La roca de Prometeo
Una de las definiciones del ser humano (animal racional, animal político, etc.) es la de animal técnico. Es más, puede intentar entenderse la historia humana como un desarrollo, por lo demás muy evidente, de su técnica. Esto queda claramente contemplado en el mito de Prometeo, figuración precisamente del animal técnico. La técnica permitiría al hombre burlarse de los dioses e igualarles. En el mito, Zeus condena a Prometeo a ser encadenado a una gran roca, donde le visita un águila para roerle el hígado, día tras día.
Creo que nadie ha interpretado el mito mejor que Paul Diel. La roca simboliza la trivialidad y opacidad de la vida, y es la consecuencia de la técnica opuesta al espíritu. Prometeo tiene lo que ha elegido: está encadenado a la trivialidad, y el águila representa el castigo de esta, por su elección.
Como dice Diel, los mitos tienen una profundidad insondable. Hoy, el hombre ha desarrollado una capacidad técnica que irónicamente le iguala a la divinidad, al permitirle destruirse a sí mismo. Y junto con las maravillas de la técnica, la vida humana se ha vuelto insoportablemente opaca, plana, chabacana… en combinación con la histeria por algún apocalipsis. A salvar el planeta, vamos.
El deshumanizado y robotizado hombre de la era digital muy bien podría
ser comparado con Prometeo.