Militantes de Vox Benalmádena estallan tras el postureo de “Barbie” y el “dúo Pimpinela” utilizando la crisis hostelera
AD.- El esperpento del dúo Pimpinela de Benalmádena no cesa. Gema Carrillo y Miguel Ángel Jiménez son los dos concejales que tiene Vox en el bello municipio costasoleño. El uno no soporta al otro. Para ser más exactos, se profesan un odio más cainita que racional. Ambos representan la descomposición, cada vez más hedionda, de una casta política repulsiva y agonizante. Se detestan tanto que nunca se han reunido para preparar un pleno municipal, o para reglar la participación de ambos en los consejos de administración que acapara la “estanquera”.
Pero hay algo que les une, o al menos en lo que entre ellos no hay diferencias: desprecian por igual a los militantes del partido verde en el municipio, reducidos al papel de sujetavelas. El dúo Pimpinela nunca se ha reunido con ellos para acordar una estrategia política común. Tampoco son invitados a los actos en los que acuden dirigentes provinciales del partido. A decir verdad, ni siquiera se les notifica su presencia.
Ayer, la diputada nacional Patricia Rueda, “Barbie”, se desplazó hasta Benalmádena para mostrar su apoyo a la hostelería local frente a la crisis generada por la pandemia. Junto a “Barbie”, los dos concejales, en actitud amigable, posaron para la posteridad.
El lugar elegido para el postureo de la diputada y sus dos mariachis fue uno de los restaurantes más caro del municipio, de los de cien euros por comensal. Podían haber optado por algunos de los muchos establecimientos hosteleros que se hallan en situación agónica (que no es el caso del elegido), pero ya se sabe que a “Barbie” le pone el lujo. A ella lo que le gusta son las cosas caras: los coches de alta gama, viajar en clase VIP, los trajes de Vitorio y Lucchino, los baños de diseño…
¿Se puede construir un proyecto político identitario con esta tropa?
Los militantes de Vox en Benalmádena creen que no. Por eso ya advierten que no apoyarán una candidatura de Vox en las próximas municipales si incluye a cualquiera de los dos concejales. Dicen sentirse, una vez más, menospreciados y ninguneados por un partido que apenas cuenta con ellos. Sus argumentos contra la farsa de “Barbie” son irrebatibles: si la diputada quería conocer de primera mano los problemas de la hostelería malagueño, el partido cuenta con numerosos empresarios y empleados del sector que le podían haber informado de la situación con el máximo rigor, aunque eso le quitara “glamour” a la visita de “Barbie”. “Lo que ocurre”, reponen nuestras mismas fuentes, “es que nuestros dos concejales no quieren trato alguno con los afiliados. La una porque sabe que no la tragamos y el otro porque ahora ejerce de ‘calzonazos 2.0’ buscando un puestecito y poder vivir de la política”.
Uno de los que han contactado con AD resalta además una contradicción del partido con respecto a la hostelería. “Mientras la diputada se solidariza con el sector, a los militantes nos piden que evitemos los bares del municipio para no dar mala imagen”. Y remacha con una pregunta: “¿Es esta una forma coherente de defender la hostelería de Benalmádena?”
Por último, nuestras fuentes manifiestan su rechazo a la presencia de alguno de los dos ediles en la nueva estructura orgánica de Vox en la provincia, y recuerdan que fue gracias a ellos que el partido obtuviera en Benalmádena sus mejores resultados electorales de toda Málaga.
VOX