La épica en Cuatro perros verdes
“Contra algunas opiniones, incluso suyas, yo creo que Cuatro perros verdes tiene también un contenido épico, no solo por la aparición del “fantasma” o la de la ETA (anacrónica, eso sí), con sus residuos “épicos” de tiempos anteriores: en 1967 hacía casi treinta años de la guerra civil) Me refiero a que describe de manera magistral los esfuerzos y luchas internas de unos jóvenes por aclararse la vida que para ellos empieza. Ese es un gran tema y yo encuentro en él una épica especial. El otro día, por cierto, en la tertulia de los catedráticos de Es Radio me sorprendió oír a Gabriel Albiac hablando de un libro de Agapito Maestre y afirmando el españolismo y el democratismo de los exiliados y de la oposición antifranquista por esos mismos años, bajo amenaza de cárcel y hasta de fusilamiento… Me quedé flipado. Eso sí que era espíritu épico. Me gustaría saber su opinión. Por cierto, la novela me ha parecido maravillosa, te traslada a un tiempo que hoy es irreconocible para los que no la hemos vivido, y en el que se gestaban muchas cosas que sí hemos conocido…” J. D. F.
Si Albiac dice eso, es que ha perdido bastante memoria. Mucha gente embellece su juventud porque quizá es la única época en que se sintieron generosos, idealistas, incluso “épicos”. Hasta ahí, de acuerdo. Pero todos ellos defendían al Frente Popular, se sentían o querían sentirse sus herederos. Y el Frente Popular, lo he dicho mil veces porque casi siempre se deja de lado, se componía de totalitarios sovietizantes y de separatistas. ¿Qué tenían de demócratas y de patriotas? Absolutamente nada. El propio Azaña lo lamentaba: “A casi nadie entre nosotros le importa la idea de España”. Yo creía que Albiac había cambiado desde un izquierdismo embrollado a lo Althusser, en el que, como la gran mayoría, no arriesgó casi nada, porque el franquismo distaba mucho de ser el monstruo policíaco que ha pintado la propaganda. Pero bueno, no hay que confundir la experiencia personal juvenil con su significación política real.