Anhelo la cordura que hemos perdido
Puedo ser el más antisistema del barrio y ahora con mucha más razón, ya que toda nuestra clase política actúa de esta forma tan sobrada: el descaro a la hora de mentir, a la hora de ocultar intenciones, de servir solo a los intereses de sus bolsillos, al poner por encima de toda lógica los intereses partidistas de los que dependen sus vidas, todo ello me ha llevado a creer, seriamente, que estamos perdidos.
¿Que este sistema podrido que nos llegó heredado era el que había que adoptar? No me cabe la más mínima duda; pero que ese mismo sistema lo dejemos en manos de esta clase política, criada y «educada» en las sedes de los partidos para obedecer ordenes de los listillos, que en todos los casos se creen que son más inteligentes que sus votantes — en eso pueden tener razón — llegando incluso a padecer ese complejo de superioridad que les permite actuar como estamos viviendo en estos momentos de elecciones europeas, es para nota muy alta, incluso para MATRICULA.
Piensan que no llegamos a entender sus movimientos evidentemente faltos de toda honestidad, como muestra el reparto del pastel utilizando el poder que la horquilla de escaños y sus negociaciones les otorgan. Esto lo usan en nuestras narices, y esta sociedad muerta y falta de toda capacidad de reacción, se lo traga todo, todo, todo, Lo peor es pertenecer a un partido asimilándose a ser «bético o culé» y defenderlos justificando todas sus tropelías.
La enfermedad de esta sociedad es el conformismo cómodo que nos ofrece la economía, en una vida en la que no carecemos de lo más básico. ¡Si nos doliese el estómago, otro gallo cantaría!
Todos se están riendo en nuestra cara. Todos, digo todos. Mientras Sánchez vuela a sus anchas por la desvergüenza diaria, sus mamanabos derrapan todos los días en declaraciones ofensivas para la gran mayoría de españolitos de a pie, y hasta Feijoo se permite tirarle los tejos para un posible pacto al prófugo Puigdemont.
¿Qué más estamos esperando para darnos cuenta que estamos pagando el sueldo y los vicios a los que nos toman el pelo desde las instituciones?
Me diréis que esto está hecho así, y ese exactamente es el problema, que lo aceptamos porque sí.
Además les entramos al trapo en cuanto nos enseñan un pañuelito. Nos estamos creyendo que a estos que hoy gobiernan aquí les interesa las Europeas, y nada más lejos de la realidad; sea cual sea el resultado, ellos firmarán todos los pactos necesarios para que Sánchez siga en la Moncloa, y ellos a seguir cobrando. ¿Nos enteramos?.
Mientras sí y mientras no, este es el momento de aglutinar el voto de la derecha en el PP, para echar al grupito que está destrozando lo único que puede ser un freno para ellos: nuestra Constitución. No caigamos en repartir el voto con VoX y mucho menos con inventos frikis como «Alvise».
Seamos listos. La estupidez de dar el voto a un tío como Sánchez, solo lo puede superar el hecho de repartir el voto de derecha.