Los padres dejan ver demasiada televisión a sus hijos
El estudio ‘Los niños frente a la televisión: prácticas y mediación familiar’, elaborado por la profesora de Periodismo de la Universidad CEU San Pablo, Teresa Torrecillas Lacave, alerta de que familiar respecto al acceso de los niños a la televisión se caracteriza por “un alto grado de permisividad”.
Este texto, que ha sido galardonado con una mención honorífica en los Premios ngel Herrera -concedidos anualmente la Fundación Universitaria San Pablo CEU- a la Mejor Labor de Investigación en el rea de Humanidades, advierte de que “los contextos familiares de recepción televisiva infantil son deficientes y no garantizan la protección de la infancia ni favorecen un correcto desarrollo de los menores frente al medio”.
El estudio señala que, por lo general, se otorga al televisor un espacio simbólico prioritario en las vidas de las familias y, por tanto, en la socialización de los niños. Además, apunta que “cada vez hay un uso más individualizado del medio lo que hace que padres e hijos coinciden menos delante del aparato y que aumente el desconocimiento por parte de los padres del consumo real que hacen sus hijos”.
De la misma forma, el estudio insiste en que, “aunque los padres son muy conscientes de la deslegitimación social del medio, relativizan las posibles influencias de la televisión en sus hogares y excluyen a los miembros de su familia del poder de socialización del medio”. En este sentido, denuncia que no existen normas consistentes y estables que calen en la conducta de los niños frente al medio.
Por otra parte, el texto incide en que la covisión es escasa a lo largo del día y, paradójicamente, se restringe al horario preferente cuando los hijos se doblegan a las preferencias de los adultos, ya sean padres o hermanos mayores, por lo que ven contenidos que no son adecuados a su edad con el consentimiento de los padres.
La profesora también hace hincapié en las deficiencias en la mediación familiar porque, por encima de las políticas de regulación del audiovisual y de las prácticas de la industria, “los padres son los principales responsables de asegurar un entorno comunicativo apropiado favoreciendo las condiciones físicas e intelectuales, necesarias para contrarrestar la indiscutible fuerza socializadora del medio en la vida de los hijos”.
En su opinión, detrás de la poca participación de los padres en la construcción de contextos de recepción enriquecedores se sitúa su “escasa formación que los incapacita para cumplir adecuadamente con su responsabilidad mediadora” y, por ello, pide “alentar la línea de investigación de los contextos familiares de recepción televisiva infantil y pasar de la reflexión a la propuesta de acciones”.
Muy interesante, pero, ¿quién ha traducido los dos primeros párrafos?
La televisión tiene sus peligros para los niños que tienen la costumbre de pasarse horas interminables ante el aparato. La mayoría de los programas que se ofrecen a través de la pequeña pantalla, lejos de formar, deforman a los niños. A los niños hay que darles a cada edad lo que les corresponde, sin crear en la mente infantil hábitos que pueden llegar a desviar la propia personalidad. Cierto que no todos los niños son iguales, pero resulta evidente que debe evitarse que los pequeños sigan los programas dedicados a los adultos con la regularidad que hoy lo hacen.