desinteresada. Son la flor en el vaso del enfermo, la mano que acaricia su frente y que mece su memoria remota, la de la cuna.
Creo firmemente en la institución del matrimonio, creo firmemente en la libertad de elección del cónyuge , El hombre y la mujer crean una sola unidad, no son dos partes independientes son una sola parte formada por dos elementos complementarios, como el Yin y el Yang. Ambos dentro del objetivo comun, en el amor que se profesan y en la responsabilidad que contraen de cuidar la institución y a la familia. Eligen libremente la labor que ven a realizar cada uno de ellos, Procurar los ingresos que necesiten para llevar una vida digna y la educación de sus hijos, Cuidar… Leer más »
Muy de acuerdo en que el papel de la mujer indoeuropea ha sido primordial para construir la civilización más avanzada de la Tierra. Y no ha sido, hasta hace poco, reconocida, comprendida y promocionada convenientemente. Es algo que me indigna profundamente. Muchas mujeres con talentos sobrenaturales han sido sepultadas en vida. Aunque el machismo fue una herramienta evolutiva más, obviamente llevó demasiados siglos obsoleta y caduca. Pero las mujeres occidentales ya no tenéis que preocuparos por los hombres Blancos pues la gran mayoría hemos evolucionado. El auténtico peligro para vosotras es la islamización de Europa y América y la invasión… Leer más »
ese peligro es para todos. Fuera aparte de ello, creo e insisto en que, en casos familiares de enfermedad, es la mujer, con trabajo fuera de casa o no, la que acaba ocupándose del enfermo. Y no lo digo como queja, sino con orgullo.
Una cosa es la igualdad de oportunidades sociales, y otra muy distinta es la igualdad biológica. Las mujeres tenéis más cantidad de Materia Blanca en el cerebro que os hacen más sociables, más sensibles, mayor facilidad para aprender idiomas y el idioma de los bebés y los niños. Sois muy buenas en psicología, comunicaciones, secretariado, las letras y humanidades. Es normal que sintáis mucha empatía por vuestros familiares y siempre os adelantéis a cuidarlos y entenderlos. En la otra mano tenemos a los hombres, los cuales hemos desarrollado más materia Gris en el cerebro que las mujeres lo que nos… Leer más »
EL FEMIMARXISMO está haciendo mucho, mucho daño a la mujer y por extensión a toda la sociedad. Creo que nunca la mujer española ha sido tan explotada, rentabilizada y manipulada por estas mafias que actúan bajo organismos internacionales. Todo se ha programado para destruir la familia y sus ciudadanos pasar a propiedad del Estado. Esto me duele porque viví una etapa de cohesión social, hoy, dinamitada.
Creo que, en el sentido del apego a los mayores, la mujer, quizás por instinto y por encima y de lado de toda corriente, sigue teniendo un papel crucial. Además, personalmente, creo que el respeto a los mayores, cofre de sabiduría y vidas que se dieron por nosotros, es crucial para que la Humanidad siga adelante. Creo que ni femimarxismo ni nada pueda con ello.
En Alzheimer hay que hacerse está pregunta:
Quien cuida al cuidador?.
Efectivamente. Y muchas veces a la cuidadora
Cuando escribo cuidador incluyo ambos sexos.
Ya lo sé, yo no sufro de esa manía progre de decir “miembros y miembras”. Sólo que , al escribirlo, me inspiré en el caso de varias cuidadoras, no todas de víctimas del alzheimer, pero sí una de ellas. El artículo va para mi amiga Kelly, y para todos los demás.