Ian Lavender tiene dos aficiones muy molestas: eructar de forma huracanada y poner la música a un volumen atronador. Por eso es comprensible que no sea muy popular entre sus vecinos. Y por eso en entendible que estos le hayan denunciado varias veces por montar escándalos. Y tal ha sido la acumulación de demandas, que ahora este inglés residente en Liverpool podría ir a la cárcel.

Más allá de por sus aficiones subidas de volumen, Lavender va a ser juzgado por acosar a sus vecinos. Después de las primera denuncias a la policía, el acusado se dedicó a vengarse eructando estruendosamente cada vez que veía pasar a uno de sus ‘queridos’ cohabitantes y a ponerles música de madrugada para alterar su sueño. Muchos de ellos aseguran sufrir altos niveles de estrés y depresión por esta situación.

Estas prácticas mafiosas y maleducadas hicieron que en 2015 se le otorgara una orden de restricción que le impedía acercarse a las personas que le habían denunciado y por supuesto, le prohibía molestarlas de manera alguna.

Lavender no aceptó la sentencia y la recurrió. Pero lejos de tener éxito, las cosas empeoraron y la condena subió a 6 meses de cárcel. Como es un periodo demasiado corto y él no tenía antecedentes penales graves, se libró de entrar entre rejas.

Sin embargo, Lavender ha cometido el error de volver a hostigar a sus vecinos. Esta vez, ha colocado letreros gigantes repletos de insultos en las ventanas de su hogar y ha vuelto a eructar cada vez que los veía pasar.

Este residente de Liverpool además llegó a lanzar un palo contra una de las ventanas de sus vecinos. Al menos eso es lo que asegura uno de ellos en la enésima denuncia que le han interpuesto, según revela Liverpool Echo. Ahora Ian Lavender puede terminar en prisión por estos hechos.