Nadal devora a Fish y se mete en semifinales de Wimbledon
La solidez de Rafa Nadal en cualquier superficie, llegue como llegue al encuentro o se enfrente contra quien se enfrente, es incuestionable. Este miércoles, ante un peligroso rival como Mardy Fish, volvió a dar buena muestra de ello. El balear, sin fisuras en su juego, desplegó un buen tenis que le catapultó hacia su quinta semifinal de Wimbledon. En la hierba londinense, el número uno del mundo se basó en la efectividad de su poderosa derecha, demasiado para el aguerrido jugador norteamericano. Además, a su mejor golpe se sumó la ayuda de su servicio, muy efectivo durante todo el duelo, y de su revés, capaz de sostener a la derecha del estadounidense. Gracias a esta victoria por 6-3, 6-3, 5-7 y 6-4 tras dos horas y 53 minutos , el número uno del mundo se verá las caras este viernes con el local Andy Murray.
Fish únicamente había cedido su saque en una ocasión de las 65 veces que lo ha hecho durante todo el torneo. Y Nadal le rompió en el primer y en el séptimo juego del partido. Además, en los intercambios el español era muy superior. La tela de araña plena de golpes profundos y ausente de errores que planteó desde el primer momento el balear era tejida con un ritmo demasiado alto para el estadounidense. Arrinconado varios metros por detrás de la línea de fondo, el norteamericano apenas le inquietaba. Y es que el mallorquín disfrutaba de sus mejores momentos en el torneo. Pleno de confianza, en la pista 1 del All England Tennis Club no había el más mínimo rastro de las molestias en el pie izquierdo que padeció ante Del Potro.
La derecha le corría sin descanso. El revés le acompañaba en todo momento, impidiendo ofrecer alguna debilidad que pudiese ser aprovechada por el estadounidense. El cortado le daba la posibilidad de variar el juego y hacer que el norteamericano hincase las rodillas en la hierba londinense. Y, sobre todo, el servicio. Su saque, muy mejorado en las últimas temporadas, pasó hace tiempo de ser una mera comparsa y un ‘handicap’ en algunos partidos a ser una gran ayuda; a ser una más de las armas del número uno del mundo. Y ayer dio una buena muestra de ello. En todo momento dominó el punto con él.
En los pocos instantes complicados que tuvo, salió a relucir. Así cayó el primer set de su lado, y así transcurrió el segundo.
El norteamericano buscaba soluciones para plantarle cara al número uno del mundo: le presionaba subiendo a la red, acortaba los puntos con mucho riesgo y empujaba con su poderoso revés. Pero Nadal encontraba la solución de cada problema rápidamente. Los famosos ‘passing-shots’ del mallorquín entraron en escena para aplacar al estadounidense. No solo eso: la derecha del estadounidense tropezaba una y otra vez con el revés del español. Y, por si era poco, sus tiros ganadores, desde todas las zonas dela pista, iban en aumento. Con un nuevo ‘break’ en su haber, el primer cabeza de serie caminaba por el segundo acto plácidamente y sin conceder oportunidades.
Nadal, sin relajaciones
La llegada del tercer set se produjo según lo esperado. Sin ceder ninguna rotura al saque, y con un resultado final (6-3) calcado al dela primera manga, Nadal cerró sin apuros una manga en la que su porcentaje de primeros servicios mejoró. Fish, sin recambios desde el fondo de la pista, seguía probando la agilidad del número uno del mundo desde el fondo de pista. Y continuaba obteniendo la misma respuesta: un ‘passing-shot’ tras otro, tanto de derecha como de revés.
En el inicio de la tercera manga, el guión impuesto por el manacorense volvió a cumplirse. Una rotura de servicio inicial decantaba rápidamente la balanza a favor de sus intereses. Sin embargo, Fish quiso introducir una novedad, algo de emoción al encuentro. En el juego siguiente, el norteamericano aprovechó su segunda bola de ‘break’ y rompió el servicio del balear por primera vez en el duelo. Tras ello, la manga avanzó sin sobresaltos para los servicios. El décimo cabeza de serie, más agresivo que en la primera parte del choque, encontraba los tiros ganadores con más facilidad.
La mejora de su tenis llevó consigo la aparición de una de las pocas oportunidades que le concedió el español. Y la aprovechó. En el duodécimo juego de la manga, al resto, el norteamericano soltó su ‘drive’ y abrochó la manga por 7-5. No había sido un problema de relajación, palabra tabú en el diccionario del balear. Aun así, Nadal incrementó su nivel desde el inicio del nuevo parcial. Y obtuvo su recompensa: en el tercer juego rompió el servicio de su oponente. De ahí hasta el final del choque el servicio del bicampeón de Wimbledon le bastó para cerrar el último parcial por 6-4 y seguir optando a su tercer título en la hierba londinense y a, si Djokovic lo permite y no llega a la final, conservar cetro mundial.