Juan Carlos, rey contra España
A Juan Carlos podrían perdonársele sus mangancias, después de todo quienes le acusan se han dedicado al mismo deporte: follar y forrarse como sea parecen ser los valores máximos de tantas de nuestras “autoridades” en estos años desastrosos. Pero hay en el emérito cosas peores. Por ejemplo, no puso la menor objeción a la apertura de la verja de Gibraltar y a la conversión de la colonia en un gran parásito de España. No recuerdo que visitara alguna vez Ceuta y Melilla. Hace unos años, en 2017, publicó El Economista una noticia que entonces pasó inadvertida (también para mí): “El rey Juan Carlos admitió la posibilidad de entregar Melilla a Marruecos en 1979 y de poner Ceuta bajo un protectorado internacional”. Lo hizo en una larga conversación secreta, en plan “franco y comunicativo” con el embajador useño Terence Todman, desclasificada en 2014. Admitió que el ejército se disgustaría, pero que el enfado duraría dos meses, y que él sabría manejarlo. Ya en 2017 aludió a ella Charles Powell en el libro Rey de la democracia. Powell, agente oficioso del Foreign Office, es también jefe del Real Instituto Francis Drake, alias Elcano, dedicado a orientar la política española según los intereses ingleses.
Pues bien, después de publicar Los mitos de la guerra civil, Sabino Fernández Campo habló conmigo de diversos temas, a los que presté insuficiente atención por estar concentrado en asuntos más antiguos. Pero me dejó estupefacto esta confidencia: en una conversación del emérito con su “hermano” Hasán de Marruecos, hermandad que databa de la Marcha Verde, el rey vecino le planteó sus apetencias por Ceuta y Melilla, y Juan Carlos le sugirió que metiera en las ciudades muchos marroquíes hasta que fueran mayoría, y entonces se vería. He aludido rara vez a este acto de abierta traición porque, claro está, no grabé la conversación y no podía certificarlo. Pero es lo cierto que coincide con lo que ha venido sucediendo después y con la conversación del emérito con Todman.
Pueden ustedes estar seguros de que la mayor parte de la chusma política que está hundiendo al país tiene prevista la entrega de Ceuta y Melilla, que no por casualidad están al margen de la “protección” de la OTAN. Y, por supuesto, el gobierno delincuente actual no tiene otras previsiones, a un plazo más o menos largo. El único problema, como en todas sus fechorías, es presentar el delito con frases “bonitas y razonables”, con ayuda de una Triple M igual de corrompida. Hasta ahora no han podido hacerlo, ni desmembrar España, porque la inercia histórica pesa demasiado. Pero es preciso transformar esa inercia en política precisa y positiva.
Juan Carlos mostraba un enorme cariño a Franco y su familia hasta que este falleció.Hasta el punto que sus hijos Felipe, Cristina y Elena llamaban a Franco como ” el abuelo” y a Dª Carmen como “la abuela”. Dias después de fallecer ” el abuelo” ordenó la tajante expulsión de El Pardo a toda toda la familia.
Pues si es verdad lo que dice Pio Moa (que me merece toda mi confianza), qué pena que Franco no hubiese designado , como rey, al Duque de Cadiz que era menos mujeriego y más españolista.Además de ser el verdadero heredero por ley directa sucesoria, de Alfonso XIII.
Si se habla de de la monarquía borbónica como el germen de las pestes españolas, habría que pensar también de Franco como culpable, ya que fue el que la reestableció.
juanito primero el traidor
juanito primero el traidor,el mayor traidor de España.
Autentica basura.
Desgraciadamente, creo que es cierto todo lo que dice…
E incluso que se queda corto.
El abandono del Sáhara, siendo Príncipe de España, y tras haber viajado allí para JURARLES QUE NO LES ABANDONARÍAMOS NUNCA, forma parte de esa política de “traiciones” continuas a ESPAÑA, que no a su patria, pues parece ser que su única patria ES EL DINERO…
¡Y si me equivoco, que Dios me perdone!
CREO QUE LLEVA USTED RAZÓN.