La consagración de Asencio en el Etihad y una imagen icónica ante Haaland
Hay partidos que marcan la carrera de un futbolista para siempre. El primer triunfo del Real Madrid en su historia en el Etihad Stadium, terreno siempre asociado a altas dosis de sufrimiento, será una fecha inolvidable para Raúl Asencio.
A dos días de cumplir 22 años, su partido 22 con el primer equipo deparó un duelo para el recuerdo con Erling Haaland.
Asencio se ha ganado ser parte del primer equipo cuando el pasado verano no entraba en los planes de Carlo Ancelotti. También la titularidad, llegada accidentalmente por la plaga de lesiones defensivas del Real Madrid.
Sostenida a base de actuaciones repletas de carácter, contundencia y velocidad al corte. Ya está en el radar de Luis de la Fuente para la primera lista de convocados del seleccionador español en marzo de 2025.
La explosión de Asencio ha sido inesperada en el club blanco. Titular para Raúl González en el Castilla, tenía por delante a jugadores que llenaban más el ojo de Ancelotti.
Poco dado Carletto a tirar de la cantera. Menos aún en demarcaciones donde considera clave la experiencia y un buen número de partidos en la élite como el central. Joan Martínez fue el jugador que enamoró al técnico italiano en pretemporada. Jacobo Ramón el que más seguía el cuerpo técnico del primer equipo.
La grave lesión de rodilla del primero y varias lesiones menores del segundo provocaron que cuando la necesidad de tirar de un central de la cantera era máxima, en noviembre el elegido para dar el salto al primer equipo fuese Asencio.
Estreno con goleada ante Osasuna el día de la segunda grave lesión de rodilla de Militao, aún sin David Alaba inmerso en una larga recuperación que superó el año de baja, con Aurélien Tchouaméni también de baja impidiendo ejecutar a Ancelotti su opción predilecta, pasar al francés del mediocentro al eje de la zaga.
Sorprendió a todos la seguridad en sí mismo de Asencio con el primer equipo. Como si mentalmente estuviese preparado para una oportunidad esperada. No le pesó el escudo, tampoco el Bernabéu.
Se ganó a la afición, que demanda más presencia de canteranos viendo el éxito del Barcelona, con jugadas en las que exhibió su mejor virtud, la velocidad y la rapidez al corte.
El nivel de Asencio en el Castilla crecía sorprendentemente con el primer equipo jugando en la élite. En el mismo escenario donde Jesús Vallejo se hizo pequeño ante el Alavés, en sus únicos minutos de la temporada, Raúl demostraba a Ancelotti que estaba listo para no ser solución de emergencia provisional.
Así llegaron dos partidos que marcaron, pese a su buen nivel. Las derrotas del Real Madrid en dos templos como Anfield y San Mamés.
La plaga de lesiones incesante, que también se llevó por delante a Antonio Rüdiger y provocó una nueva baja de Alaba tras su regreso por un problema muscular, ha dado continuidad a Asencio y la posibilidad de reivindicarse.
Se sacó una espinita en el derbi madrileño ante el Atlético de Madrid, cuando ganó el cien por cien de los ocho duelos que disputó. Ocho recuperaciones, una intercepción, sin necesidad de cometer ni una sola falta.
Y el reto aumentaba aún más su dimensión lejos del Bernabéu, en el Etihad, con el recuerdo de capítulos defensivos repletos de sufrimiento para los madridistas. Con el emparejamiento con uno de los 9 más potentes del mundo, Haaland, ante el que Asencio dejó una imagen icónica.
Como Nacho Fernández, ya con mil batallas, el pasado curso. O Rüdiger con sus estratagemas en cada duelo ante el gigantón noruego.
No se amilanó Asencio. Ni tan siquiera después de salir en la foto del primer gol del partido por medir mal un salto en la acción en la que Haaland batió a Courtois de disparo cruzado.
Se hizo fuerte, fue con todo en cada acción, se convirtió en la sombra del delantero del City, que acabó hastiado del marcaje. Se encaró cansado de sentir el codo en su espalda en cada acción, agarró de la camiseta amenazante al canterano madridista, que plantó cara sin amilanarse.
Por segundo partido grande consecutivo, Asencio ganó en el Etihad todos los duelos sin cometer una sola falta. Realizó cinco intercepciones y bloqueó un disparo del rival, según datos de BeSoccer para Efe. Con una actuación sobresaliente, firmó el mejor de sus partidos en la Liga de Campeones.
Ancelotti ha encontrado una solución a sus problemas defensivos amoldándose a la ausencia de fichajes pese a sus peticiones al club, que ya trabaja en una renovación con mejora de un defensa que se consagra en la élite de la forma más inesperada.
