No pueden soportar el espectacular repunte de la tauromaquia en toda España, ni las catorce tardes de “no hay billetes” en la feria de San Isidro, ni la presencia de cada vez más jóvenes en los tendidos, ni la vuelta de los toros a comunidades donde la mafia zurda los había proscritos, ni que los toreros vuelvan a ser los héroes del pueblo. No soportan el auge de las escuelas taurinas, de las ganaderías bravas, que en las plazas se grite “Pedro Sánchez, hijo de puta” o que Telemadrid haya registrado sus mejores datos en audiencia coincidiendo con el ciclo isidril. Las campañas de los antitaurinos han surtido el efecto contrario al deseado por ellos, hasta el punto de que la tauromaquia vuelve a ser un fenómeno de masas ayudada, justo es reconocerlo, por la eclosión de un fenómeno de los ruedos al que ya muchos consideran el mejor de la historia, Morante de la Puebla.

La tauromaquia es de las pocas tradiciones que ha sobrevivido al globalismo. De ahí el odio que despierta entre la mafia zurda disfrazada de animalista. Impotentes ante el empuje de la Fiesta Nacional, ahora recurren a métodos violentos, lo que no hará sino convertirse en vivero de nuevos taurinos y dejar más en evidencia su infinita intolerancia y su odio a la libertad.

Rociadas por un spray

Seis personas tuvieron que ser atendidas anoche en el interior de un restaurante frente a la plaza de toros de Las Ventas al ser rociadas por un spray de gas pimienta, según han confirmado a Europa Press fuentes de Emergencias Madrid.

En concreto, los servicios de Samur-Protección Civil se desplazaron hasta las inmediaciones del restaurante Casa Toro, en la calle Julio Camba número 5, a las 22.30 horas de este domingo. De los seis atendidos sobre el terreno, ninguno ha tenido que ser trasladado al hospital y han sido dados de alta en el lugar.

Así, tres de los seis atendidos han sufrido una crisis de ansiedad y otra persona ha sufrido una herida en uno de sus dedos. Además, los otros dos afectados han necesitado atención médica por enfermedad respiratoria.

El restaurante estaba repleto de clientela al coincidir con la tradicional Corrida de la Beneficiencia, que ha acabado con el torero Morante de la Puebla saliendo a hombros por la Puerta Grande de Madrid.