“Escrito para la Historia”: El escándalo del señor Presidente (Capítulo 19)
Por Blas Piñar López /(Del libro “Escrito para la Historia”).- En el capítulo anterior he mencionado, y trascrito, en parte, el editorial publicado en el número 403 de nuestra revista, Fuerza Nueva, de 28 de septiembre de 1974. Yo fui su autor, y así lo hice saber para que recayera sobre mí toda la responsabilidad que de ello pudiera seguirse. El editorial, como hemos dicho, se titulaba: Señor Presidente.
La reacción de la prensa contra mí fue inmediata. Los medios de comunicación, que de forma expresa o velada combatían al Régimen del 18 de Julio o se habían embarcado en la tarea reformista, coincidieron en el contraataque y en el apoyo decidido al Jefe de Gobierno, Carlos Arias Navarro, y a su programa del 12 de febrero.
Para que el lector tenga noticia de lo que era la “dictadura” y del comportamiento de diarios y revistas, traigo a colación -sin carácter exhaustivo- los textos, que reproduzco seguidamente:
Ya, diario democristiano, en editorial de 28 de septiembre de 1974, se manifestaba así: “Con estas dos palabras (Señor Presidente), generosamente prodigadas a lo largo de tres columnas, una publicación tan representativa como Fuerza Nueva, de la que -haciéndole demasiado favor- podríamos llamar pensamiento ‘ultra’, se dirige al señor presidente del Gobierno, para decirle ‘nos excluimos de su política, no colaboramos con usted ni siquiera en la oposición, no queremos obedecerle ni acompañarle…’.
El presidente del Gobierno puede estar tranquilo. En su doble empeño le acompaña la inmensa mayoría de nuestro pueblo, que desea asegurar la paz futura; tanto en el programa para adaptar el régimen a las exigencias políticas del momento, como en enfrentarse a los que (sin que pretendamos equiparaciones injustas) tratan de detener esa evolución, ya sea criminalmente, ya sea, como en este caso, con el arma de la pluma, no por incruenta menos dañina”.
Ya, ratificando su postura, el 6 de octubre, acogió un trabajo de Luis Apostúa, en el que luego de referirse al “furioso ataque al presidente del Gobierno en el semanario portavoz del grupo ‘ultra’, llamado por curiosa paradoja Fuerza Nueva”, dice: Mi opinión personal es que dentro del Sistema, y aún en zonas extramuros, el apoyo a la política del presidente Arias Navarro, es muy superior a la oposición, por vociferante que ésta sea”.
Antes, el mismo diario, de 4 de octubre, daba a conocer el punto de vista del grupo democristiano Tácito: “frente a una situación que no le gusta, Fuerza Nueva nos propone la violencia, la intolerancia y el dogmatismo de sus propias convicciones, sean éstas o no -ello es irrelevante para Fuerza Nueva – las que defiende un sector considerable del pueblo, y el propio Gobierno del país… Todo extremismo le parece razonable si favorece sus creencias , este es, sin duda, el mecanismo mental que termina por auto justificar toda voluntad terrorista cuando está al servicio de una causa justa”.
ABC, diario monárquico, en su editorial de 28 de septiembre, se pronunciaba así: “pretender la defensa de las lealtades históricas a costa de mantener la historia inmóvil y cerrada al derecho innegable de las generaciones nuevas; condenar los naturales pluralismos… cerca está de ser un virtuosista ejercicio en público de muy varias hipocresías”.
Informaciones, del día 27 de septiembre, decía en su editorial: “el programa Arias representa el intento más sincero y leal de encontrar una salida ordenada y pacífica, unas reglas de convivencia que permitan superar sin traumas la difícil coyuntura del país… el país necesita los cauces de participación democrática que las minorías ‘en pie de guerra’ condenan, porque temen quedar ante la evidencia”.
Informaciones, de 8 de octubre de 1974, publicó una carta, del director de nuestra revista, Manuel Ballesteros Barahona, carta réplica al editorial del mencionado diario y, en el que se aseguraba “que existen otros enemigos del programa presidencial distintos de Fuerza Nueva” y se nos colocaba entre la “ultraderechísima”. Señalaba Ballesteros que esos otros enemigos sólo podrán estar en la izquierda. Ahora bien, “la izquierda, según declaraciones públicas de uno de sus más conspicuos representantes, el señor Solé Barberá, presidente del Partido Socialista Unificado de Cataluña y ex condenado a muerte por un Tribunal militar por su actuación en zona roja, estima ‘aceptable’ tal programa. ¿Puede haber, según esto, otros enemigos del programa Arias?”.
La Vanguardia, de Barcelona, en su editorial del día 28, decía: “Desde el 12 de febrero, el Gobierno está empeñado en un esperanzador proceso de democratización y el discurso pronunciado por su presidente en Barcelona y las declaraciones recientísimas a la agencia Cifra, no han hecho más que confirmar la autenticidad del proyecto anunciado… Ahora Fuerza Nueva se autoexcluye explícitamente… y (nosotros) queremos lo que quiere el presidente Arias y lo que quieren casi todos los españoles y por eso apoyamos al Gobierno en su propósito de darnos a todos la parte que nos toca en el quehacer común Esa parte que, sea del signo que sea, algunos se niegan ahora de antemano a aceptar”.
La Vanguardia, del 15 de octubre, daba a conocer un artículo de Manuel Pombo Angulo, en el que, sin titubear, proclamaba: “don Blas Piñar, para bien o para mal, se ha hecho popular al hablar claro. Hoy se planta y se declara autor del célebre artículo Señor Presidente.
El Correo Catalán, del día 29, hacía público un artículo de Lorenzo Contreras. En su opinión: “el señor Piñar, en cuanto hombre representativo de Fuerza Nueva ha jugado su carta con cierta vocación de ‘kamikaze’ y ha empezado a recibir el más endiablado fuego de la artillería dialéctica”.
El Norte de Castilla, en su editorial del 29 de septiembre, se expresaba así: “Nada más que simpatía y apoyo debe esperar el presidente del Gobierno, don Carlos Arias Navarro, ante el descarado e insensato ataque de que ha sido objeto el pasado viernes, por parte de una revista que viene queriendo ganarse el título y la fama de órgano de la ortodoxia y el integrismo, seguramente sin conseguir ni el uno ni la otra… Es de suponer que, en su día, un juez decida sobre el contenido del artículo y que tome la medida que el Gobierno no ha querido, estando en su derecho, tomar”.
La Voz de Asturias, del día 29, con la firma de Juan Infante, decía: “Fuerza Nueva se desgarra sus vestiduras y predica la auto-exclusión de su grupo en la política del Gobierno… Algún día tenía que suceder. La oratoria inflamable del ‘piñarismo’ acabaría por prenderle fuego al enfrentamiento con el talante liberal del pensamiento de Arias Navarro”.
La Voz de Asturias, en su editorial de la misma fecha, titulado Las trompetas de Jericó, se manifestaba así: “Fuerza Nueva se ha saltado a la torera no solo el respeto debido a la persona del presidente del Gobierno, sino que aprovechando la ocasión del ataque ha demostrado que su ideología es incompatible con la solidaridad nacional. El ideario de quienes se agrupan tras ese editorial desmelenado es propio de la violencia, que empieza siempre haciendo uso de la palabra para acabar utilizando las flechas”.
La Voz de Asturias, del 5 de octubre de 1974, decía, firmado por Ulises: “los españoles lo que quieren es una democracia constitucional y parlamentaria… La violenta reacción contra la política de Arias Navarro no es más que la lógica respuesta de un grupo neofascista o neonazi. La democratización del país es, para este grupo extremista, un ataque a la unidad nacional… los nuevos fascistas denuncian la presencia de un enemigo interior capaz de entregar el país a los enemigos del exterior. El grupo de Fuerza Nueva tiene muchas coincidencias con esas ligas organizadas como defensivos depurativos étnicos”.
El Correo de Andalucía, publicó un artículo de Manuel Muela, que reprodujo La Vanguardia, de Barcelona, junto al editorial antes mencionado, en el que se lee: “La hora de las palabras y los eufemismos ha pasado. Es momento ya de plantear sin ambages la necesidad del cambio político que el país demanda para que los españoles, utilizando la acertada expresión de un ilustre profesor, pasemos de ser súbditos a convertirnos en ciudadanos. Aquello que no conduzca a esta meta está condenado al fracaso. El tiempo lo dirá”.
Mundo Diario, de 28 de septiembre, ofrecía a sus lectores un trabajo de Eduardo Alvarez Puga, en el que el autor se pronunciaba así: “Su singular discrepancia (la de Blas Piñar) quedará ahogada por los deseos mayoritarios de un pueblo que ha comenzado a caminar con paso firme hacia la civilización de la democracia. La bomba de Blas Piñar es más una traca de feria que un arma mortífera “.
Tele-expres, también de 28 de septiembre, incluía un editorial, del que entresaco lo siguiente: “Blas Piñar y la minoría extremista que este señor representa ha dicho al presidente que no cuente con ellos… a lo largo de los páginas de su órgano Fuerza Nueva, gastando con ello un papel que habría logrado mayor dignidad si se hubiera usado para la fabricación de ‘Kleenex’. El Presidente ha destacado como un gobernante eficaz, sereno y merecedor del más sincero apoyo… Y estamos con la política de Arias Navarro”.
Diario de Mallorca, en editorial de 29 de septiembre, publicaba lo que sigue: “Nada de positivo hay en el editorial de Fuerza Nueva, que al negar el pan y la sal a un Gobierno legalmente constituido y nombrado por el Jefe del Estado, se autositúa a la misma altura de las fuerzas subversivas que, desde el otro extremo, tampoco quieren ni colaborar ni obedecer al Gobierno del país…. Un político, Carlos Arias, ayudado y secundado por su Gobierno, se está mostrando como auténtico hombre de Estado, al proponerse abordar los difíciles problemas políticos de la nación con realismo, sentido del futuro y profundo patriotismo”.
En el mismo periódico Pedro Calvo Hernando escribía el 5 de octubre: “El ataque de Fuerza Nueva, al programa de Gobierno de Arias Navarro – si dejamos a un lado ahora la merecida calificación de intolerable.. y la polvareda levantada- ha puesto de manifiesto que la línea de Arias Navarro es la única razonable para el país en estos momentos”.
Última Hora, diario mallorquín, en su número del 4 de octubre, daba a conocer un artículo de Manuel Picó, con este dictamen: “Arias Navarro, al verse acusado de una política blanda, abierta y propicia al terrorismo… al verse acusado de no ser continuador del espíritu del Movimiento, se crece en sí mismo, se hace popular en España y gana la batalla al inefable Blas Piñar … Esta bomba denunciadora de Fuerza Nueva ha conseguido que muchas personas de izquierda vean con buenos ojos a Arias Navarro”.
Diario de Barcelona, del 6 de octubre, daba a conocer la opinión de Jordi Negre: “Lo más probable es que una vez sosegados los chicos de Fuerza Nueva, se avengan a seguir ejerciendo la función de celosos pretorianos de un pasado imperial. A las sociedades más evolucionadas les conviene guardar el debido respeto a los ejemplares de las culturas prehistóricas. Por eso se han inventado los museos. La reacción ‘ultra’ ha fortalecido el espíritu de apertura, recientemente remozado. Pero está llegando el momento de la verdad, y habrá que ver que tal va el parto. Porque no se vive de palabras, sino de hechos”.
El propio Diario de Barcelona publicó en portada un editorial, el 28 de septiembre, reproducido por La Voz de Avilés, del 4 de octubre, en el que, también con el título de Señor Presidente, y dirigiéndose al mismo, entre otras cosas, decía: “Hay que agradecerle al integrismo militante la declaración clara y formal de su rebeldía. Su Gobierno contaba con el apoyo, en su obra liberalizadora, de las capas más numerosas y dinámicas del país, (y como usted dijo en Barcelona, en el mes de junio), ‘el Gobierno del Reino no tiene otro interlocutor válido que el pueblo español y en manera alguna las minorías estridentes que pretenden hablar en su nombre’… observe las cifras de difusión de los medios de comunicación social que están dispuestos a acompañarle en su obra de apertura; la de los que han quedado anulados en la nostalgia; las de los que se quedan a mitad del camino. El suyo es un crédito personal que la opinión pública le concede por la seguridad y firmeza demostradas en la línea de apertura”.
La Tarde, de Tenerife, de 14 de octubre, ofrecía a sus lectores, con la firma de Eduardo García Ramos, este juicio increíble: “artículos como el publicado en la revista fundada por el notario Piñar, me producen risa, tristeza, miedo y ganas de blasfemar con mayúsculas”.
El ideal Gallego, en su editorial del 20 de octubre, se pronunciaba de este modo: “don Blas Piñar… inspirador de la revista Fuerza Nueva, se ha destapado… para dar un paso al frente y situarse al margen de los enanos infiltrados que nos llevan al infierno demoliberal-marxista-homosexual… don Blas se niega a enterrar el hacha de guerra y a fumar la pipa de la paz”.
Soria, del 9 de octubre, daba cuenta de una sesión del Ayuntamiento de la capital de la Provincia, en la que uno de los concejales, don Fidel Carazo, manifestó que para él era tan acto criminal el atentado de la calle del Correo como el artículo de Fuerza Nueva. Lo de Fuerza Nueva, aseguró, equivale a poner una bomba al presidente del Gobierno”.
Sol de España, (Málaga), del día 29,publicaba un artículo de Ramón Pi, en el que este periodista calificaba mi artículo Señor Presidente, de “violento, agresivo, e intolerante en niveles muy elevados”, añadiendo que,”a diferencia de los alegatos de la izquierda, el de Fuerza Nueva, se hace desde el régimen, desde el franquismo. Si se quiere, es un régimen y un franquismo paleolíticos, anacrónicos, incluso para las mentes más ortodoxas, siempre que no estuvieran vacunadas contra la evidencia del paso del tiempo”.
El Faro de Vigo se manifestaba así, el 1 de octubre: “ más que don Blas Piñar y su increíble desafío a la apertura preconizada por el presidente Arias Navarro… debería preocuparnos quiénes puede haber detrás del famoso notario. Si la trinchera que ese hombre se complace en abrir no la ocupan más que él y sus muchachos, ¿para qué preocuparse del exabrupto? La apertura será un hecho y España vivirá políticamente mejor y más segura. Que así sea, que todos lo veamos y que don Blas Piñar pueda dar fe de un suceso tan grato”.
El Diario Palentino, de 1 de octubre, publicó un artículo firmado por José Luis Almodóvar, en el que luego de calificar mi postura política “de intransigencia, de intolerancia y de irresponsabilidad”, dice: “Su cerril acometida contra el programa de democratización del país… deja al descubierto de modo definitivo la imposibilidad de diálogo y de controversia con una facción ‘integrista’ que se niega a admitir la realidad de los hechos y a cooperar lealmente en la tarea de construir el futuro… El ataque que dirige al presidente del Gobierno y a la política de apertura y convivencia, que toda la nación sigue con esperanza, fortalece el programa del doce de febrero” .
El Día, de Santa Cruz de Tenerife, del día 29 de septiembre, firmado por E.S., decía: “En toda la historia del Régimen no he visto jamás, ni siquiera en ciertos folletos que andan en la clandestinidad , un escrito que más directamente ataque a la esencia misma de lo que es la línea de actuación del Gobierno. El artículo dirige todas sus flechas contra la intención de aperturismo del Gabinete que preside Arias Navarro”.
El Día, del día 3 de octubre, en un editorial, se manifestaba así: “Por muchas razones, la Prensa española, sigue haciéndose eco del tremendo y arriesgado desplante de Fuerza Nueva. Los periodistas españoles, sin excepción, nos hemos quedado atónitos ante la lectura de las perdigonadas que la ya famosa publicación ha disparado, sin piedad, contra la figura del presidente del Gobierno.. Es cierto, como recuerda Fuerza Nueva, que España ha sido declarada, en las Leyes Fundamentales, como una democracia orgánica.
Pero, no nos vamos a engañar a la altura de este tiempo que vivimos. Dentro de esta democracia no han cabido, hasta la hora presente, los fundamentos esenciales que nos permitan entrar en Europa ni por la puerta grande ni por la puerta chica”.
El Día, volviendo a ocuparse del tema, el 15 de octubre, aseguraba a través de su director Ernesto Salcedo: “Ya ven ustedes cómo ha respirado casi toda la Prensa nacional contra el ‘piñarazo’. Sin embargo, don Blas no está solo. Hay como una piña en su entorno. Pensar lo contrario es pura equivocación. Es más: ahora hay más piñares que antes. Ahí está el peligro”.
La Provincia, de Las Palmas de Gran Canaria, de 4 de octubre, nos daba a conocer la opinión de Alfonso O’Shanagan, en el que manifiesta estar “convencido que (el presidente)busca, de entre los caminos posibles, una ‘vía’ española a la democracia… (y esto) lo comprende tan fácilmente el español medio -ese hombre de la calle al que le gustaría ir de cuando en cuando a las urnas- no pueden verlo aquellos como los que desde Fuerza Nueva siguen mirando al mundo con las gafas de ambarina”, añadiendo en una postdata: “Ahora se nos dice desde Pueblo, que este apoyo (que le brindamos) parece obedecer a una orquestación…Para eso estamos aquí con nuestro simple sentido común”.
La Provincia, también ofreció a sus lectores un artículo de Ramón José Olarte Cullen, hermano del presidente del Cabildo insular, en el que llamaba al editorial del Fuerza Nueva, “la última bomba lanzada por la revista”, pero “bomba que explotó mal y además en las propias manos de los que la han lanzado”.
Pueblo, tomó cartas en el asunto, y el 28 de diciembre, apaciguada la agresividad mediática, por el transcurso del tiempo y el acontecer diario, que avalaba nuestra postura, nos dedicó y me dedicó estas frases escritas: “Blas Piñar es un hombre vehemente y defiende sus ideas. Pero ideas, a la postre, con las que el consejero nacional es perfectamente consecuente. Orador apasionado, escritor que vive la política por un viejo proceso de ósmosis, utiliza su tribuna periodística -Fuerza Nueva- para luchar, replicar y denunciar. Principalmente ha quedado para la historia del año -historia que quizá se lleve el viento- el artículo Señor Presidente, publicado en Fuerza Nueva el pasado 28 de septiembre. Blas Piñar reconoció a los pocos días ser el autor del referido artículo, que levantó un amplio eco en la Prensa nacional. Era un ejemplo más, revelador de la polémica que siempre ejerce a su alrededor este hombre apasionado, dialéctico y valioso”.
Sábado Gráfico, el 5 de octubre, publicó dos artículos que se ocupaban del tema. Uno, de José Ramón Alonso, y otro de Lorenzo Contreras. Para el primero, Señor Presidente equivalía a una “terrible declaración de guerra (que) una parte de nuestra ultraderecha ha hecho al gobierno Arias, que trata de orientar el país hacia la moderación y una acción evolutiva desde su declaración programática del pasado 12 de febrero”.
Para Lorenzo Contreras “el presidente cuenta con el apoyo de la Prensa no oficial… Fuerza Nueva, que ha ensalzado la quema de sus naves, autoexcluyéndose con publicidad de la colaboración con Arias… ha rendido al Gobierno un notable servicio, mejorando su imagen por contraste”.
Destino, también del 5 de octubre, acompañando a unas fotos -una del presidente del Gobierno y otra mía-, complementados con estas leyendas: “”Blas Piñar, o la nostalgia” y “Carlos Arias Navarro y la esperanza del futuro”, nos descalificaba (a Fuerza Nueva) y me descalificaba, al considerar mi artículo como un “libelo”: “… son gentes de difícil trato, de ninguna tolerancia y más aptos para el ataque personal que para una positiva colaboración en las horas difíciles que nuestro país atraviesa”.
Actualidad Española, de 10 de octubre, (nº 1188) publicó un artículo de Pedro Calvo Hernando, del que reproduzco estas líneas: “El famoso artículo de Fuerza Nueva titulado Señor Presidente, ha desencadenado una de las polémicas periodísticas más resonantes de los últimos tiempos. El editorial de Fuerza Nueva constituye un ataque frontal a la política programada por el Gobierno de Arias Navarro y entraña también un intento descalificador de la propia figura política del presidente, aparte de las frases o conceptos que más de un observador ha considerado como rozando el exabrupto y la injuria… Yo resumiría así el pensamiento del semanario de Blas Piñar: ‘Estamos en contra de la democratización prometida por Arias Navarro, porque conduce a una democracia inorgánica y liberal y a los partidos políticos. El presidente nos equipara con la ETA y el partido comunista y nos echa en cara ambiciones personales porque no comulgamos con sus ideas”.
Blanco y Negro, de 5 de octubre (nº 3257), con texto de Gabriel Cisneros, se expresaba de este modo: “El presidente Arias… enuncia su programa, se autoemplaza en el tiempo y públicamente formula unos propósitos … los miuras no salen por la izquierda sino por la derecha. Los poseídos por la verdad no se andan nunca con chiquitas…Discrepancia frontal y estridente (que) ha tenido la semana última una manifestación estentórea. A anotar, en el haber de esta posición,su impagable virtud clarificadora. El país ya sabe que Fuerza Nueva no está con Arias. Arias ha debido contraer con Fuerza Nueva una deuda impagable de gratitud”.
Vida Nueva, de 5 de octubre, (nº 950) ofrecía la opinión de F. Javier M. de Munibe: “El duro editorial que publica el último número de la conocida revista integrista Fuerza Nueva creo que bien puede tomarse como una rotunda respuesta de la derecha española, emotiva e inculta, a la calma y serenidad… con que el gabinete Arias Navarro encaró el atentado de la calle del Correo”.
Muchas Gracias, del 9 de octubre, se dirigía al presidente del Gobierno de este modo: “Le rogamos… que en cuanto usted advierta el menor síntoma de que los de Fuerza Nueva están en condiciones de imponer su nueva fuerza, nos avise para que tomemos las medidas oportunas. Tenemos una garrafa de cicuta, concretamente, guardada y bien guardada”.
Europeo, de 18 de octubre, comentaba así mi artículo Señor Presidente: “el señor Piñar no es más que un hombre público que disiente del actual Gobierno desde una posición de ultraderecha y esto, en buena lógica democrática no es grave, ni perjudicial, mientras se mantenga en el plano de la teoría”.
Buno, revista mensual de la emigración, en su número 9, de noviembre de 1974, (Ginebra), publicó un artículo de Antonio Gómez Rivero, en el que bajo la rúbrica: “Otro piñarazo”, se decía: “La última conmoción política es el artículo aparecido en la revista Fuerza Nueva -cuyo máximo ‘dueño’ es Blas Piñar-, bajo el título, a dos planas, de Señor Presidente. Es un ataque frontal y terrible contra la política del Presidente Arias. El país entero se ha conmovido. Ni los más viejos del lugar recordaban nada parecido en todos lo años del Régimen: que un sujeto de ‘derechas’, se meta de forma tan ‘derecha’ con el Presidente de un Gobierno de Franco”.
Cambio 16, de 7 al 13 de octubre (nº 151), llevó a su portada y a todo color, una foto de Carlos Arias y otra mía. El editorial se titulaba La rebelión de los ultras, y en el texto se decía: “Mire usted por donde aquí podemos acabar debiéndole la democracia a don Blas Piñar. En un acto sin precedentes en la historia del Régimen, la revista que inspira el ilustre notario de Madrid ha roto a sablazos las amarras que le unían al Gobierno y parece encaminarse, francamente y la primera, por la senda de la oposición”.
Actualidad económica, de 5 de octubre, al lado de mi fotografía, señala: “La ruptura de Fuerza Nueva… con el Gobierno ha producido, además de una reacción abrumadora a favor de la convivencia civilizada, una especie de efecto de ‘rebote’ en algunas minorías de signo más o menos ‘ultra’”. En el mismo semanario, de idéntica fecha, M.P.R.P. comentaba: “Después de varios años de crítica a los ‘gobiernos débiles’ la revista ultraderechista Fuerza Nueva se ha colocado en una postura de total discrepancia con el programa del actual presidente del Gobierno, señor Arias Navarro… La postura de Fuerza Nueva… ha sido duramente criticada por la mayor parte de la prensa”.
Mundo, de 12 de octubre de 1974: “El desvergonzado editorial de la revista de extrema derecha Fuerza Nueva contra la política aperturista del presidente Arias Navarro ha despertado la indignación mayoritaria y un renovado y encendido apoyo al programa del Gobierno, dando una baza inesperada al presidente Arias para llevar a cabo las prometidas reformas”. Firma Pere Bonnin.
Canigó, de 5 de octubre, formulaba, entre otras, las siguientes conclusiones: “1) La premsa diguem-ne independent s´ha declarat, gairebé per unanimitat, contrària al contingut de l´editorial de Fuerza Nueva, 3) Arias, i de retop el seu govern, ha rebut la simpatía de la premsa independent per la seva actitud”.
J.20. Revista Juvenil. (Ediciones Don Bosco), de noviembre de 1974, publicaba una carta dirigida al presidente Arias Navarro, firmada por varios alumnos, de cuyo texto espigamos estas frases: “… una revista que no hemos visto nunca (Fuerza Nueva, dicen que se llama) se ha metido con usted y sus planes. Los diarios le defienden y Manolo, que es el enterado de 5º de bachiller, dice que Blas Piñar -¿quién es?- y Fuerza Nueva no quieren la apertura y la democracia… Bueno, lo que queremos decirle desde J.20, nuestra revista, es que también estamos a su favor”.
Eduardo Navarro Álvarez, al que ya aludimos en el relato de la transición política, manifestó: “El artículo de Fuerza Nueva fue de un radicalismo estremecedor. Ese no es el camino, por lo menos no es mi camino”.
En términos más moderados, con la tendencia a objetivar los hechos, se expresaron, Pancho, en Sábado Gráfico, del 26 de octubre: “Libertad para todos, incluido don Blas Piñar y sus, para nosotros, legítimas discrepancias, aunque raramente sean compartidas”, y el catedrático de la Facultad de Derecho, Mariano Aguilar Navarro, que en Cuadernos para el Diálogo, de noviembre de 1974 (nº 134), exponía su criterio: “Me resulta difícil considerar a don Blas Piñar y a los suyos como unos auténticos herejes ideológicos. Muchas de las cosas que ahora defienden constituyeron patrimonio común del Sistema”.
Ricardo de la Cierva, en declaraciones que hizo en La Coruña, que recogió la Agencia Logos, y que publicó el Diario de Navarra, el 28 de noviembre de 1974, manifestó con respecto al artículo Señor Presidente: “Me ha parecido inefable en el sentido etimológico de la palabra. Algo indescriptible para ser exactos”.
La Agencia Logos difundió una crónica política, de F.L. de Lagos, en la que luego de denunciar “el inclemente ataque de Fuerza Nueva, sin duda la fuerza mejor organizada de la derecha, y afirmar que `el señor Arias está cumpliendo su palabra de asumir toda la responsabilidad que le concede la ley, en especial para descargar al Jefe del Estado de las responsabilidades de la innovación política… el señor Arias… fácilmente podría haber evitado ese ataque en profundidad de sus adversarios. En cambio ha dado una lección de deportividad política a todos los españoles, dejando que la citada revista se difunda, porque su propio lenguaje, agresivo y excluyente, la descalifica´.
Sólo dos diarios, que yo recuerde, apoyaron mi punto de vista con sensatez. Región, periódico en el que Tomás Montero Entralgo, escribía: “Me ha producido asombro que en nombre de la democracia se metan con don Blas Piñar, porque precisamente una de las características de la tan cacareada democracia es permitir que las gentes digan lo que piensan”. Y con claridad absoluta, sin pelos en la lengua, El Pensamiento Navarro, del 1 de octubre, se pronunciaba así: “Declaramos nuestra solidaridad absoluta con el espíritu que anima esa denuncia de Fuerza Nueva y nuestro homenaje a la entereza y valor moral que representa”.
Confieso que la actitud de El Pensamiento Navarro, fortaleció, en medio de una hostilidad patente, y con todo el aspecto de orquestada, mi moral para seguir un combate en el que iba a decidirse el futuro de España.
En la misma línea de apoyo a mi postura y a la de Fuerza Nueva, se manifestó en Zaragoza, mediante una carta publicada en El Noticiero, del día 3 de octubre, el conocido carlista Roberto G. Bayod Pallarés. También el catedrático de la universidad de Sevilla Francisco Elías de Tejada, en carta del 6 de octubre de 1974 dirá: “Te envío estas líneas de admiración por tu gallardía, y de amistad afectuosa por el gesto insigne de tu memorable (artículo).”
Es curioso, sin embargo, que correspondiendo al día 28 de septiembre el número de la revista Fuerza Nueva, en que se publicó Señor Presidente, no sólo en esa misma fecha, sino en la víspera, aparecieron muchos de los artículos que lo atacaban. Ello, a mi juicio, prueba que no existió talante liberal por parte del presidente del Gobierno, sino que presentados para su censura, y con anterioridad, los ejemplares de nuestra revista, debieron remitirse fotocopias de mi artículo a las agencias, diarios y revistas, para que pudieran publicarse tales artículos de condenación, por una parte, y, por otra, de adhesión entusiasta a la política aperturista y reformista de Arias Navarro.
También es digno de recordar que esta campaña de adhesión entusiasta al presidente del Gobierno cambió cuando el mismo detuvo su actividad reformista. Se volvieron las tornas, y los medios de comunicación que tanto le apoyaban comenzaron a atacarle con la misma o mayor virulencia que a mi me atribuyeron.
El Gobierno envió a la autoridad judicial el artículo Señor Presidente, por entender que convenía investigar si yo había incurrido en algún delito. El Tribunal de Orden Público nº 2 me citó para declarar el 2 de octubre de 1974. Me acompañó mi buen amigo y compañero de profesión, José Antonio García Noblejas, miembro del cuadro directivo de Fuerza Nueva. Dada mi condición de aforado, dicho Tribunal se inhibió a favor del Tribunal Supremo. Solicitado el informe preceptivo del Ministerio Fiscal, se reunieron los magistrados de la Sala II, que es la que se ocupa de los asuntos penales, y decidió no admitir la querella, que a instancias del Gobierno se había presentado contra mí. No hubo, pues, petición de suplicatorio, ni a las Cortes, ni al Consejo Nacional del Movimiento, dándose así por terminada la actuación judicial.
Debió tener en cuenta el Tribunal, que el artículo 26 de la Ley Orgánica del Movimiento y de su Consejo Nacional rezaba así: “ Los consejeros nacionales ejercerán su función representativa con plena libertad de expresión de sus opiniones o pareceres sin mandato imperativo alguno, dentro del respeto a los Principios del Movimiento y demás Leyes fundamentales del Reino”.
Aunque en el capítulo precedente ya he dado a conocer algún párrafo de Señor Presidente, estimo oportuno para que los lectores puedan captar la tensión política del momento, reproducir literalmente el editorial de Fuerza Nueva, de 28 de septiembre de 1974, (nº 403).
“Bien sabe Dios que nos duele el alma al tomar la pluma para escribir lo que sigue. La tentación que se escurre zalamera, invitando al silencio y a la comodidad de la murmuración irresponsable, ha tratado de amordazar la pluma -que tiene su lenguaje escrito- y dejarla inoperante sobre la mesa. Pero hay que vencer la tentación de las omisiones. Es preciso alejarse, cuando llega la hora difícil, de los canes mudos y de la música frívola y alquilada que pretende desorientar y aturdir, para que no se oigan ni la voz amenazante del enemigo despiadado que avanza con dinamita, haciendo correr la sangre, ni el grito de dolor de cientos de miles de españoles sacrificados por una causa nobilísima que ahora se vilipendia y escarnece. No podemos callar, por dura que sea la medida que contra nosotros pueda arbitrarse.
“Señor presidente: usted nos ha aludido, sin nombrarnos, unas veces en exclusiva, y otras, quizá, englobándonos en un abanico más abierto de acusaciones generales, en sus declaraciones a la Agencia oficial EFE, publicadas el pasado día 11. Nosotros, que estamos acostumbrados a recibir golpes y a encajarlos, nos damos públicamente por aludidos.
“Señor presidente: desde el 12 de febrero, desde su discurso ante el pleno de las Cortes, discurso que nosotros no aplaudimos, viene usted aireando una política de democratización del país, apelando a la mayoría de edad, propugnando el asociacionismo como cauce de participación política, haciendo profesión de fe y de lealtad al futuro y equiparando a los maximalismos de uno y otro signo.
“Señor presidente: nosotros creíamos, de acuerdo con las Leyes Fundamentales del Estado -de las que por razón de su alta magistratura debe ser usted un servidor ejemplar- que España, según tantas veces ha dicho y recordado Francisco Franco, artífice del Régimen, era una democracia orgánica, por lo que, siendo democracia, el proyecto de democratización que usted propugna no puede ser otro que su transformación en una democracia inorgánica y liberal, que nosotros rechazamos.
“Señor presidente: nosotros creíamos que el pueblo español había alcanzado su mayoría de edad hace muchísimo tiempo, cuando los Reyes Católicos crearon la nación y pusieron un Estado a su servicio; y que esa mayoría de edad, el pueblo español -del que tanto se habla y al que tan poco se respeta- la ha confirmado, ratificado y revalidado en numerosas ocasiones, y últimamente optando por la lucha armada y por un derroche de heroísmo, a fin de mantener su unidad, su grandeza y su libertad, durante los años de la Cruzada, de la que fue conductor Francisco Franco.
“Señor presidente: nosotros creíamos que la unidad no era la uniformidad, pero también creemos que la diversidad no es la dispersión, y menos aún el enfrentamiento, y que, por lo mismo, ni la solución política del partido único ni la solución política de la multiplicidad de partidos eran la nuestra, porque la nuestra, conforme a las doctrinas del Tradicionalismo y de la Falange -que nació como antipartido-, está en el Movimiento, haz de Principios Fundamentales y de organización, de tal manera que aquellos sin ésta se volatilizan, y ésta sin aquellos se reduce a burocracia y nómina. Por eso, señor presidente, nosotros, que hemos oído en tantas ocasiones decir al Jefe del Estado y del propio Movimiento que en éste son indispensables las ideas, la estructura, la disciplina y el jefe, no acertamos a comprender la posibilidad de asociaciones políticas identificadas -salvo en el nombre- con los partidos políticos, ni entendemos cómo las mismas, tal y como usted las define, pueden coordinarse con el Movimiento definido por Francisco Franco.
“Señor presidente: nosotros creíamos que el futuro o es una consecuencia del pasado o es una ruptura con el mismo. Pero no entendemos, o quizá nos sorprende entender, lo que usted ha querido decir con esa proclamación repetitiva, por utilizar una de sus palabras, de lealtad al futuro, que por sí solo es el vacío, y que, de no serlo, usted no califica como la perfección y el normal y homogéneo desarrollo de un sistema político cuyo nacimiento, viabilidad y vitalidad arrancan de los ideales y las banderas que los signan, del 18 de Julio.
“Señor presidente: nosotros creíamos que el maximalismo de cierto signo, el que usted, sin duda, nos atribuye, no era malo ni autoexcluyente. Me gustaría que usted señalase un solo párrafo de nuestros discursos, conferencias o artículos en el que nos hayamos colocado en la heterodoxia doctrinal del Régimen, en que hayamos atacado alguna de las Leyes Fundamentales y en especial los Principios del Movimiento, en que hayamos exaltado a alguno de sus enemigos o minimizando o despreciado a los que nos dieron la doctrina y el ejemplo. Por eso, no entendemos y rechazamos, que usted, tomando palabras ajenas, nos ponga en el mismo lugar y nos equipare con la ETA y con el Partido Comunista.
“Señor presidente: nosotros creíamos y seguimos creyendo que usted actúa de buena fe, que trata de servir a España en esta hora incierta, y que, por tanto, no actúa movido por ‘ambiciones personales que, como es lógico, siempre tenderían a revestirse de coartadas ideológicas’. ¿Por qué públicamente -y como contraste- nos echa en cara ambiciones personales a los que no comulgamos ni con sus ideas ni con su programa? ¿Es así como entiende usted el pluralismo político, la democratización y la mayoría de edad del pueblo español? ¿Por qué nos ofende desde su puesto de gobernante? Admito que usted nos crea equivocados. Pero que nos dejemos llevar de ambiciones personales los que venimos escuchando insultos, calumnias, difamaciones, prohibiciones y amenazas por mantener unas ideas que consideramos consustanciales con España, es inadmisible. Usted ha hecho esa declaración que nos duele; pero el estilo no es suyo; deber ser de un amanuense distinguido y retórico que cuela lo que más le acomoda.
“Señor presidente: usted, sin duda, se refiere a nosotros cuando habla de la ‘incomprensión y reticencia en algunos sectores proclives a anclarse en la nostalgia’ y nos imputa un ‘intento monopolizador’. Es una pena que su amanuense no haya encontrado frases más originales y distanciadas de las que acostumbra a usar en escritos no oficializados. Son las frases de los que nos increpan a diario. Pero usted sabe que, si hay nostalgia entre nosotros -que, por otra parte, no deja de ser un sentimiento respetable-, es por la paz que estamos perdiendo; por el orden moral que hoy se quebranta; por la tranquilidad de los españoles, que se ha transformado en zozobra; por las vidas no sólo de los que velan por la seguridad de los ciudadanos, sino de los ciudadanos que caen sin otras lamentaciones que las puramente verbales y el consabido eslogan publicitario de serenidad y democracia; por el honor del país, quebrantado en tantas latitudes y de tantas maneras, sin una reacción gallarda que nos alcance el respeto que la nación y el pueblo, tan ‘mayor de edad’, merecen y exigen.
“Señor presidente: usted, al aludir a las ‘fórmulas apriorísticas de incorporación de la juventud a las tareas nacionales’, al referirse a ‘equívocas atribuciones de representatividad’ por parte de ‘un sector más o menos controlado y dirigido’, ha dado un golpe rudo y exterminador a una de las obras, no por deteriorada menos querida, del Movimiento: la Organización Juvenil. Usted la ha descalificado, abrogado con lenguaje oficial, discriminado ante la opinión pública. Si usted ha sido capaz de comportarse así con algo tan querido de Franco, tan metido en la entraña del Sistema, tan vinculado a la Secretaría General y a un ministro de su Gobierno, ¿cómo pueden extrañarnos los piropos que nos dirige en sus declaraciones a la Agencia EFE?
“Señor presidente: tenga la seguridad de que nosotros no tenemos ningún propósito monopolizador, y que, desde luego, no monopolizamos la verdad. La verdad es demasiado grande para que nosotros la poseamos y monopolicemos. Lo hemos dicho muchas veces: es la verdad -la que nos hace libres y, por tanto, dignos -la que nos posee a nosotros, y a la que nosotros, llenos de imperfecciones, modestamente pero ardorosamente servimos. En cualquier caso, aunque sería un mayúsculo e inalcanzable propósito el de monopolizar la verdad, sería más disculpable que monopolizar de hecho el error, acumular errores tras errores, corromper el alma del país, dejarlo a la intemperie, y obligarle o a rehacer su historia combatiendo o a sumirse en la esclavitud y la barbarie sin esperanza.
“Señor presidente: no le preocupe demasiado si nuestra posición y nuestra manera de pensar son ‘legítimos en el ancho espectro del deseable pluralismo político’, porque, como usted dice acertadamente, tal posición y tal manera de pensar son ‘incompatibles con las responsabilidades públicas asumidas por el Gobierno’. Estamos convencidos. Pero fíjese bien: es usted, y no nosotros, el que nos arroja a la cara la incompatibilidad, el que nos excluye, el que niega que podamos ser escuchados y atendidos si tuviéramos razón.
Si nuestra actitud ‘no interfiere ni puede interferir la acción del Gobierno’, es usted el que nos elimina; el que, después de llamarnos maximalistas y ponernos en el mismo lugar que a los asesinos de Carrero Blanco, de taxistas, policías, guardias civiles y ciudadanos de toda clase y condición, nos rechaza olímpicamente, públicamente, oficialmente y con desprecio.
“Señor presidente: muchas gracias, porque la claridad ilumina y hace que las decisiones se tomen sin dudas ni inquietud. Nos autoexcluimos de su política. No podemos, después de lo que ha dicho, colaborar con usted, ni siquiera en la oposición. No renunciamos a combatir por España, pero hemos comprendido que nuestro puesto no está en una trinchera dentro de la cual se dispara contra nosotros y se airean y enarbolan estandartes adversarios.
“Señor presidente: en un diario catalán, que no se destaca precisamente por su adhesión al Régimen, se decía: ‘Arias ha mojado su dedo índice, lo ha levantado y ha dicho: ‘Por ahí’.’ Pues bien, nosotros no queremos ni obedecerle ni acompañarle. Pero fíjese bien en quiénes le acompañan y adónde le acompañan. Piense si le dirigen o le empujan. Y no se lamente al final si contempla cómo ese tipo de democratización que tanto urge se levanta sobre una legión de cadáveres, de los que son anuncio y adelanto, cuando esa democratización se inicia, los que se sacaron de los escombros, el 13 de septiembre, del corazón mismo de la capital de España”.
Hubo en el atentado al Restaurante Rolando, de la calle del Correo, aparte de los daños materiales, 12 muertos y 80 heridos.
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Y ¿es este sitio franquista o identitario?
Nota del moderador: Basura, a este sitio le da igual las adscripciones semánticas. El ‘ravellismo’ os está secando el cerebro.
Siempre BLAS PIÑAR pero el nieto también se llama Blas Piñar y tiene 38 años, persona tremendamente preparada para cambiar España, o mejor dicho, recuperar lo que por mala política hemos perdido los españoles. Pido apoyo a Blas Piñar III
¡¡¡ ¡ Blas Piñar, Blas Piñar, Blas Piñar y España Una, Grande, Libre, Católica, Apotólica, Romana, …. !!!!!!!!!!!!!!!!!