El PSOE vuelve a bailar con la más fea
En realidad, lo que ha pasado ya se preveía. En la gran estrategia, las cartas estaban marcadas. El PSOE prefiere los nacionalistas totalitarios, que lo son todos, y sus métodos de exclusión política y social y a los comunistas recalcitrantes, antes que al PP para desarrollar la democracia española nacida del proceso de la transición. La democracia incipiente que se tenía en 1978 podía haber optado por dos vías: desarrollarse con fundamento mayoritario en los dos grandes partidos que reflejaban una mayoría social amplísima (PSOE y PP han tenido casi siempre alrededor del 80 por ciento de los votos y de los diputados y senaadores) o despeñarse de la mano de nacionalismos totalitarios partidarios de la ruptura de España, tambien de la Constitucional, y de un partido comunista envejecido, colaborador del nacionalismo en el País Vasco y de los nacionalismos en general.
Nadie duda de que la larga mano del PSOE y del gobierno ha estado detrás de las decisiones de seis de los once magistrados del Constitucional y de que lo ocurrido es el resultado de una esmerada táctica política diseñada por Moncloa de la mano de Rubalcaba. Por una parte, se impugnaban las listas proterroristas desde el Ministerio del Interior y la Fiscalía y se hacía creer a los ciudadanos que el gobierno y el PSOE estaban en contra de la presencia de Biltu en las elecciones municipales de la democracia española. Para esta fase se contó con el Tribunal Supremo, que no controla el PSOE. Pero por otro, se preparaba el acto final del Tribunal Constitucional, con lo que se hacía, se hace, evidente, de que la negociación con ETA está vigente porque lo que está vigente es la estrategia de alianza histórica entre los nacionalismos periféricos, repito, totalitarios, y la camarilla que dirige los destinos del PSOE.
Seguramente, con esta decisión el PSOE cree que podrá disponer de mayorías suficientes para gobernar durante 30 ó 40 años. Y la realidad así lo ha demostrado. Zapatero lleva años gobernando con el apoyo de los nacionalistas. A Felipe González no le hizo falta más que en 1993, y lo consumó en su pacto con Pujol, sobre todo. Sociológicamente, debe creerse que esto es así y que seguirá siendo así durante muchos decenios. Pero queda algo pendiente: el PP y casi media España, a los que se condena a rumiar en el desierto sin mayor esperanza. ¿Cuál va a ser la consecuencia de esta soledad y cuál va a seer la trascendencia electoral de esta noticia, triste noticia, el día 22 de mayo?
El futuro que nos espera es, de nuevo, el exilio interior de la media España que quiere democracia sin terrorismo, el fin de la Ley de Partidos, el descrédito definitivo del Tribunal Constitucional, la ruptura interior de la democracia española y la urgente necesidad de la reforma constitucional de modo que situaciones así jamás puedan volver a repetirse. Que en este país manden los nacionalistas y sus derivaciones pistoleras sobre la mayoría democrática es algo que no podemos seguir soportando.
P.D. ¿Se imaginan a Obama pactando con un supouesto partido de AlQaeda en Estados Unidos para impedir el ascenso de los republicanos? La oligarquía del socialismo español tiene síntomas de estar moralmente podrida y sus bases harían bien en forjar una rebelión interna decisiva.