El deporte en 2015: Pau Gasol, el orgullo de España
España llegó a Francia con algún complejo a cuestas. El traspié del último Mundial y las ausencias de Marc Gasol, Ibaka, Ricky o Calderón dejaron al equipo con muchas dudas para un Eurobasket que, encima, no empezó bien. Cuando la noche se cierra siempre hace falta un faro, una guía para el grupo. Y ahí estuvo, erguido, brillante, Pau Gasol, el mejor deportista español de todos los tiempos junto a su amigo Rafa Nadal.
El pívot de Sant Boi, un referente ya del baloncesto universal, tiró por debajo del banquillo el DNI que anuncia sus 35 años y arrastró a la selección en la reconquista de la supremacía continental. Gasol acabó el torneo premiado en oro, entronizado como el mejor jugador, con más de 25 puntos por partido y una exhibición ante Francia tan descomunal que concluyó con los vecinos puestos en pie aplaudiendo.
Menos bizarra, pero más icónica, fue la primera foto del All-Star de la NBA con el salto inicial entre dos hermanos españoles, Pau y Marc Gasol. Lo nunca visto. España tiene el privilegio de contar con una baraja repleta de reyes, reinas y comodines. Como Garbiñe Muguruza, dando raquetazos sobre la mítica hierba de Wimbledon en la final. Como Jorge Lorenzo, ya tricampeón de MotoGP después de un final de Mundial donde volaron los cuchillos por la riña entre Rossi y Márquez, destronado por su compatriota.
Hubo más. Mucho más. Como Javi Gómez Noya, campeón del mundo de triatlón a un año de los Juegos. O Carolina Marín, la intrusa del bádminton que volvió a birlarle la corona a las asiáticas en su reino. Una gesta mayúscula. O la atleta Ruth Beitia, que dio a España su primera Diamond League con 36 años, uno más que Pau.
El Barcelona volvió a deslumbrar. Luis Enrique supo exprimir un equipo con tres puntas de diamante –Messi, Neymar y Luis Suárez– para llevarse cuatro títulos: Liga, Copa del Rey, Champions y Mundial de Clubes. El fútbol descubrió que sus dos grandes gestores, Blatter y Platini, tenían las manos manchadas por la corrupción. Floyd Mayweather, el hombre enamorado del dólar, derrotó en una pelea insulsa y multimillonaria a Manny Pacquiao. Y Andy Murray, la reencarnación de Fred Perry, conquistó la primera Copa Davis para los británicos desde 1936.