Expandilleros del Centro de Ayuda Cristiano alertan a jóvenes sobre el peligro de las bandas
Estuvieron en las bandas más violentas, sufrieron e hicieron daño a muchos, pero fueron capaces de romper el círculo de autodestrucción en el que estaban inmersos con la ayuda del Centro de Ayuda Cristiano. Arthur, Jose, Mati, Carlos y Jéssica son algunos de los expandilleros que realizan ponencias en colegios e institutos junto con expertos en reinserción como Alberto Diaz, del mismo centro. Con esta labor de sensibilización, la institución pretende evitar que más chicos ingresen en estas organizaciones.
Las últimas tragedias producidas en Madrid y el gran impacto mediático en torno a este fenómeno ha impulsado a muchos centros educativos a solicitar una de estas charlas gratuitas para orientar y alertar a sus alumnos. La acogida está siendo excelente por parte de la comunidad educativa y muchos adolescentes captados o en vías de captación han podido tener una visión clara y amplia de lo que significa pertenecer a estos grupos. Un conocimiento que, sin duda, les capacita para tomar decisiones sabias a tiempo.
II Observatorio de Bandas Latinas
En estas conferencias, Díaz presenta un resumen del II Observatorio de Bandas Latinas 2021, un estudio minucioso sobre este fenómeno realizado por el Centro de Ayuda Cristiano. En el Observatorio se revela un aumento considerable del número de agregados a las bandas, un total de 2.500 jóvenes, el doble respecto a la estimación del 2019, tan solo dos años antes. Según el informe, la pandemia habría sido el principal impulsor de este crecimiento, debido a la interrupción de la rutina escolar y la consecuente sobreexposición a las redes sociales. Los parques, colegios e institutos como lugares de captación fueron trasladados a plataformas como Tik Tok, Facebook o Instagram.
Otro dato abrumador es la más que temprana edad de captación, que ha bajado a los 11 años. Los cabecillas de las bandas buscan a chicos cada vez más jóvenes porque se les pueden imputar delitos sin tener que pasar por prisión.
Así lo asegura Arthur, ex Latin King, que había llegado a lo más alto de la banda. «Yo le daba las armas a los más chicos por si nos pillaba la policía porque ellos no acabarían presos» reconoce, aunque la estrategia no le sirvió de mucho, pues estuvo en cinco prisiones diferentes.
“La droga y la violencia van de la mano en el submundo de las bandas. Cuanta más violencia ejercen, más suben en el escalafón de la organización y más respetados son por sus compañeros. Para llegar allí, también necesitan droga. Esta no es solo un medio de autofinanciación, por medio del trapicheo, también lo es de inhibición. Sin ellas, no serían capaces de apuñalar o acuchillar a un contrario hasta causarle la muerte”.
El origen
En las charlas también se muestra el origen del problema, que normalmente se encuentra en el entorno familiar o en aspectos afectivos. Normalmente, los adolescentes que entran en alguna banda suelen tener problemas familiares o de autoestima, pasan mucho tiempo solos o carecen de la figura paterna. El desarraigo y los vacíos emocionales los llevan a buscar un sentido de familia o pertenencia en estos grupos que ofrecen altas expectativas de fidelidad y apoyo. Algunos, se sienten vulnerables ante una situación de acoso y quieren sentirse protegidos por alguien; Otros, no tienen mucho éxito en su relación con sus iguales y buscan una sensación de poder o algo que les haga aumentar su popularidad.
En el Centro de Ayuda Cristiano se ayudó a estos jóvenes y a sus respectivas familias a identificar la raíz del problema y a luchar para cambiar las tornas. Lejos de juzgarles o condenarles por los errores cometidos en el pasado, les ofrecieron un espacio de expresión y restauración espiritual. Al principio tenían mucho miedo a las represalias, pero poco a poco lograron desvincularse de la banda por completo. Ahora su realidad es tan diferente a la que cuentan, que cuesta creer que hablan de la misma persona. Son felices y desean evitarles el sufrimiento a las nuevas generaciones a través de este proyecto de sensibilización.
Alberto Diaz repite una y otra vez el lema de sus charlas, «mejor que salir de una banda, es no entrar». Aun así, aseguran que también es posible salir si buscan ayuda, y en el Centro de Ayuda Cristiano están dispuestos a brindarla.