El Narciso de la política… ¿española?
Parece que, últimamente, el señor Puig de Mont ha pasado del narcisismo (postura psicológica de autoadmiración), a la del onanismo o autocomplacencia, amparado en la justicia descafeinada de una Bélgica europea en nombre de todos que no se compromete a, ni tan si quiera, reafirmar el primer paso del Tratado de Maastritch: no compromiso, no extradición, no culpabilidad, pero tampoco inocencia. Tanto da: libre licencia para traspasar cualquier frontera mundial, salvo la española.
Con lo cual, el señor Puig de Mont (“Agua del Monte”), se sirve de las arcas del Estado para postergar y reírse del castigo de su culpa. Y ello le crece en la autocomplacencia de su propia figura hasta dar un paso más: no teniendo suficiente con ser admirado cual víctima independentista heroica a lo Juana de Arco, impone su persona por encima de la plena voluntad de los independentistas catalanes, que han postergado su papel: es el “sí o sí”, ha de ser investido como el nuevo Presidente resultante de unas nuevas elecciones supuestamente victoriosas. Pero ni menos de un 50 por ciento son la mayoría suficiente para votar la autodeterminación, ni dos partidos con respectivos resultados del 30 por ciento pueden considerarse mayoría más que como suma de una tendencia, pero no para la investidura de su persona, que raya en el ridículo de un nombramiento telemático con ausencia no excepcional, sino permanente, además de en la ilegalidad, pues, en tanto en cuanto sea requerido el buen hombre por la justicia del Estado español y Cataluña siga formando parte del mismo, pretende la presidencia de un delincuente en parte de su propio Estado.
Fallan los planteamientos, fallan las matemáticas, falla la democracia. Se me antoja estar observando al mismo Mussolini mirándose en el espejo, protegido y auspiciado por la cobardía, no ya europea, sino belga.
Pero nos encontramos con el efecto “supernova”: tanta masa de egocentrismo se contrae por su propia gravedad, con dos opciones, el agujero negro reversible o la implosión, ambos pretendidos por el señor “Agua del Monte” el agujero negro a nivel electoral y la implosión a nivel español respectivamente. Pero el ciudadano se ha equivocado si pretende retratar su más que dudosa heroicidad en paralelo con la II República, pues, si Negrín defendía, en plena Guerra Civil, la legitimidad republicana de una España entera anterior al propio conflicto frente al inminente totalitarismo, Mont, en pleno Estado de derecho (aun con el Artículo 155 vigente), tan sólo alza el republicanismo secesionista de Cataluña, fruto del capricho de una parte de las partes catalanas y, en cualquier caso, nunca mayoritaria, aunque sí ruidosa.
La Ley, por condición y definición, como las instituciones, es retardataria y conservadora, pues se elabora como abstracción canalizadora de los futuros hechos en base a una reflexión de los ya acaecidos. Tal vez la Derecha peque de inmovilismo en este sentido y, si un Estado es como un cuerpo, cualquier organismo que no se mueve es un cuerpo enfermo; sin embargo, si el secreto del éxito del cuerpo humano para su motricidad es la abundancia y especialización de sus articulaciones, proclamar la República de Cataluña es amputar un miembro del cuerpo español, lo que condena a la minusvalía al propio cuerpo y a la muerte al miembro amputado, Cataluña. El Estado es como la lengua: rica, variable, sistémica, acumulativa y versátil. Los políticos han de engrasar, como servidores del pueblo, cada una de las articulaciones, pero para su movilidad, no para su rotura.
Y, en fin, seria advertencia: la avaricia rompe el saco, y la codicia es saco sin fondo. La política, señor imputado. Y al brazo amputado, a este paso, lo van a legitimar internacionalmente Corea del Norte, Venezuela y quizás un vórtice perdido de las Islas Bermudas.
Como no va estar amparado con los millones que soltó a esos sobornosos Jueces, Fiscales y toda la mandanga corrupta y antiespañola.
PUCHI es un hijo del R78, su Constitución, la ley electoral, las transferencias…Sacralizamos una Constitución que nos ha levado a la ruina, en todos los órdenes. Lo peor es que no hay vuelta atrás. Franco fue un visionario: “Alteza: “Lo único que le pido es que preserve la unidad de España”…y la clase media…
Put demón (puto demonio) solo hace lo que se le deja hacer. España es como una familia grande, la autoridad paterna (el Estado) debe asegurarse la buena marcha de la familia, y si algún hijo se pasa de la raya, ha de reconducirlo. La autoridad paterna (el Estado) ha de ser flexible, pero nunca permitir que un hijo quiebre la convivencia familiar, quebrante la autoridad del padre, y menos aún que robe parte del patrimonio familiar. Si permitiera tales acciones, estaría permitiendo la destrucción familiar. En los casos más graves (como el que vivimos), el hijo malvado, ladrón y desleal,… Leer más »
Carlos es un resultado de la ley D’HONDT, por no aplicar la proporcionalidad directa y la circunscripción única.