El agua es la vida. Magnitudes, proporciones y progresiones (y IV)
Pelayo del Riego.- Como hemos visto ut supra, cada año, vierten sobre la superficie terrestre del planeta 98.700 km3, o sea 0,66 km3 por km2 -660.000.000 m3 por km2- lo que equivale a 660 litros por m2. En el territorio español, que ocupa el 0,34% de la superficie terrestre del planeta, con 505.000 km2 ó 50.500.000 Ha. -y alberga al 0,67% de la población del planeta- la realidad climatológica, hace que la cantidad anual media equivalga a 610 litros por m2 (0,61 m3 por m2), lo que representa un 92% de esa media universal. Esto equivale a un total de 308.050.000.000.000 litros (308.050.000.000 m3, 308.050 hm3, o 308,0 km3), que vierten sobre la superficie de España, y repartidos de forma muy desigual en su territorio, ya que la España seca, solo recibe una media de 400 litros m2/año, y la España húmeda supera los 2.000 litros m2/año. España es la nación europea, con menos cantidad de agua per cápita. Es preciso un plan hídrico serio –no político, oportunista, e insolidario- y de Estado, para un futuro seguro.
El 60% de las precipitaciones, se evapora (184,8 km3 regresan a la atmósfera), y la escorrentía es de 0,24 m3 por m2, o sea 240 litros por m2, o lo que es lo mismo, un total para todo el territorio español de 121.200.000.000.000 litros, 121.200.000.000 m3, 121.200 hm, ó 121,2 km3. Toda este agua disponible anual, de escorrentía, en España, cabría en un cubo, de aproximadamente 5 km de lado. La disponibilidad media para nuestro país, a partir de esta escorrentía de unos 121,2 km3/año representa para 47.000.000 de habitantes, 2.578 m3 habitante/año, ó 7.063 litros/habitante/día. Sin embargo, no está bien repartida ni en el espacio ni en el tiempo. Según Antonio Lamela -que no es partidario de transvases- el 63 % de nuestro territorio, se encuentra amenazado de desertización.
Mientras la cuenca del Segura, dispone de 870 m3 habitante/año y Canarias 695m3 habitante/año, la cuenca del Duero, dispone de 6.625 m3 habitante/año. Se impone una redistribución inteligente, mediante ineludibles transvases, que respetando rigurosamente los caudales ecológicos, sea previsora y sistemática. Sólo la lucha contra la desertización, es razón suficiente para esa redistribución del recurso agua. Hay que reseñar las enormes e imperdonables pérdidas en la conducción, y distribución, que llegan a calcularse entre el 50% y el 80%. Solucionar este despilfarro, se antepone a cualquier otra consideración. No se pueden dar cifras exactas, ni controlar nada, en estas condiciones. Según Antonio Lamela, en 2012 la demanda en España, es del 10% para los hogares, 3% servicios, 7% industria, y 80% agricultura, y ganadería,
España, tiene una capacidad de embalse de agua de 53.252 hm3 (53,2 km3, que contrastan, recordemos, con los 23.000 km3 del lago Baikal, que representan, nada menos, que 434 veces más), lo que equivale al 44% del agua de escorrentía media que recibe. Esta capacidad, equivale a un cubo de 3,76 km de lado. España es el cuarto país del mundo en número de grandes presas (1.200), y apenas quedan ríos por regular. La media de agua embalsada de los últimos 7 años, es de 27.540 hm3 (51,72%), y la embalsada a final del 2006, es de 26.641 hm3.
España, por sus características climatológicas, y agrícolas, consume anualmente 30.400 hm3 (30,4 km3) aproximadamente, que representa el 25% de la escorrentía. Su consumo per cápita, duplica la media mundial. A grosso modo, el regadío en España, pese a lo que se decía arriba sobre Europa y USA, utiliza el 80% del agua consumida: 24.200 hm3/año para 3.700.000 ha -equivalente a 6.540 m3 ha/año, ó 654 litros m2/año, ó 1,8 litros m2/día-; el abastecimiento de núcleos urbanos, utiliza el 14%: 4.300 hm3/año, equivalente a 4.300.000.000 m3/año, que para 47.000.000 de habitantes resultan 91,4 m3/habitante/año, ó 91.400 litros habitante/año, ó 250 litros habitante/día (el INE indica una media de 160 litros habitante/día para 2006), y la industria, utiliza el 6% (1.900 hm3/año ó 1.900.000.000 m3/año).
Para exponer la situación de la calidad del agua en España, nos hacemos eco muy sintéticamente, del informe de Greenpeace de 2005, debido a Julio Barea, que acusa la situación por regiones y autonomías, de una forma muy clara y comprensible. Canarias es pionera en desalación de agua marina; la explotación de aguas subterráneas, acarrea problemas de sobreexplotación. En Baleares, la presión urbanística y el origen de las aguas de los acuíferos, contaminados por la agricultura, están en sobreexplotación. En Galicia solo el 22% del agua superficial cumple los objetivos de la Directiva Marco de la UE. En la cuenca Norte, están generalizados los vertidos residuales. El 40% del agua embalsada de esta cuenca Norte, tiene problemas de eutrofización.
En Vascongadas, hay elevadas tasas de contaminación por metales pesados, y otros compuestos tóxicos. El Ebro, y su cuenca, tienen un agua muy deficiente por vertidos industriales; v.g. 300.000 toneladas de residuos peligrosos de Ercros S.A., y aguas urbanas no depuradas. La cuenca del Duero, cuenta con vertidos industriales, y es deficiente o nulo el grado de depuración de aguas residuales urbanas. Los mayores problemas, vienen de las explotaciones porcinas y sus purines. En Cataluña, las cuencas del Foix, Morgent, Llobregat y Besós, padecen vertidos industriales, e insuficiencia de depuración urbana. A esto hay que añadir malas prácticas agrícolas y ganaderas. La cuenca del Tajo, adolece de falta de agua circulante por los ríos, en perjuicio de la flora y la fauna. En la comunidad de Madrid, hay 18.600 pozos ilegales, de los que se extraen 70 hectómetros anuales, sin autorización.
La cuenca del Guadiana, sufre vertidos de amonio, fosfatos, y microorganismos procedentes de vertidos industriales, y agricultura. Río Tinto acumula 120 millones de toneladas de residuos tóxicos, y radiactivos, que hacen de Huelva la zona de España, con mayor tasa de morbilidad por cáncer. La situación de las Tablas de Daimiel, por la extracción ilegal, de agua de pozos piratas –hay más de 60.000 en los acuíferos 23 y 24- es preocupante, ya que han pasado de 20 kilómetros cuadrados, a 1 kilómetro cuadrado. La cuenca del Júcar, hace, con los regadíos de Albacete, los campos de golf, sequía y desertización, que su cauce permanezca totalmente seco en 40 kilómetros. La cuenca del Segura, padece una situación muy grave por su explotación agrícola, contaminación química, modelo energético, turismo, campos de golf, y la sequía. Falta de control, y mal gestionada, es la cuenca con menos aportaciones de todo el Estado. Solo en la provincia de Albacete, el 50% de sus municipios, no trata las aguas. La cuenca del Guadalquivir presenta afecciones extremas, por falta de depuración, contaminación química, y excesivos campos de golf.
La desalación en España, produce un total de 220 hm3 anuales en 700 plantas, equivalentes a 12,8 litros/habitante/día, y abastece a casi 2,5 millones de personas. Las más capaces producen 60.000 m3 diarios ó 22 hm3 año. El coste de desalación del m3 de agua marina ronda los 0,80 €, y de la salobre la mitad. Consideramos que es una inversión estratégica, estrechamente vinculada al coste de la energía, y al uso productivo al que se aplique. Sí apuntaremos, que cada año se generan en torno a 7.700.000 tm. de sales (154.000 camiones de 50 tm). ¿Quién y cómo gestiona tal cantidad de salmuera sin afectar gravemente a la biodiversidad marina?. La capacidad mundial de desalación de agua en 1996, era de 6,5 kilómetros cúbicos anuales, aproximadamente el 0,1% del consumo humano global de agua dulce.
Los acuíferos en España, que suman cerca de 400, suponen aproximadamente el 25% de las reservas, y contribuyen a equilibrar el déficit hídrico, aforado en 3.000 hm3/año. El 50% de su aprovechamiento, se hace en régimen de expolio pirata, y se calculan en más de 500.000, los pozos ilegales.
Actualmente, esta energía hidráulica, renovable y limpia, en España, contribuye a abastecer la demanda interna, en un 9,8% (30-31.000 millones de kw/h en centrales convencionales y 4.000 millones kw/h. en minicentrales) en un año de hidraulicidad media. En 1940 era el 92%, y en 1960 contribuía en un 85%. En 1940 la potencia instalada era de 1.350 MW, y en 2005 de 18.400 MW. Una ventaja sobre otras renovables, es que el caudal del agua puede ser controlado.
En un año de producción hidroeléctrica, España se ahorra unos 7.000.000 de toneladas métricas, equivalentes de petróleo (toe ó tep). Una tonelada métrica equivalente de petróleo, es igual a 41.868 Gigajulios (41.868.000.000 julios), ó a 11.622 kilovatios hora. Un julio –que equivale a 0,24 calorias- es la cantidad de energía necesaria para levantar un kilogramo, a una altura de 10 centímetros de la superficie de la tierra. Cada kw/h. producido en una central hidroeléctrica, evita la importación de 220 gr. de petróleo, o equivalente energético, si se trata de otro combustible fósil. Hay 21 centrales de más de 200 MW, que representan el 50% de la potencia. El 32% de los 1.200 embalses, que tienen una capacidad total de 52.252 hm3, corresponden a embalses construidos por empresas eléctricas.
*Miembro del Capítulo Español del Club de Roma
Muy interesantes. El agua, junto con la atmósfera, serán los condicionantes mundiales que obligarán a un control poblacional. Con la Naturaleza hemos topado. En este sentido los “artificios” humanos no son una solución sostenible, como las desaladoras. Todo pasará por un respeto al medio ambiente que hoy desconocemos.