L.P.- Los tres policías de la Brigada de Blanqueo de Capitales que ayer declararon en el TSJCV para aclarar la procedencia del informe secreto que mostró en Les Corts el portavoz del PSPV, Ángel Luna, comieron con el Fiscal Superior de la Comunitat Valenciana, Ricard Cabedo, según desvela hoy abc.es. Los policías salieron de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) tras declarar como testigos ante el magistrado Juan Montero por un presunto delito de revelación de secretos cometido por Ángel Luna y se dirigieron a Mercatbar Daco&Co, el restaurante de cocina de mercado que regenta en Valencia el afamado chef Quique Dacosta (dos estrellas Michelín) para reunirse con Cabedo, fiscal superior que además está casado con Juan Serna, diputada socialista en el Congreso por Alicante.

Los tres miembros de la Brigada —su comisario jefe, firmante de la remisión del informe que llegó a manos de Luna, un inspector jefe de grupo y un inspector, sus redactores— alcanzaron a pie el local, situado en la calle Joaquín Costa del barrio del Eixample, próximo de la sede del TSJ, en torno a las 13.45 horas, casi inmediatamente después de haber prestado testimonio ante el magistrado instructor. Allí se vieron, tal como publica ABC, con Cabedo, que se encontraba en la entrada del restaurante acompañado de otras personas con quienes había llegado en su coche oficial unos minutos antes de que lo hicieran los policías.

Tras una breve charla y algunas presentaciones en las puertas de Mercatbar, todos accedieron juntos al restaurante, donde, de acuerdo con el testimonio de otros comensales, ocuparon una zona reservada del local en mesas contiguas. Los grupos lo abandonaron por separado: los agentes lo hicieron a las 15.25 horas; Cabedo y sus acompañantes se marcharon a las 16.10 horas.

La policía no ha investigado la procedencia del informe

La Brigada de Blanqueo de Capitales de la Policía Nacional no ha investigado una posible filtración en su departamento del informe sobre Gürtel que exhibió el portavoz socialista, Ángel Luna, en la tribuna de Les Corts y que luego se demostró que en ese momento estaba bajo secreto de sumario. Así lo reconocieron ayer, según señaló el abogado del PP, Jorge Carbó, los tres agentes de la unidad que declararon ante el magistrado Juan Montero en la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

Los policías corroboraron de esta manera la tesis que dio hace unos días el ministro del Interior y vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que descartó que el informe se filtrara desde el departamento que él dirige. Rubalcaba apuntó a instancias judiciales como el mensajero que permitió que la investigación sobre la visita del Papa a Valencia acabara en manos de Luna. El socialista mostró el informe encuadernado en gusanillo en la tribuna de Les Corts el 24 de marzo. Un par de meses después, el juez Antonio Pedreira levantó el secreto de sumario de Gürtel.

Al llegar a la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, el magistrado Juan Montero ordenó que los tres agentes de la Brigada de Blanqueo de Capitales fueras aislados cada uno en una sala. Además, dio orden de que se les retirara sus teléfonos móviles. Una petición que perseguía que no pudieran hablar entre ellos de sus respectivas declaraciones.

Los tres policías -un comisario jefe, un inspector jefe de grupo y un inspector- señalaron que el documento sobre la visita de Benedicto XVI en ningún caso salió de dependencias policiales hacia el despacho de Ángel Luna. Hay que recordar que el portavoz socialista en Les Corts declaró ante el juez que el documento se lo encontró en el buzón que va a su nombre en las instalaciones del grupo parlamentario socialista.

El comisario jefe que prestó ayer declaración, Alfredo Cabezas Barrientos, en calidad de testigo señaló que su función se limitó a firmar el oficio remisorio. Algó que ya sabía el PP, que es quien presentó la denuncia contra el síndico socialista. Tras la declaración y según las fuentes consultadas, se desprende que los autores materiales del informe fueron el inspector jefe y el inspector, con un papel más protagonista del primero. El juez les preguntó si la elaboración del documento se lo había encomendado alguien. Los agentes reconocieron, según las mismas fuentes, que nadie se lo había pedido y que decidieron hacer un estudio sobre los gastos de la visita del Papa a Valencia en julio de 2006 de motu proprio.

Durante su declaración ante el magistrado del TSJ mantuvieron que en ningún caso filtraron nada, que no sabían quién lo podía haber hecho y que no sabían nada de este asunto. Sólo apuntaron al Ministerio de Justicia. El abogado del PP, tras asistir a las declaraciones, sí que señaló que los agentes de la Brigada de Blanqueo de Capitales podían haber incurrido en alguna contradicción. El letrado lo calificó de «matices». Entre ellas, decir que no se había filtrado el informe desde la Policía y reconocer al mismo tiempo que no se había realizado ninguna investigación para ver si esto había sido así. Aseguraron que no lo hicieron porque desde el primer momento descartaron que se hubiera filtrado desde el cuerpo policíal. ¿Por qué los agentes están tan seguros de que la documentación no salió de la unidad? La respuesta: porque los folios no llevaban el membrete de la Brigada de Blanqueo de Capitales.

El juez Montero investiga la comisión de un presunto delito que está tipificado en el artículo 466 del Código Penal por revelación de secreto sumarial. Lo complicado en este caso es tirar del hilo, después de que los agentes señalaran que no saben nada de la posible filtración. El jefe de seguridad de Les Corts y el gerente de Blanquerías tampoco aportaron excesiva luz en su declaración ante Montero la semana pasada.

El abogado del Partido Popular no supo confirmar si el magistrado que lleva el caso va a adoptar nuevas medidas. Carbó apuntó que espera que el juez Montero instruya más diligencias sobre la causa y pueda llamar a declarar a nuevos testigos que aclaren quién le dio el informe a Luna.