Continuidad histórica y nuevos problemas
Hoy, en España, encontramos dos temas político-ideológicos clave: la continuidad histórica de la nación, y los nuevos problemas derivados de la decadencia europea y la rápida transformación del mundo, que tanta ideología histérica generan. El primer tema gira en torno al significado histórico del régimen de Franco, y el segundo en torno a la búsqueda de algún hilo de Ariadna afrontar una problemática nueva y no solo española, escapando al laberinto de las ideologías. Las dos cuestiones están relacionadas de un modo que podríamos esquematizar así: ¿puede servirnos la clarificación del franquismo –incluso de la historia anterior– para abordar los problemas actuales? En mi opinión, sí, aunque no por completo. ¿Qué podemos aprender del franquismo? Incluso ¿qué podemos aprender de la gran época de España (siglo XVI fundamentalmente)? Aunque no suficiente, esto es esencial, porque el proceso de destrucción nacional actualmente en curso, lleva indefectiblemente a la agravación de todos los problemas e impide abordar cualquier otro asunto.
En relación con el primer tema, este año ha sido el 90 aniversario de la llegada de la II república. Se trata de un hecho que entraña las lecciones políticas más profundas y actuales, pero, como era de esperar en una sociedad cultural e intelectualmente casi muerta, no ha suscitado el menor debate de interés. He escrito al respecto dos libros de síntesis: “La Segunda República Española. Nacimiento, evolución y destrucción de un régimen”, con un enfoque realmente nuevo; y “Por qué el Frente Popular perdió la guerra”, del que puede decirse lo mismo. Se trataba, como decía Stanley Payne, de meter un chorro de aire fresco en una historiografía –de consecuencias políticas– esclerotizada en tópicos mayormente falsos. ¿Cuál ha sido la respuesta? La respuesta real, de una universidad muy degradada, y de unos políticos por el estilo, ha sido el reforzamiento de la infame ley de memoria histórica. Y la conclusión es lúgubre, pues, más allá de que consigan o no imponerla, queda de manifiesto el auténtico páramo cultural en que vive el país.
Como siempre, el señor Moa se muestra como un lúcido francotirador en
una España que, en buena medida aunque no completamente, parece
olvidar sus raíces. La Historia, como decía Cicerón, es maestra de la vida.
Gracias don Pío por intentar remover nuestras conciencias, por usted que
no quede.
Don Pío, desgraciadamente, y al paso que vamos, no habrá ninguna continuidad histórica, pues España va camino DEL SUMIDERO DE LA HISTORIA.
Así de claro.
En el sumidero ya estamos. Los 17 reinos de Taifas reparte dineros quenosonsuyos y reparteviruschxinos, repartemascarillas y repartecertificadosanticovidinexistente, ya nos llevan 40 años de impagable Deuda Pública Histórica, últimamente actualizada, perdón, aumentada por Pedro NoNo el Okupa komunista Falconetti, en más de 250.000.000 de euros (que no pesetas) para continuar en el balcón de la dacha con el supersueldo superastronáutico o supercalifrigilisticoespialidoso -él ysus 500.000 palmeros a sueldo más dicen que otros 100.000 consejeros bienpagaos-, mientras pensionistas, metal, transportistas, pesqueros, el campo y la ganadería ya ni ganan por trabajar y se hunden en la miseria. Y no hablemos de… Leer más »